Lo nunca visto, crítica teatral
21 Sep 2019
Araceli es una veterana, y decrépita, profesora de ballet que, además de no haber bailado nunca ante el público, jamás disfrutó de vacaciones y nunca viajó, porque su vida permaneció aferrada al estudio de baile que regenta, aunque en él ya no queden alumnas, sino solo sus recuerdos y la amenaza, cierta, del cierre de su escuela ante sus reiterados impagos.
“¡Yo estoy bien! …¿y tú, cómo estás?”
Pero antes de que aquello suceda, decide recurrir a los contactos de sus antiguas alumnas para reclutar a un grupo de ellas y lanzar su “canto del cisne” definitivo, un espectáculo que revolucionará el arte de la escena y el ballet…¡Lo nunca visto!, ese será su título, pero a la llamada de la ‘maître de ballet’, solo acudirán dos de sus alumnas, Maricarmen (una ama casa en huida de su hogar y de su marido, que tira de un carrito de la compra que contiene unos pocos pedazos de su memoria) y Sofía (una yonqui gallega, que no quiere recordar para evitar el dolor del pasado), quienes con la única contraprestación de conseguir pasar la noche en la escuela, aceptan participar en el montaje, cuyo argumento serán sus propias vidas …¡al fin protagonistas de algo!.
“¡Ya no hay brazos, ni hombres, como los de antes!”
José Troncoso construye una historia de perdedoras, en una especie de “road movie” en la que se recorren los sentimientos y las emociones de unos personajes dolientes que conmueven, y lo hace desde un humor que llega al esperpento, con diálogos repletos de gracia andaluza, aún con gotas del galleguismo que aporta el personaje de Sofía, utilizando muy bien la reiteración de ciertas frases en conversaciones que adquieren un toque surrealista. Es tragedia lo que se narra, pero se hace desde la comedia y las risas, que brotan reiteradas entre el público, a pesar del drama y las penas que nos comparten Araceli, Maricamen y Sofía …¡la vida misma!.
“¡Nadie tiene la culpa, la culpa es un invento!”
Troncoso, ademas de responsable de la dramaturgia, dirige el espectáculo y lo hace de forma vibrante y con efectismo, sobre un espacio escénico, responsabilidad de Juan Sebastián Dominguez, en el que destaca una barra de ballet ‘para hacer puntas‘, con movilidad para desplazarse sobre el escenario según la necesidad de cada momento, con un telón rojo en el fondo, caído sobre su lado derecho en fina alegoría sobre la propia escuela de baile, las vidas de las protagonistas y la trama que se presenta, con el único atrezzo de tres sillas y un hinchable (juguete acuático) que participará en uno de los momentos de mayor carga dramática. A destacar los elementos musicales que se intercalan a lo largo del espectáculo, especialmente reseñable al utilizar algunos corales de las Pasiones de Johann Sebastian Bach, que confieren gran emoción a los momentos en lo que ello ocurre.
“¡La playa no me gusta, me encanta …pero la odio!”
El buen texto creado por José Troncoso necesitaba la complicidad de unas actrices capaces de convertir en comedia esperpéntica, el relato de penas de las respectivas historias de sus personajes y ahí consigue otro acierto a través de la selección para ello de Belén Ponce de León (Araceli), Ana Turpin (Sofía) y Alicia Rodriguez (Maricarmen). Divertidísima esta última, con una gran vis cómica, utilizando todos los recursos a su alcance, desde su expresión corporal, sus distintos tonos de voz, sus caras, sus poses, pasando con gran agilidad, y acierto, de la comedia al drama y a la inversa. Componiendo con Belén Ponce de León un dueto, especialmente cómico, que rebosa química. Ana Turpin completa el buen trio protagonista, desde un personaje, cuya historia, tiene un menor peso en la trama, pero que defiende de manera acertada, optimizando su “galego” de cuna.
“La vida es una pescadilla que se muerde la cola”
Más que interesante propuesta la que realiza José Troncoso, con producción de La Estampida, componiendo una elegía sobre el paso del tiempo -con efectos evidentes cuando ya se tiene una edad- y la imposibilidad de volver atrás, quizás para corregir decisiones que desde el hoy, cada persona puede considerar equivocadas. Eso es lo que buscan Sofía y Maricarmen, pero ellas deben saber, cómo sabemos todos, y Araceli les insiste, que es imposible y eso seguirá siendo por los tiempos de los tiempos …¡Lo nunca visto!.