Vacunas y primer mundo
09 May 2021
Más allá de los hechos en China, Rusia o Japón; son EE.UU. y Europa quienes mantienen vigentes sus grandes diferencias económicas a la hora de ver el mundo y lo que sucede en él.
Los casi trescientos veintinueve millones de habitantes que, según el censo de 2019, habitan los USA, son dirigidos con una absoluta unidad de acción por el presidente de turno, sea republicano o demócrata; mientras que los cuatrocientos cuarenta y seis millones de ciudadanos que pueblan la Unión Europea avanzan con una excesiva lentitud en su integración, porque siempre hay algún grupo de países que pone palos en la ruedas de la bicicleta común; una vez lo son unos y antes, o después, lo son otros diferentes; siempre condicionado por el color político de cada uno de los gobiernos de los veintisiete países que componen hoy la UE, tras el Brexit auspiciado desde el Reino Unido.
Estados Unidos y Europa mantienen vigentes sus grandes diferencias económicas a la hora de ver el mundo y lo que sucede en él.
La histórica protección al factor trabajo que siempre prevaleció en Europa, hoy se tambalea dentro de los organismos comunitarios de la UE, deslumbrados ante el liberalismo ultra con el que Estados Unidos ha gestionado sus leyes laborales y la cobertura de asistencia médica pública para su población que, hasta ahora, ni siquiera Bill Clinton, ni Barak Obama, lograron hacer universal.
En todo caso, y más allá de las diferentes perfiles en la posición sobre temas concretos, es una evidencia que la gestión, y los ritmos, en la toma decisiones no se puede comparar entre la ribera oeste del océano atlántico y los países bañados por su ribera este.
Estados Unidos reparte su arsenal de vacunas y donará 60 millones de dosis de AstraZeneca
La pandemia del Coronavirus Covid-19 ha asolado el mundo de norte a sur, y de este a oeste, sembrando de víctimas todos los confines del planeta Tierra, pero ha sido el momento de la gestión de las vacunas, donde más se ha puesto de manifiesto los diferentes ritmos entre países, evidente entre lo que se llama primer mundo y el resto, con especial evidencia en los países agrupados bajo la consideración de tercer mundo.
Pero más allá de las pruebas de una solidaridad internacional entre los países ricos con las países pobres, que cada uno de aquellos cuantifica en función de sus posibilidades presupuestarias y sus excedentes, son las evidencias entre Estados del llamado primer mundo, donde más llamativo son las diferentes formas de hacer y las posibilidades con las que se han afrontado.
Entre los diez países con más dosis de vacunas aplicadas, por cada cien habitantes, contra el Covid-19, en el mundo, solo aparece un estado miembro de la Unión Europea: Hungria.
Así, de los veinticuatro países con mayor número de dosis de vacunas aplicadas contra el Covid-19, por cada 100 habitantes, a fecha de 6 de abril de 2021, son Israel (con un dato que supera el 100, de cuyo cálculo no forman parte los palestinos que viven en su mismo territorio) y Estados Unidos (87,55) quienes más músculo pueden lucir a dicho efecto, con España (19,29) en una honrosa duodécima posición, por encima de Italia (19,04), Francia (18,31) y Alemania (17,99); pero los muy diferentes ritmos no dejan de llamar la atención. Mientras Chile se destaca cómo el país hispanoamericano con mejor dato (59,13) que le aupa hasta la tercera posición mundial.
Sin que pase desapercibido el hecho de que entre los países de la Unión Europea, solo Hungría (36,67) aventaja el dato que acredita España, que en todo caso es superada en dicho ranking por países como Serbia (38,59), Marruecos (22,69) o Turquía (20,59), muy alejada de Chile (59,13) y Reino Unido (54,68). Cuestión al margen son los datos que esgrimen países con regímenes políticos muy influenciados por la actividad vinculada al petróleo como Emiratos Árabes Unidos (87,55), Bahrein (50,33) o Catar (33,38).
España ocupa la duodécima posición mundial en el ranking de países con más dosis de vacunas aplicadas, por cada cien habitantes, contra el Covid-19.
Si observamos los datos estadísticos del porcentaje de vacunados con la pauta completa, en lo que podríamos llamar la carrera hacia la vacunación completa, se repiten las posiciones de privilegio en los mismos países, con Israel liderando el ranking, habiendo alcanzado el 57,9% de su población ya vacunada, seguido de Chile (32,2%) y Estados Unidos (27,8%).
Pero más allá de los datos hay otro componente que afecta a la forma en la que se está realizando el proceso de vacunación, evidentemente muy condicionado por los diferentes ritmos a los que las farmacéuticas están haciendo llegar sus productos, sujetos a ciertos incumplimientos sobre las pautas y cantidades comprometidas en los contratos firmados para su aprovisionamiento.
Así mientras en España son las diferentes comunidades autónomas las que deben contactar con las personas elegidas según criterios consensuados, pero con amplia discrecionalidad por parte de cada ente regional, hay lugares en el mundo, como Estados Unidos, donde es el propio ciudadano quien elige el momento para ser vacunado a su discrecionalidad, si bien la cita para la segunda dosis es condicionada dependiendo del día de aplicación de la primera, pudiendo el vacunado elegir la hora del día que le corresponda.
Las diferencias son abismales dentro de lo que conocemos como primer mundo, pero el problema no se solucionará sin extender los remedios, en tiempo y forma, al tercer mundo, queramos o no, vecinos nuestros en este planeta llamado Tierra.
Un mismo virús alteró el mundo hace quince meses, tal como lo conocíamos, y cada país gestionó la situación según su peculiar forma de entender y actuar, pero llegado el tiempo de las vacunas ha quedado demostrado que los bienes son limitados y que hay quien los acapara, o administra con mayor eficiencia para sus intereses. Europa por unas cosas o por otras, ha quedado algo rezagada y los gráficos aportados en este artículo lo ponen de manifiesto; mientras tanto el nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha conseguido más que duplicar el compromiso que asumió al llegar a la presidencia hace poco más de cien días, dijo que se aplicarían cien millones de dosis en esos algo más de tres meses y, finalmente, han sido doscientos noventa millones de dosis. Parece evidente que otra forma de hacer, más eficiente, es posible y, además del caso de los EE.UU. otros países lo han conseguido, basta volver a repasar los datos oficiales.
Las diferencias son abismales dentro de lo que conocemos como primer mundo, pero el problema no se solucionará sin extender los remedios, en tiempo y forma, al tercer mundo, queramos o no, vecinos nuestros en este planeta llamado Tierra.
Artículo publicado en @elespanolcom el 09/05/2021: https://www.elespanol.com/blog_del_suscriptor/opinion/20210509/vacunas-primer-mundo/579012096_7.html
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