Ternura negra, crítica teatral

16 Oct 2020

Cartel de Ternura NegraEn 2015 pudimos disfrutar del talento, así como de los variados y múltiples de los roles teatrales abordados por Denise Despeyroux. En aquella ocasión con motivo del espectáculo “Carne Viva«, producto de su dramaturgia y exhibido en el sugerente espacio escénico de “La pensión de las pulgas”.

Dramaturga, directora teatral, actriz, productora y gerente de espacios escénicos, su pasión por el teatro no admite discusión y en este inicio de la temporada teatral 2020/201, marcada para siempre por el Coronavirus Covid-19, nos reencontramos con ella en una reprogramación de su obra Ternura negra” en el Teatro Fernán Gómez, en esta ocasión asumiendo la interpretación del personaje protagonista de Paloma.

“¿Podemos los seres humanos devorarnos unos a otros como las estrellas?”

Despeyroux compone un relato arriesgado en el que, a partir del personaje histórico de María Estuardo, con su proverbial rivalidad con Isabel de Inglaterra, realiza varios experimentos metateatrales, con uno de los personajes solo visible a través de medios telemáticos (Skype) y nunca presente en escena, dandoTernura negra, crítica teatral vida a un director teatral, Andreas, magníficamente interpretado por Fernando Cayo (en videograbación), que en la distancia transmite instrucciones a los protagonistas de su obra, Paloma (Denise Despeyroux) interpretando a la reina escocesa y un joven actor, Hugo, recreado por Joan Carles Suau, excesivamente afectado, asumiendo el papel de la reina inglesa. 

El director (Fernando Cayo) está en el castillo de Tutbury, intentando encontrarse, frente a frente, con el espíritu de la Estuardo y para ello no repara en los medios, vistiéndose para la ocasión en la mejor tradición escocesa, con un kilt, bajo cuya falda, por supuesto, no lleva ropa interior, pero sus intentos con el más allá darán sus frutos a kilómetros de distancia de donde está él, exactamente donde se encuentran sus actores. 

Ternura negra, crítica teatral“Los monólogos ya no funcionan …¡pregúntale a Sanchis!”

La historia se resuelve con un recurso romántico que recuerda al nombre del título del espectáculo, cuya trama no llega a ser tan negra.

La escenografía de Eduardo Moreno recrea la buhardilla de Paloma, desde donde ella y Hugo, realizan los ensayos dirigidos en la distancia por Andreas, sin que encontremos la necesidad de utilizar unos elementos de mobiliario excesivamente pesados, diseñados en madera. La iluminación de Pedro Yagüe es correcta y adecuado el vestuario diseñado por Lupe Valero.

“Tus propuestas me preocupan más cuando me las propones, que cuando me las impones”

Lo más destacado del espectáculo es la coordinación de los diálogos entre los actores en escena, especialmente Denise Despeyroux, y las imágenes pregrabadas de Fernando Cayo, creando una secuencia muy natural. 

El personaje descrito por Despeyroux para la protagonista de esta obra, es muy exigente por la capacidad de dualidad que se le exige, a veces Paloma, a veces María Estuardo y vuelta a Paloma, hasta el extremo que la propia dramaturga sufre en su desempeño como actriz y no consigue, al 100%, representar en escena lo que su creatividad concibió.

Ternura negra, crítica teatral“En el fin está mi comienzo”

Lo mejor de esta propuesta está en todo lo que se percibe bajo en su intento, creando un cocktail con rasgos de diferentes géneros, desde el histórico, al romántico; desde lo sobrenatural, a la comedia; desde el  existencialismo, al drama; desde el retrato psicológico, y lo parasicológico, a ofrecer guiños con el petardeo.

Estaremos atentos a las nuevas propuestas que polifacética actividad creativa de Denise Despeyroux nos depare en el próximo tiempo.

 

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