Sancho Panza, jubilado
04 Ago 2022
Después de muchos años al rebufo de los pasos de la escueta figura de su señor Don Quijote, que un día fue Alonso Quijano, Sancho encontró la recompensa a sus desvelos, fidelidad y esfuerzo. Finalmente no logró mantenerse como gobernador de la Ínsula de Barataria, ¿quién lo consigue en el mundo de los cargos públicos, ni antes, ni ahora, ni nunca?, pero no podía tener quejas, el limpio y ordenado espacio del que era rey absoluto, en este momento de su vida, compensaba los sudores vividos a lomos de ‘el rucio’, su asno.
«Una parte indispensable de la felicidad es carecer de algunas de las cosas que se desean» (Bertrand Russell)
Se acabó vivir al día y ahora hizo de la previsibilidad su forma de vida; un lugar para cada cosa y un momento del día para cada actividad, y en el centro de su quehacer la lectura y la escritura; los definitivos tiempos de justa recompensa a su vida laboral, comenzaron dedicándose a aquello a lo que tanto tiempo estuvo de espaldas: el conocimiento. Nada se disfruta de forma tan reconfortante como aquello de lo que se ha estado ayuno, y ser un emérito personaje de la historia de la literatura le permitía elegir cualquier texto, incluso los aún no escritos en los tiempos de sus andanzas, con absoluta libertad atemporal, y en ese registro dos era
n sus preferidos, por un lado ‘La metamorfosis’, de Kafka, una de cuyas frases complementaba sus recuerdos: ‘El razonamiento tranquilo, incluso extremadamente tranquilo, es mucho mejor que las decisiones desesperadas‘ en una composición de palabras que hubiera querido haber sido capaz de expresar cuando su hidalgo señor se enfrentó, a la desesperada, con aquellos molinos a los que creyó gigantes; y por otro lado ‘La conquista de la felicidad‘ de Bertrand Russell, quien expresaba que ‘una parte indispensable de la felicidad es carecer de algunas de las cosas que se desean‘ ya que el feliz lo es en la búsqueda de sus anhelos, como lo fue su señor de la triste figura, ‘desfaciendo’ entuertos, luchando contra la injusticia y persiguiendo el reflejo de su amada Dulcinea …aunque no la llegara a ver nunca.
«Hay tantas realidades como puntos de vista. El punto de vista crea el panorama» (José Ortega y Gasset)
En un receso entre sus lecturas, pensó Sancho que si él fué como fué y ahora es como es, que sería de su señor Don Quijote, más allá de las aventuras que vivieron ambos en la obra literaria creada por don Miguel. La perspectiva de su propia evolución le dió vértigo y optó por volver a concentrarse, esta vez en Ortega y Gasset, para, imbuido por la cita de ‘Hay tantas realidades como puntos de vista. El punto de vista crea el panorama‘, dejarse caer en los brazos de Morfeo y disfrutar de la tan española afición a la siesta, cuestión de la que ningún idealista, ni ningún pragmático, son capaces de prescindir, especialmente en tiempos caniculares, por muy atemporal que se viva y se sea.