Romeo y Julieta despiertan…; crítica teatral

21 Abr 2023

Corría el año 2019 cuando la representación de la obra ‘Tiempo de silencio‘, del dramaturgo Luis Martín-Santos, obtuvo un gran éxito a través de la recreación realizada por el director de nacionalidad suiza, hijo de padres españoles, Rafael Sánchez, sobre la versión realizada por su habitual colaborador Eberhard Petschinka, aquella experiencia, que les fue propuesta por José Luis Gómez en el Teatro de la Abadía, fue el germen de otro reto que ahora llega a la escena del Teatro Español, abordar a la pareja de enamorados más famosa de la historia del teatro y la literatura, Romeo y Julieta, atravesados sus personajes por el tamiz del paso del tiempo en forma de madurez, o vejez, de tal manera que quienes escaparon de la vida a sus respectivos años de 14 y 13, para compartir el infinito eterno del más allá, despierten, volviendo a la existencia terrenal preguntándose ‘¿cómo habrá cambiado Verona en los últimos 50 años?‘, para que ella se responda ‘o 500, ¿sabemos cuántos años han pasado desde entonces?‘.

Romeo y Julieta despiertan...

“¡Trece los tuvo hace cincuenta años!”

Romeo y Julieta despiertan...Ana Belén y el propio instigador del reto, José Luis Gómez, interpretan a los maduros Julieta y Romeo, ella vitalista y convencida de despertar de su sueño, al tercer día, tal y como le dijo ‘fray Lorenzo cuando le proporcionó aquel mágico liquido, hasta que asombrada de su reflejo en un espejo, que el veterano Romeo lleva consigo, exclamar ‘¿qué es esta cosa infernal?‘ pues las huellas de, al menos, cincuenta años, se han dejado ver en su rostro. Mientras él, capaz de reconocer lo bien conservada que está la dama que ha despertado junto a él, no se acuerda de nada, enfrentado a una pared blanca, ayuno de recuerdos, contra la que choca una vez y otra, mostrando vulnerabilidad y aceptación, de forma encomiable y llena de ternura.

“Para que dure el amor, no améis demasiado”

elencoLos dos protagonistas son acompañados sobre la escena por un conjunto de músicos liderados por David San José, hijo de Ana Belén, junto con Irene Rouco al ‘chelo’ y José Luis Torrijo (Blackbird), los cuales también asumen algunos roles interpretativos que complementan el desarrollo de la trama, destacando la comicidad que aporta éste último, especialmente cuando recrea a la ama de Julieta.

Como preámbulo del espectáculo se intenta un juego metateatral, en el que José Luis Torrijo, a modo de maestro de ceremonias, presenta, al público, a Ana Belén y José Luis Gómez, ella acude con prontitud, provista de su habitual sonrisa y saber estar, mientras él se retrasa y hay que ir a buscarle entre bambalinas. Personalmente considero que nada añade ello a la propuesta, precipitándose los rasgos de comedia, que en alguna fase posterior no son adecuadamente interpretados.

“¡Dámelo, dámelo!. Y no me hables de miedo”escenografía

La escenografía diseñada por Ikerne Giménez es ligera, a base de unos pocos elementos y mostrando el foso desnudo, con el protagonismo máximo para una estructura circular de focos a la que se dota de movimiento y las dos piezas rodantes que recrean las sendas tumbas de Romeo y Julieta. Espléndido es el diseño de luces de Carlos Marqueríe que dota a cada personaje de su propia luz, en intensidad y tonalidades, en un estupendo trabajo.

Julieta, a través de Ana Belén, tiene una mayor presencia en la trama y en su relato, ella es quien recuerda lo que ocurrió, incluidos los detalles, los cuales comparte con entusiasmo, ante la mirada perpleja de un Romeo interpretado por la elegancia y el saber hacer del gran actor que es José Luis Gómez, no tan participativo como Julieta, pero siempre presente en lo que sucede sobre la escena para enmarcarlo, bien con una mueca, quizás con un gesto, atusándose el flequillo frente al espejo que despertará el interés de su amada o recurriendo a esa roja nariz de payaso que nos deleitará con los mágicos efectos de los años de buen oficio de mimo que acumula en su vasta, y espléndida, carrera interpretativa y en las artes escénicas en general.

“Y la muerte vino, y me sacó de la vida…”

Romeo y Julieta despiertan...Lo más interesante del texto está en la parte inicial y en la resolución, con una fase intermedia en la que se recrean los hitos más conocidos del drama escrito por Shakespeare, aunque ni el trabajo de Eberhard Petschinka, ni el de Rafael Sánchez, nos llegan a sorprender, siendo las interpretaciones de Ana Belén y José Luis Gómez lo que se constituye en el valor fundamental de esta propuesta, sabiendo explotar el vector tiempo, que es el paradigma desde el que surge esta nueva visión de la tragedia vivida por dos  adolescentes enamorados, consecuencia del enfrentamiento y hostilidad entre Montescos y Capuletos, para que cuando los protagonistas evidencian que ya no son jóvenes y, más allá del periodo transcurrido unidos en esa cripta, se pregunten, como todos en algún momento, si lo hecho mereció la pena y hubo provecho en el tiempo de nuestros años. 

Romeo y Julieta se mantendrán despiertos en el Teatro Español,, hasta el 4 de junio de 2023 (desde el 30 de mayo el papel de Romeo lo interpretará Jesús Noguero). Una nueva ocasión de explorar sobre el amor y sus mágicos efectos, tamizados por el paso del tiempo, de juventud a vejez, pasando por la madurez.

 

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