De viaje con Gardel (6)
25 Sep 2017
El sonido de las gaviotas, y las olas del mar, son lo único que interrumpe el silencio de esta apacible mañana, pero para mí no será un día más.
Hoy, para mí, no será un día más.
Preparo con esmero, cuidado y detalle mi pequeña bolsa de viaje. Hoy dejo atrás la costa atlántica argentina, con destino a Europa, pero no a la Alemania desde la que “mi viejo”, Gustavo, llegó hasta aquí, entre submarinos y sueños grandeza reconvertidos en forzado exilio; sino a España. Hace más de cuarenta años que él alcanzó estas costas y, ahora, yo busco mi mañana al otro lado del atlántico.
Este exceso de paz y tranquilidad, de esta parte de Alvarado, en Mar del Sud, ha llegado a superarme, necesito ver alguna cara distinta a las de los poco más de cien vecinos que tengo acá. Mi destino será Madrid, previo paso por Buenos Aires, mi futuro empieza hoy…
Busco mi mañana al otro lado del Atlántico.
“Adiós muchachos, compañeros de mi vida,
barra querida de aquellos tiempos,
me toca a mi hoy emprender la retirada,
debo alejarme de mi buena muchachada.
Adiós muchachos, ya me voy y me resigno,
contra el destino nadie la talla;
se terminaron para mi todas las farras
mi cuerpo enfermo no resiste más”.
Hay otros colores del agua del mar, y más allá de estos verdes, quiero conocer las aguas turquesas, las parduscas del mar del plata, las aguas esmeraldas de donde quieran ser, las celestes y, también, las azul oscuras, casi negras, sin renunciar a ningún color.
Tengo que ordenar mis sueños, debo escapar de aquí y dejar de ser quien soy …hasta huir de mi mismo. Irene queda aquí, pero me ocuparé de ella, más allá de lo que me marque el próximo camino… como canta la “gallega” Lita Luján en este disco, bárbara mujer ésta.
Debo ordenar mis sueños.
“Caminito que el tiempo ha borrado,
que juntos un día nos viste pasar,
he venido por última vez,
he venido a contarte mi mal.
Caminito que entonces estabas
bordeado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto serás,
una sombra la mismo que yo”.
Reviso mi pasaporte, todo listo y a punto, Leonardo Eickenberg ya está camino de España, en esta mitad de los años 80’s del siglo XX, vine a Argentina a causa de una guerra y ahora inicio un camino en busca de mi paz.
Fín.