Trump, II parte
21 Ene 2025
El 47º presidente de la historia de los Estados Unidos ya ha tomado posesión de su cargo, y es el mismo que fue el 45º, con el importante matiz de que en esta ocasión lo hace siendo el primer inquilino de la Casa Blanca condenado por una sentencia judicial firme, lo cual le califica como convicto. Naturalmente hablamos de Donald Trump, que al lograr ser elegido para un segundo mandato de manera no consecutiva, iguala a Grover Cleveland, presidente 22º y 24º de USA, quien, como Trump, logró relevar a su sucesor, en un rol que ahora ha desempeñado Biden y en aquellos años finales del siglo XIX correspondió a Benjamin Harrison.
“El barco de la Democracia, que ha capeado todas las tormentas, puede hundirse debido al motín de quienes están a bordo” (Grover Cleveland)
Donald Trump no podrá llevar armas y tendrá que aportar una muestra de ADN para la base de datos de delitos del estado de Nueva York, a consecuencia de la sentencia recibida en contra por todo lo relativo a los pagos realizados (130.000 $) a la exactriz de cine para adultos Stormy Daniels, que afectan a 34 delitos por falsificación de registros comerciales, para comprar su silencio sobre las relaciones sexuales mantenidas con ella; pero sus peripecias judiciales no quedan reducidas a ese caso, ya que según afirmaciones del fiscal especial Jack Smith, habría sido condenado por el asalto al Capitolio de los Estados Unidos de 2021, si no hubiera ganado la elección presidencial en 2024, lo cual nos brinda una interesante cuestión en forma de pregunta: ¿Un resultado electoral, en clave política, exime la responsabilidad penal de un presunto delito?, interrogante que puede desencadenar una cascada de sugerentes reflexiones, tanto en el ámbito internacional, como en el nacional.
El segundo mandato de Donald Trump al frente de los EE.UU. ya ha comenzado, y sigue utilizando como emblema, la frase de referencia de ‘America First ‘ (‘América primero‘), pero cabría recordar que ‘América’ es un continente, del que forman parte diferentes países, entre los cuales está Estados Unidos, según lo cual parecería más adecuado el uso del eslogan ‘USA First’.
¿Un resultado electoral, en clave política, exime la responsabilidad penal de un presunto delito?
La lista de invitados a la ceremonia de toma de posesión del 47º presidente de los USA. es un editorial en si misma, comenzando por las ausencias de notables representantes de primer nivel, de Francia, Reino Unido Alemania o la Unión Europea, y las presencias de Orbán, Meloni, Milei o Abascal, además del vicepresidente de China.
Algunas medidas del nuevo tiempo han sido anunciadas por Trump, donde el proteccionismo, aranceles mediante, y el expansionismo internacional parecen ejes estratégicos. En materia energética ha hecho suya la afirmación de “Revocaré el mandato del vehículo eléctrico”, volviendo a poner énfasis en la explotación petrolífera: ‘Vamos a perforar, baby, a perforar”. Reivindica la recuperación del Canal de Panamá, así como la propuesta de anexión de Canadá como 51º Estado de EE.UU. o la negociación, con Dinamarca, de la compraventa forzada de Groenlandia, además de imponer el cambio de nombre del Golfo de México, por ‘Golfo de América‘ (continuando con la patrimonialización del nombre del continente del que forman parte).
“America First”
Otro eje prioritario establecido por el nuevo inquilino de la Casa Blanca, es la lucha contra la inmigración, asunto que ha calificado de “emergencia nacional”, especialmente en la frontera sur del país, anunciando en su discurso de toma de posesión que “se detendrá inmediatamente toda entrada ilegal, y comenzaremos el proceso de devolver a millones y millones de extranjeros a los lugares de donde vinieron”, a partir de la estimación de que las personas con estatus migratorio irregular en Estados Unidos, podrían alcanzar la cifra de once millones.
Aunque lo más revelador del nuevo tiempo trumpista por venir, estará vinculado a sus alianzas tanto en el plano internacional, como en el interior. Lo que suceda en las próximas semanas o meses con los conflictos entre Rusia y Ucrania, así como todo lo vinculado a Israel, tanto en Gaza como con todos los países árabes, marcará el camino de los próximos años, en un horizonte que ofrece mucha más incertidumbre, que certezas.
“En vez de poner impuestos a nuestras ciudades, pondremos impuestos a otros países para enriquecernos” (Donald Trump en su discurso de investidura el 20 de enero de 2025)
El mundo hoy parece abocado al conflicto, en general, más que en cualquier otro momento de la últimas décadas, y los fines, y objetivos, establecidos por Donald Trump y su peculiar equipo de colaboradores, con el papel destacado de Elon Musk, no parecen aportar efectos balsámicos, sino más bien todo lo contrario. Malos tiempos para la lírica.
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