Perra vida, crítica teatral
18 Nov 2016
A pocos días de que finalice el año Cervantes que se celebra este 2016, coincidiendo con el cuarto centenario de su muerte; seguramente con más sombras que luces, matiz muy español éste a la hora de celebrar y reconocer a nuestros más insignes grandes hombres, nada que ver el reconocimiento británico a Shakespeare, de cuyo forma y boato tanto tendríamos que aprender; conviene recordar uno de los pequeños homenajes, humilde, pero de mucha calidad, que se ha hecho al “Manco de Lepanto” con Perra Vida, obra escrita, y dirigida, por José Padilla en adaptación libre del texto “El casamiento engañoso” del genio nacido en Alcalá de Henares.
Este espectáculo ha merecido el “Premio Almagro Off 2016”, habiendo formado parte de la programación inicial de El Pavón Teatro Kamikaze en el nuevo espacio de su ambigú.
Esta Perra Vida adaptación contemporánea del texto escrito hace más de cuatrocientos años, que formó parte de las “Novelas Ejemplares” de Miguel de Cervantes, llega fresca y vigente hasta nuestra época, desarrollando el gran tema de la traición, en un formato que recuerda a las “road movies” americanas, en este caso perdidos en un bar de carretera, en sitio indeterminado, quizás en algún lugar de La Mancha, en un nuevo guiño al autor de “El Quijote”.
La trama se plantea a través de dos parejas, Estefanía y Lorenzo, protagonizadas por Elisabet Altube y un sorprendente Samuel Viyuela, muy fresco, creíble, colérico y tierno a la vez, cuya óptima impresión ratificamos al verle junto a Pedro Casablanc en “Yo, Feuerbach”. La segunda pareja, compuesta por Peralta y Campuzano, en la carne, respectivamente, de Nerea Moreno y Diego Toucedo, cuyos cuatro personajes acaban entremezclados en una misma historia, que los relaciona, aún partiendo de premisas, y escenarios, inicial y aparentemente, sin nada en común.
Compañeros en la Legión, un negocio de restauración heredado, historias por olvidar que vuelven permanentemente a sus protagonistas, la desesperación, la ambición, el engaño, la locura y siempre la puñalada de los más próximos, sirven de marco a este drama atemporal, sea en el siglo XVII o en pleno siglo XXI.
«Perra Vida» es un espectáculo que ha merecido el “Premio Almagro Off 2016”.
El teatro OFF brinda un privilegio impagable: el de la cercanía de los protagonistas a los espectadores, sintiendo su presencia, la emulsión de su sudor, sus gestos más básicos, hasta convertir la ficción en la más pura realidad …o impostura, sin ser este el caso de los protagonistas de esta Perra Vida cuyos trabajos son más que destacables: rotunda Nerea, cínica superviviente Elisabet y en una magnífica bicefalia Diego y Samuel.
La puesta de escena es minimalista, con pocos elementos decorativos que aparecen y desaparecen de la mirada del público a través de los propios personajes protagonistas, con una iluminación y sonido que remarcan la carga dramática de la obra. A destacar los cuadrados formados por linderos de polvo blanco, o algo similar a serrín, en el suelo sobre el que se desarrolla la acción, que van desapareciendo a lo largo de la trama, en una acertada alegoría de los límites, de lo que está dentro y de lo que está fuera, del sentido común y de la locura.
Perra vida ha sido una acertada apuesta de El Pavón Teatro Kamikaze para inaugurar la actividad de su ambigú; todo un soplo de aire fresco para la escena teatral madrileña y de quienes disfrutamos de ella.