True West, crítica teatral
14 Nov 2022
Sam Shepard (1943/2017) fue un dramaturgo estadounidense, muy prolífico en sus inicios, llegando a contar con treinta obras estrenadas bajo su firma y autoría, antes de cumplir los 30 años de edad, para ser reconocido con el Premio Pulitzer en 1979, a sus 36 años, por su drama “Buried Child”. A partir de finales de los años 70’s del siglo XX comenzó su actividad como actor de cine, alternándola con su profesión de escritor y guionista, en un cosmos de la industria cinematográfica hollywoodiense que ya no abandonaría, en el que conoció a Jessica Lange con la que compartió veintisiete años de su vida y dos hijos en común, hasta su separación en 2009.
“Tú, de mí, no te tienes que preocupar”
Rasgos de la obra de Shepard es su apego a la cultura del Oeste de los Estados Unidos, combinando la sátira con la crudeza de una realidad donde sus personajes suelen ser perdedores que solo reviven sus sueños como un añejo, y lejano, recuerdo. Los conflictos familiares son el caldo de cultivo preferido en sus tramas.
En 1980 publicó ‘True West‘ una especie de tragicomedia, con gotas de cinismo y toques de humor negro, en la que dos hermanos, tan distintos como el sol y la luna, como el día y la noche, como lo blanco y lo negro, rivalizan en todo. Si uno es ordenado, el otro no; uno previsible, el otro anárquico; uno cuida las formas, el otro se regodea de la falta de ellas, presumiendo de su desobediencia a cualquier norma. Pero debajo de la feroces diferencias entre ellos, además de odio, también hay amor, aún para su propia sorpresa. No se soportan, pero se necesitan.
“Yo consigo mi propia ‘pasta’, a mi manera”
Eduardo Mendoza, galardonado con el Premio Cervantes en 2016, traduce el texto de Sam Sheppard para la propuesta que llega hasta la Sala Fernando Arrabal, de las Naves del Español, en Matadero Madrid, un espectáculo de Octubre Producciones, Tanttaka Teatroa y Bitò, dirigida por Montse Tixé.
‘Lee‘ y ‘Austin‘ son dos hermanos en edad más que adulta, pero que dan muestra de que las consecuencias de su familia desestructurada ha dejado secuelas en sus vidas. El padre es solo un lejano recuerdo de perfiles borrosos bañados en alcohol y apuestas. La madre se encuentra de viaje en Alaska y mientras tanto ha dejado la casa donde se desarrolla la trama a su hijo pequeño, ‘Austin‘, para que, en soledad, pueda terminar el guión cinematográfico que le ha sido encargado por un productor. Pero ‘Lee‘, su hermano mayor, el pendenciero y aventurero que vive al día, aparece de improviso, tras cinco años de ausencia, y los acontecimientos se precipitan, con una involución de los personajes protagonistas que acabará en el caos, no sin que antes se haga presente la madre, de vuelta de su viaje, en una surrealista aparición, con Picasso de por medio años después de haber fallecido.
“¡Ahora el intruso soy yo!”
Montse Tixé tras acumular experiencia como ayudante de dirección de Mario Gas en espectáculos como ‘Incendios‘, ‘El concierto de San Ovidio‘, ‘La Strada‘ o ‘Viejo amigo Cicerón‘,dirige la propuesta dejando la huella de su visión en algunas decisiones como el uso de un telón que se abre como si de un cortinaje se tratase, el cual será recurso para enmarcar la continuidad de los distintos pasajes de la trama, unas veces reduciendo el espacio de la escena visible por parte del público y otras mostrando únicamente a los dos hermanos protagonistas, sentados en la embocadura de la escena, con ambos lados del cortinaje/telón cerrado sobre ellos. Todo ello a partir de una escenografía fija, diseñada por Sebastià Brosa, que recrea la vivienda la madre de ‘Austin‘ y ‘Lee‘, dejando ver tras sus ventanales la luz de la semidesértica zona, entre Los Angeles y Hollywood en la que se ubica, acunada por los aullidos de algún coyote y los sonidos de la estridulación de los grillos que convierte su mil veces repetido cri-cri-cri en una especie de gota malaya sobre las cabezas de ambos hermanos. La iluminación, de Rodrigo Ortega, es muy sutil, dando un protagonismo mayor a las sombras por encima de la claridad. Correctas aportaciones de Orestes Gas en el espacio sonoro y Reme Gómez en el vestuario.
“Una mujer no es la solución, nunca lo es”
En las interpretaciones destacan Kike Guaza (Juguetes rotos) recreando a ‘Austin‘, el menor de los hermanos, y Tristán Ulloa (El precio) como el excesivo ‘Lee‘. Completando el elenco José Luis Esteban, en el papel del productor que será pieza central en el penúltimo conflicto entre los hermanos y Jeannine Mestre como la madre de ambos.
“Vivimos en un paraíso …y no nos acordamos”
Obra dura y áspera, que deja un sabor terroso en el paladar, como si la arena del desierto que inunda la casa donde transcurre la trama, llegara a nuestro interior, contagiando la aridez, de las relaciones familiares del núcleo protagonista, las emociones de público en el patio de butacas; desde ese punto de vista el resultado de la propuesta consigue el objetivo de Sam Shepard al escribirlo, y del equipo que aquí lo pone en escena bajo la dirección de Montse Tixé. Hasta el 27 de noviembre en la Sala Fernando Arrabal, de las Naves del Español, en Matadero.