¿Tiene el periodismo futuro, hoy?
08 Ene 2018
A mitad del siglo XIX, el filósofo y escritor escocés, Thomas Carlyle acuñó la afirmación de que el periodismo es el cuarto poder, a expensas de los tradicionales conocidos: ejecutivo, legislativo y judicial; utilizando una referencia de Edmund Burke, en la Cámara de los Comunes del Reino Unido de Gran Bretaña en 1787.
Esa afirmación venia a expresar la primera obligación de cualquier periodista de raza: constituirse en contrapoder de quien ejerza el poder, en cada momento.
“Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas”. (George Orwell)
De entonces para acá ha habido ejemplos paradigmáticos de esa función, a cuyo calor, crecieron los consumidores y seguidores de las principales cabeceras periodísticas, en cualquier país del mundo.
El caso “Watergate” fué, la cima de la ejemplarización del periodismo como cuarto poder, cuando una ardua investigación del Washington Post, encabezada por Carl Bernstein y Bob Woodward, llevó a la dimisión del presidente de la primera potencia mundial, EE.UU., en 1972, en la persona de Richard Nixon, asumiendo su responsabilidad en las grabaciones realizadas a sus principales adversarios políticos, lo que suponía espiarles.
En 1996 el periodista Gary Webb publicó una serie de artículos en el periódico “El San José Mercury New”, en los que reveló cómo la CIA, bajo el mandato del presidente Ronald Reagan, vendió gran cantidad de crack en Los Angeles, para luego utilizar ese dinero en la financiación de la Contra nicaragüense. La justicia norteamericana no llegó a condenar a Reagan, aunque sí quedó acreditado que favoreció que miembros de su gobierno infringieran la ley.
Hoy se repite hasta la saciedad lo de la crisis del periodismo, con la incertidumbre sobre la viabilidad de sus proyectos empresariales y las amenazas que proyectan sus negras sombras sobre él, en forma de internet, las redes sociales y los miles de blogueros que reproducen noticias y emiten opinión de forma inmediata sobre cada hecho, constituyéndose en competencia “pseudo-periodística”; pero el verdadero cáncer que lo amenaza tiene relación directa con su pérdida de credibilidad ante sus consumidores, seguidores y lectores; y ello tiene mucho que ver con su autonomía.
“El periodismo es libre o es una farsa”. (Rodolfo Walsh)
El periodismo, para mantener su independencia, y ser neutral de intereses de terceros, tiene que evitar las dos trampas, principales, que el sistema económico, y de poder, utiliza: la deuda acumulada por sus empresas editoriales y la publicidad institucional.
Un periódico, como El País, formando parte de Grupo Prisa, con unas perdidas en el año 2016 por 67,9 MM euros, y una deuda financiera acumulada de 1.486 MM euros, que tardaría en amortizar casi 300 años al ritmo de los beneficios obtenidos en el último ejercicio que lo logró (2015), con 5,5 MM euros, en cuyo consejo de administración se sientan sus acreedores, desde su principal accionista, el fondo de inversión Amber Capital (19,20%), a Telefónica (13%), Banco Santander (4,20%) o Caixabank, es toda una alegoría de los verdaderos condicionantes de un periodismo independiente y con credibilidad. ¿Cual es el sentido de mantener una empresa incapaz de generar por si misma la devolución de su deuda?, quizás, maliciosamente, se podría decir que servir a los objetivos de quienes le mantienen abierta la espita de oxígeno, de manera artificial.
“Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala”. (Albert Camus)
Para más ejemplo, basta retroceder hasta el año 2014, cuando, a mitad de la primera legislatura de Rajoy como presidente del Gobierno, en el estrecho margen de las dos semanas entre el dos de febrero y el dieciocho de ese mismo mes, fueron cesados los directores de tres de las más importantes cabeceras españolas: Pedro J. Ramirez, en El Mundo; José Antich, en La Vanguardia; y Javier Moreno, en El País …¿casualidad?, parece que el azar está totalmente alejado de esta coincidencia, sobre todo teniendo en cuenta los hechos acreditados por sus sucesores y que las penurias económicas de sus medios, se mantuvieron, por lo que la clave financiera solo fue la coartada de esas decisiones.
Y un ítem más, ¿qué tienen que ver, entre sí, Francisco Marhuenda y “El gran Wyoming”?, ¿y el periódico La Razón y el canal de TV La Sexta?, ¿e Iñaki López, con la linea editorial de Antena 3 TV?, pues que todos ellos forman parte de la mísma empresa de comunicación, Atresmedia, propiedad del Grupo Planeta, vinculado a la familia Lara, en una situación que podríamos calificar, y resumir, a través del refranero español con la expresión de “…encender una vela a Dios y otra al diablo”, quizás sometiendo la línea editorial de cada medio, más al espectáculo, que al interés informativo ó, más gravemente, a intereses de parte.
Hace escasamente siete años, en el año 2011, El País rompía la barrera de los 400.000 ejemplares diarios vendidos, superando a los principales rivales que se situaban en 276.965, El Mundo; 248.029, ABC; 190.507, La Vanguardia; y 128.604, El Periódico. Hoy ninguno de ellos supera los 100.000 ejemplares diarios vendidos, y entre esas cinco cabeceras, a duras penas, alcanzan los 250.000 ejemplares diarios.
“Las personas son consumidoras de periodismo”. (Andrew Vachss)
Al margen del avance de las nuevas tecnologías, la necesidad de información sigue existiendo en el ser humano, e internet es un ejemplo de ello, donde se busca aquello que no se encuentra en los medios tradicionales. La industria periodística tendrá que reinventarse, pero poniendo el foco en el cliente, como en cualquier negocio, y no en la complacencia con el poder de turno, y ante ese reto tres deben ser los faros de guía de su futuro: la honestidad, la fiabilidad y la libertad, entendida como la capacidad de informar, e incluso opinar, sin amarras, ni dependencias, pero con coherencia. Por ahí pasa el futuro, porque como enunció Andrew Vachss, las personas, antes, ahora…y siempre, son consumidoras de periodismo.
Artículo publicado en @elespanolcom el 08/01/2018: https://www.elespanol.com/blog_del_suscriptor/opinion/20180108/periodismo-futuro/275792433_7.html