Salomé, critica teatral
16 Ago 2023
La cita con las piedras milenarias de Mérida, que llevan acogiendo representaciones teatrales desde hace más de veintiún siglos (en el inicio de nuestra era), es algo sin lo cual una temporada de teatro no estaría completa. La peregrinación hasta la ‘Emérita Augusta‘ es de obligado cumplimiento teatrero.
“Al principio fué el verbo…”
Cubrir de espectadores las tres mil localidades disponibles actualmente de ese magno recinto, en cada una de sus representaciones, no es tarea fácil y es comprensible que la planificación de propuestas, para ello, tenga en cuenta cierto matiz comercial, entendiendo que la presencia del público es, se quiera o no, lo que justifica, esencialmente, un espectáculo, lo cual no debería condicionar apartarse, aún en dosis moderadas, como si perfume o esencia fuera, de la excelencia que, por hablar solo de las últimas diez temporadas de este señalado festival, pudimos paladear, por ejemplo, en la ‘Antígona‘ dirigida por Miguel del Arco en 2015 (con una estupenda Carmen Machi en el rol de ‘Creonte’) o en el ‘Calígula‘ dado forma por Mario Gas, en 2017, interpretado soberbiamente por Pablo Derqui.
“A veces soy invisible…”
La programación del 69º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, en este año 2023, reservó su punto álgido a las dos semanas centrales del mes de agosto (en diez representaciones), con una propuesta escrita y dirigida por Magüi Mira (Magüi Mira Molly Bloom, Adictos, El abrazo, Los mojigatos, Naufragios de Alvar Núñez, La fuerza del cariño, Consentimiento) sobre ‘Salomé‘, interpretada por Belén Rueda junto con un contrastado elenco, y la afluencia de espectadores acreditada ha confirmado la expectación previa generada.
“Soy mujer …¡estoy velada!”
Salomé es un personaje real, si bien en el Nuevo Testamento no es mencionada por su nombre, sino únicamente como la ‘hija de Herodías’ (Marcos 6:22), llegando el conocimiento sobre su nombre a través de las ‘Antigüedades judías’, de Flavio Josefo. Todo lo cual no impide, sino todo lo contrario, que los hechos conocidos sobre ella, especialmente en relación a Juan el Bautista y la decapitación de éste ordenada, a sugerencia suya, por su padrastro Herodes Antipas, hayan servido a diferentes aproximaciones teatrales, cinematográficas y operísticas.
Si hay un género narrativo de éxito en nuestra contemporaneidad, es el de la realidad ficcionada, lo cual dota a cualquier historia de la suficiente credibilidad, por recuerdo sobre los hechos enmarcados, al tiempo que le brinda libertad creativa al autor para impregnarlo de determinados perfiles.
“Impondremos la paz, matando…”
Óscar Wilde escribió una tragedia en 1891, en un solo acto, sobre la historia de ‘Salomé‘, la cual ha servido de base a muchas de las aproximaciones realizadas a este personaje, incluyendo también la ópera, del mismo nombre, creada por Richard Strauss, representada en la 60ª edición del Festival de Mérida, del año 2014, dirigida por Pacon Azorín, con gran éxito; y la mayor parte de su esencia narrativa es utilizada por Magüi Mira en este nuevo texto, con algunas diferencias, entre las cuales la más destacada es la conversión de la trama en una tragicomedia, a través de los matices de los que dota a los personajes de ‘Herodias‘ (Luisa Martín) y ‘Herodes Antipas‘ (Juan Fernández) claramente cómicos, incluso vodevilescos; cuyos excesos son celebrados por una gran parte de la platea, de los que forma parte la escena en la que la reina, corrupta y lujuriosa, somete al rey, sobrepasado y decadente, pisándole el culo, con éste sometido boca a bajo sobre el suelo, en guiño esperpéntico, con el riesgo de distorsionar la historia original en la que se ancla la trama.
“Eres la reina de las putas…”
En el aspecto formal el espectáculo comienza con un desfile en el que los personajes saludan a los espectadores, a modo de cabalgata festiva, sin que ello aporte nada al planteamiento, más allá de obtener algunos entregados aplausos antes del inicio de su desarrollo en sí.
Magüi Mira dota a la trama de un tono feminista, seña de la casa, en la que empodera a la mujer que es ‘Salomé‘, quien se siente atraída por ‘Juan El Bautista‘, pero no solo por el hombre, sino también por el profeta que anuncia un tiempo nuevo, desplegando ante él sus armas de seducción (el sexo como arma)… sin conseguir sus objetivos, hasta que la tragedia estalla. Hay que reseñar que el personaje original en el que se basa la trama vivió entre los años 14 y 62 de nuestra era, y en aquel momento el cristianismo, como religión, no había logrado calar, aún, en la clase dominante romana, lo cual sí sucedió varias décadas más tarde y antes de las invasiones bárbaras, que coincidieron con el declive de Roma.
“Yo no robo, todo es mío…”
Pero como en estos tiempos que vivimos parece que no puede haber un espectáculo teatral, orientado a la búsqueda del éxito comercial, que no incluya el reclamo de la música en directo, instrumental o canora, se hace cantar al personaje de ‘San Juan Bautista‘, algo que mas allá de realizar con soltura su intérprete Pablo Puyol, no aporta nada a la historia y nos genera bastantes dudas sobre el desarrollo dramático de la propuesta.
Original y sugerente es la creación del personaje de ‘Sirio’, que toma nombre de la estrella ‘Alfa Canis Majoris’ que pasa por ser la más brillante de todo el firmamento que se acierta a ver desde las noches de nuestro planeta Tierra; a quien Magüi Mira otorga perfiles de elemento inspirador a la vez que de testigo sobre lo que ocurre, aún haciéndole participe de una escena con intenciones erotizantes pero que se queda en la expresión de la ninfomanía con la que se describe a ‘Herodías‘.
“Tienes cuerpo de hombre, con alma de hombre”
La escenografía diseñada por Curt Allen Wilmer y Leticia Gañán busca ocupar de forma eficaz el gran espacio central del escenario del Teatro Romano, disponiendo dos grandes mesas alargadas repletas de comida, frutas y toda clase víveres, en cuyos dos extremos se ubican dos grandes sillones que terminarán por ser los tronos utilizados por ‘Herodes Antipas‘ y ‘Herodías‘. Destacado es el diseño de vestuario realizado por Helena Sanchís, original y eficaz. Adecuada aportación de José Manuel Guerra en la iluminación y la composición musical de Marc Álvarez. La coreografía diseñada para el momento central de la trama, a través de la sugerente, y famosísima, danza que ‘Salomé‘ dedica, especialmente, a su padrastro, es creación de CienfuegosDanza, mientras que el movimiento escénico realizado por la ‘Guardia de Hérodes’, en una de las señas de identidad de Magüi Mira en sus trabajos en Merida: los coros, es responsabilidad de Pedro Almagro, con un resultado destacado aún sin alcanzar la excelencia que recordamos en ‘Pluto’ dentro de la 60ª edición del Festival de Mérida en el año 2014.
“Él era el gran macho de Judea …y yo la gran puta”
Belén Rueda (‘Salomé‘) se entrega a las exigencias de su personaje, resultando condicionada por la irregularidad que la trama muestra, marcada entre los momentos de gran tragedia y los de comedia ligera, destacando, en todo caso y especialmente, en la escena en la que con la cabeza del Bautista decapitado, entre sus brazos chorreando sangre; hasta componer el momento de mayor carga dramática del espectáculo. Pablo Puyol se muestra solvente en su interpretación (‘Juan el Bautista‘), con Luisa Martín (‘Herodías‘) y Juan Fernández (‘Herodes Antipas‘) muy marcados por los perfiles cómicos que les encomiendan, lo cual especialmente en el caso de la primera realizan con desenvoltura. Sergio Mur (‘Sirio‘) aporta momentos destacados en su interpretación, completando el elenco Antonio Sansano, Jorge Mayor, José Fernández y José de la Torre, además de Manuel Prieto, Paulo Mendoza, Iván Cerezo, Alejandro Villanueva, Benjamín Lozano, Ulises Gamero, José Antonio Calero, Pepe Mira, Nacho Pérez y Pablo Rodríguez como componentes del ‘coro’.
“¡Quiero la cabeza del Bautista!”
Tratamiento de gran producción para esta obra central dentro del 69º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida sobre un personaje muy conocido en el imaginario colectivo del espectador medio que, sin embargo, queda atrapada en una cierta irregularidad consecuencia de los diferentes intereses a los que se intenta conciliar: el espacio para reivindicar la legítima lucha por la igualdad entre mujeres y hombres, la inclusión de momentos de comedia, el guiño a los espectáculos musicales que, visto lo visto, parecen que no pueden faltar y un cierto halo buenrrolista; que, en todo caso y evidencias mediante, acercan el objetivo planteado de llenar al aforo del Teatro Romano de Mérida en las diez funciones programadas entre el 9 y 20 de agosto de 2023, aún sin alcanzar la excelencia ya vivida entre estas piedras milenarias, pero convencidos de que nos volverá a visitar.
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Para mi, una obra creada para el lucimiento de Belén Rueda, cosa que consigue con su interpretación. Otra cosa es si llegas a creerte el personaje, cosa que no fue mi caso, conocedora de la verdadera historia (o al menos la que sabemos a través de los evangelios y de los historiadores). Se entiende que puedas interpretar la historia a tu antojo, pero no consiguieron involucrarme en la trama. Los comentarios cómicos, sexuales, el empoderamiento de la mujer, y los aislados cantos de Juan el Bautista… consiguieron un gran aplauso y la mayoría del público en pie. Menos yo.
Muchas gracias, Carme, por su comentario y aportación en https://www.traslamascara.com, al hilo de la crítica teatral publicada sobre ‘Salomé’. Su observación es detallada y se realiza desde el criterio. Esperamos seguir contando con sus visitas a este espacio virtual, así como con participaciones. Saludos.