Ultimamente estoy muy fervoroso, pero lo que realmente quiero es estar enamorado, crítica teatral
en Teatro
01 Feb 2018
Noche de cabaret, estamos sentados ocupando una mesa velador en primera linea del escenario, el cual queda enmarcado por una tira de bombillas, alguna de las cuales tintinea, podría tratarse de Berlín o quizás en el París de la “belle epoque”, pero estamos en pleno barrio de Lavapies en Madrid, en “El umbral de Primavera”, diez años después del estallido de la peor crisis económica conocida tras el crack de 1929.
Se atribuye a Marilyn Monroe la afirmación de “…no presumas de haber sido el primero en mi corazón, si no fuiste suficiente inteligente para ser el último”, y esas mismas palabras podrían haber formado parte del espectáculo “Ultimamente estoy muy fervoroso, pero lo que realmente quiero es estar enamorado” en el que Juando Martínez nos invita a su fiesta, en forma de viaje interior, vestido para la ocasión, con música, humor, plumas, boas y fina ironía, para poco a poco, cuadro a cuadro, tema a tema, canción a canción, ir dejándonos ver un poco más de si mismo, al justo ritmo en el que su cara se va liberando de maquillaje, mostrándonos toda la ternura y amor que realmente le habita.
¿A que te compromete un “te quiero»?
Pablo Canosales firma el texto de este espectáculo, sobre las propias experiencias personales del protagonista, transformando diferentes pasajes y deformando su realidad para construir una especie de ensayo sobre las relaciones afectivas y la forma de declinar el verbo amar, con todas las contradicciones sustantivas al ser humano.
Juando nos recibe al ritmo de un tema musical compuesto por Canosales: “…ven a mi cama y verás, que feeling te voy a dar”, mientras va escrutando a todo su público con su mirada, estableciendo una comunicación visual y gestual que sabe mantener durante todo el show, mientras nos habla de relaciones, de amor, de abandonos, de sexo, de olvidos, de caídas, de tropezones, de desengaños etc… pero también de pasion y de la insistente lucha por la felicidad siempre, y por tanto aquí y ahora; sin perder la sonrisa y consiguiendo la empatía del público.
“La palabra amor ya no vale para mí”.
El amor, y el desamor, son el núcleo central del espectáculo, el cual discurre a lo largo de seis fases, en cada una de las cuales, y como haría un buen periodista, se desarrolla el ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuando?, ¿quien?, ¿dónde? … y ¿por qué?.
Rebeca Sanz-Conde dirige el espectáculo con acierto y sencillez, haciendo crecer al mismo con cada una de sus decisiones.
Irene Doher (Dominguez) acompaña a Juando Martinez, complementándole de forma perfecta, cubriendo cada uno de los mutis del protagonista, para un cambio de vestuario (hasta cinco), con una gran vis cómica, y demostrándonos la gran calidad de su voz. Ambos son acompañados por Tanit Jaén al piano.
“No voy a esperar nunca más a hacer lo que quiero”
Juando nos gana para la causa, con credibilidad en la historia que nos cuenta, que no nos es ajena, porque trata el sentimiento más humano que existe, en su exceso, en su defecto …y en las peculiaridades que le afectan en el día a día; haciéndolo a través de un gran trabajo sobe la escena en el que interpreta, comunica, canta, baila y nos emociona, demostrándonos que estamos ante un verdadero “showman”.