Rodrigo Rato Figaredo
10 Dic 2014
Me resulta de mucho de interés, literario y social, la imagen de Rodrigo Rato Figaredo, acudiendo a locales de la noche madrileña, durante cuatro madrugadas consecutivas, las que van desde el 23 de febrero de 2011, al 26 del mismo mes, pagando sucesivamente con cargo a su “tarjeta black” 463,20 euros, 464,83 euros, 461,39 euros y 459,81 euros, ¿qué empujó al Presidente de una entidad como Bankia, ex_Vicepresidente 1º del Gobierno de España y ex_Director Gerente del Fondo Monetario Internacional con tratamiento, de por vida, de jefe de estado, a acudir con reiteración a ese tipo de locales durante esos días?.
En febrero del 2011, bajo su presidencia, se presentó en sociedad Bankia como integración de siete cajas de ahorro, que cinco meses después protagonizaría una OPS que se encontró con el rechazo frontal de inversores institucionales y bancos de inversión, la cual fue sacada adelante abusando de la confianza de los clientes minoristas habituales de las cajas, quizás en ese mes de febrero el Sr. Rato ya era consciente de ese rechazo de los institucionales, quizás en esos momentos descubrió el agujero real de Bancaja (ante la evidencia de los engaños realizados en relación al Banco de Valencia) el cual lastraba irremediablemente el proyecto liderado por Caja Madrid y se arrepentía de no haber sabido decir “no” al Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, cuando le propuso la imposible sinergia que suponían Caja Madrid y Bancaja.
En esos días del mes de febrero de 2011 Rodrigo Rato pudo empezar a revivir uno de sus peores recuerdos familiares, que se retrotraía al año 1967, también al mes de febrero, exactamente al día 17, cuando su padre, Ramón Rato y Rodríguez San Pedro, fue condenado a tres años de cárcel y dos multas por un total de 176 MM pesetas, junto con su hermano Ramón (condenado a dos años de cárcel y multa de 44 MM pesetas), los delitos tenían que ver con evasión de capitales pero también con la caída del Banco de Siero y del Banco Murciano, ambos propiedad del padre de Rato, y en defensa de cuyos depositantes tuvo que salir el Gobierno de España, lo cual es lo más humillante que le puede ocurrir a un banquero; quizás, de alguna manera, Rodrigo Rato Figaredo fue consciente esos días de febrero de 2011 que su historia como Presidente de un banco, aunque fuera recién constituido y procedente de la fusión de varias cajas de ahorro, acabaría en una historia similar a la vivida por su padre, y su hermano, otro mes de febrero, cuarenta y cuatro años antes.
La historia de Rodrigo Rato Figaredo en Caja Madrid y Bankia fue breve y fallida, articulada en torno a dos decisiones incomprensibles, la fusión con Bancaja (lo cual no hizo sino acrecentar los problemas) y la OPS para captar 3.000 MM euros que, ya entonces, eran insuficientes para la situación patrimonial del banco.
En esos días de febrero de 2011 quizás los pensamientos del Sr. Rato volverían a intentar responderse: ¿por qué José María optó por Mariano, en lugar de mí?, ó a responderse sobre la razón de su abandono precipitado del puesto de Director Gerente del FMI… ¿ó fueron ellos los que me invitaron a hacerlo?, preguntas, preguntas …y más preguntas, y ahora aquí estoy haciendo uso de la ”tarjeta black”.