Troyanas, crítica teatral

26 Nov 2017

Eurípides escribió el texto original de Las Troyanas en el siglo V a. C. y la versión de Alberto Conejero llega ahora hasta el Troyanas, crítica teatralTeatro Español de Madrid, tras su paso por las milenarias piedras de Mérida, si bien lo hace sin algunos de sus personajes originales: Menelao (rey de Esparta), Poseidón (dios del mar) y Atenea (diosa de la guerra y del pensamiento); incluyendo a Políxena, y Briseida, sustituyendo el Coro original por el conjunto de protagonistas que pone en escena (Casandra, Helena, Andrómaca, Políxena, Briseida e incluso Hécuba) y perdiendo el artículo determinado, en un guiño atemporal dirigido a todas las mujeres víctimas de los ganadores de cada uno de los conflictos que en el mundo ha habido, según indica Portaceli en el programa de mano.

“…los muertos son personas, pero también lo son sus asesinos”.

El espectáculo comienza con la aparición del personaje de Taltibio (Ernesto Alterio), vestido de forma contemporánea (como todo el resto del elenco, decisión de Antonio Belart) alcanzando el escenario a través del pasillo central del patio de butacas, lo cual es un recurso que sorprende, si bien el tono del alegato con el que se dirige al público, así como todo su desempeño, con la excepción del momento del final del personaje de Astianax, adolece de fuerza, resultando algo dubitativo, e incluso perdido, más allá del rol de portador de malas noticias que protagoniza, como mensajero de los griegos.

Troyanas, crítica teatral

La puesta en escena resulta algo abigarrada, con víctimas de la tragedia ocupando el suelo del escenario, a través de cuerpos metidos en sacos, y una gran T inclinada sobre una estructura metálica a través de la cual se van moviendo algunos personajes, con aparente poca facilidad, excepto en el caso de Alba Flores, más ágil que sus compañeras. Paco Azorín, responsable de la escenografia, no nos sorprende en esta ocasión, más allá de la reiteración en la utilización de proyecciones, diseñadas por Arnau Oriol. Todo ello con la presencia permanente de todos los personajes en escena.

“…no hay amante más infiel que la felicidad”.

Troyanas, crítica teatralEn los trabajos de interpretación destaca, de forma arrolladora, Alba Flores, como Políxena, ya apuntó cosas muy interesantes en “La rosa tatuada”, también junto a Aitana Sánchez-Gijón y la misma dirección de Portaceli, la temporada pasada; pero en esta ocasión marca diferencias de manera notable y desde el minuto uno hasta el final, quiere y puede …porque va incorporando lo necesarios aprendizajes, convirtiéndose en la mejor noticia que este montaje nos aporta.Troyanas, crítica teatral

Aitana Sánchez-Gijón está correcta y lo intenta, pero no llega a los matices que sí alcanzó con su “Medea” de 2015, quizás condicionada por una cierta irregularidad del resto del elenco, donde aunque destacan Gabriela Flores, como Andrómaca, y Maggie Civantos, como Elena; Pepa López, como Briseida, y Miriam Iscla, como Casandra, están en un tono menor; afectadas todas por una selección de casting mejorable, en el que los rangos de edad de personajes que representan una madre y sus hijas, son ignorados, restando credibilidad al trabajo de las actrices.

“…que nadie diga ‘he sido feliz’, hasta el último día de su vida”.

El teatro debe emocionar, sorprender, enganchando al espectador desde el mismo inicio hasta el final, y en estas “Troyanas”, aunque hay componentes más que destacables, con Aitana Sanchez-Gijón, Alba Flores y Ernesto Alterio, con Paco Azorín en la escenografía, Antonio Belart en el vestuario, y todos los recursos de una gran compañía, el resultado final se queda en la revisión de un clásico, convertido en producto de consumo para la escena y en ello es evidente la responsabilidad de Carme Portaceli, directora de este espectáculo, y del Teatro Español.

Share

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.