Montaje
31 Mar 2022
Más allá de las grandes crisis que vivimos, desde la guerra en Ucrania a la de desabastecimientos, el encarecimiento de las energías y una explosión de la inflación no conocida en las décadas anteriores, si de algo se ha hablado en los hogares de todo el mundo en estos últimos días, aún siendo un problema menor, sin importancia en el mundo real de ‘las cosas del comer’ (como dirían nuestros abuelos), que encaja perfectamente en la definición que la RAE hace de la palabra “morondanga”, es el ‘incidente’ protagonizado por Will Smith y Chris Rock, dentro de la gala de la 94ª edición de los premios Oscar’s.
Más allá de las grandes crisis de este momento actual, si de algo se hablado en los últimos días es de la bofetada propinada por Will Smith a Chris Rock en la 94a edición de la gala de los premios Oscar’s
En las horas y días transcurridos han abundado los posicionamientos que consideran que el arranque del actor que se dió a conocer en el personaje de “El principie de Bel-Air”, se debió a un machismo mal entendido, según el cual que el marido salga en defensa de su esposa, ante una supuesta agresión verbal, nos retrotrae a los episodios más rancios de la etapa del patriarcado.
Por contra también existen quienes consideran que Will Smith tuvo una reacción quizás desmedida, pero llena de amor y protección, para quienes forman su grupo personal más íntimo, del que, por supuesto, su mujer es parte esencial.
No podemos dejar de ser conscientes que esa “gala” es la fiesta anual de la industria cinematográfica, actividad muy legitima que tiene por objetivo incrementar la recaudación por las diferentes vías de distribución
Sin embargo, haciendo uso de mi personal derecho a la interpretación de determinados hechos y, por tanto, de mi libre opinión, comparto, en estas lineas, mi percepción sobre algunas señales emitidas alrededor del incidente retransmitido a todo el mundo.
En primer lugar no podemos dejar de ser conscientes que esa “gala” es la fiesta anual de la industria cinematográfica, actividad muy legitima que tiene por objetivo incrementar la recaudación por las diferentes vías de distribución (entradas en salas, televisión en pago, internet, etc…).
En los últimos veinte años de historia de los premios Oscar’s las ediciones que menos audiencia televisiva han tenido son las dos más recientes, de 2021 y de 2022.
En segundo lugar, el protagonista del ‘incidente’, quien tras ello recibió el premio al mejor intérprete en esta gala de los Oscar’s, Mr. Smith, lleva años colocado entre los actores mejor pagados de la industria (junto a Daniel Craig, Denzel Washington, Dwain Johnson y Leonardo Di Caprio), no es un actor más, ni nadie que se juegue una incipiente carrera profesional. Detalle nada baladí.
Por otra parte, Chris Rock, quien ya había presentado la ‘gala’ de los Oscar’s en 2005 (77ª edición) y 2016 (88ª edición), se hizo presente en el escenario de ésta 94ª edición para entregar un premio puntual, su aparición fue concreta y específica. Siendo famosas sus polémicas por su peculiar sentido del humor, que según algunos rozan el ‘mal gusto’ y ya ha recogido la prensa internacional la alta demanda de su agenda para sus próximas actuaciones a lo largo del orbe a partir de recibir el, ya famosísimo, bofetón, casi al nivel del protagonizado en ‘Gilda’ (1946), por parte de Glenn Ford a Rita Hayworth (más exactamente entre los personajes interpretados por ambos).
“Jada, te quiero. Estoy deseando verte en ‘La teniente O’Neil 2” (Chris Rock, en la 94a edición de los premios Oscar’s)
Aunque quizás la pista definitiva sobre lo sucedido en esta 94ª gala de los premios Oscar’s, de este año 2022, esté en los datos estadísticos de las audiencias alcanzadas por este evento, que consiguió su cifra máxima (en los últimos veinte años) en 2014 con 43,7 millones de espectadores, actuando de maestra de ceremonias Ellen DeGeneres, el año que se coronó “12 años de esclavitud” con la preciada estatuilla dorada, para desmoronarse, incluso antes de la pandemia del Coronavirus Covid-19, hasta, casi mitad (23,6 millones de espectadores), cayendo en la edición de 2021 hasta los 9,8 millones.
La industria, y sus dirigentes en Hollywood, necesitan recuperar audiencia y lo presenciado desde el Dolby Theatre de Los Angeles, en mi opinión, tiene que ver con ese objetivo, no solo se ofrece al mundo una ceremonia de entrega de premios anuales, sino también un espectáculo fiel a un guión diseñado de manera previa.
El momento más resonado de la ceremonia de los Oscar’s de este año, sucedió cuando Chris Rock, encargado de entregar el premio al mejor documental, puso el foco de su mirada, e ironía, en quienes ocupaban la primera fila, como grandes reclamos y atractivos del evento, dirigiéndose a la mujer de Will Smith, diciendo: “Jada, te quiero. Estoy deseando verte en ‘La teniente O’Neil 2”, frase que más allá de su mal gusto, por su relación directa con una enfermedad, no parece un agravio excesivo. Lo cual hizo, en todo caso, que Smith se acercará hasta Rock y le propinase una bofetada (no puñetazo, pues su mano estaba abierta) que, vista por televisión, más parecía parte de una escena de un western de segunda fila que una verdadera disputa; aunque a continuación y con el ‘ofendido’ de vuelta junto a su esposa, sí se vivió el momento más creíble, al solicitar al ofensor: “quita el nombre de mi mujer de tu puta boca”.
“Quita el nombre de mi mujer de tu puta boca” (Will Smith, en la 94a edición de los premios Oscar’s)
A continuación el protagonista del “asombroso incidente” recibió el Oscar a mejor intérprete, haciendo un alegato a la defensa de los suyos, con la única referencia al episodio vivido unos momentos antes, de “confío que la Academia me vuelva a invitar en una próxima ocasión”.
“Confío que la Academia me vuelva a invitar en una próxima ocasión” (Will Smith, en la 94a edición de los premios Oscar’s)
La edición de la 94ª gala de los Oscar’s de este año 2022 ha subido su audiencia en directo, hasta los 15,4 millones de espectadores, incrementando el dato de 2021 en un 57%, pero a pesar de ello se sitúa con el segundo peor dato histórico de audiencia de los Oscar’s, claro que el dato del número de público que haya visto en diferido el puñetazo/bofetada, convertido en parte central del espectáculo, habrá sido muy superior.
En este mundo nuestro, contemporáneo, nada de lo que sucede es lo que parece y ya nos hemos acostumbrado a dudar de todo lo que, con excesiva facilidad se nos muestra. En este caso, al menos en mi opinión, lo que vimos responde al significado de la palabra ‘montaje’ según la Real Academia Española (RAE) y en esta recreación es un acierto que los dos protagonistas fueran hombres negros, evitando que la polémica atraviese el conflicto de raza y de género de los protagonistas, porque con todo lo que se ha montado ¿se imaginan ustedes que hubiera pasado si quien recibe la bofetada/puñetazo hubiera sido, por ejemplo, una mujer negra y el agresor un hombre blanco?. Mejor dejemos las cosas como están.