La señorita de Trevélez, crítica teatral

19 Mar 2025

La señorita de Trevélez, crítica teatralNo es baladí, al menos no lo parece, que la elección de la primera obra dirigida por Juan Carlos Pérez de la Fuente en su actual periodo al frente del Teatro Fernán Gómez, completando un trio de experiencias sobre compañías y teatros públicos, que incluye el Centro Dramático Nacional (1996-2004) y el Teatro Español (2014-2016), sea sobre un texto de Carlos Arniches, autor no demasiado representando en los últimos tiempos, con certeza afectado por unas determinadas tendencias generadas más allá del real talento de un dramaturgo que merece su lugar en el repertorio, como alguno más de su coetáneos. El título elegido, ‘La señorita de Trevélez’, opera dentro del afán regeneracionista que el propio Arniches buscaba en sus planteamientos, poniendo el foco en un tema tan recurrente, a lo largo de los tiempos, como el acoso y la burla, algo a lo que ahora se pone nombre a través de anglicismos, que no son otra cosa que unas bromas de mal gusto que condicionan a las víctimas que las padecen. Igual que Valle-Inclán, Arniches presenta la realidad del humor más negro, incluso cruel, deformándola, hasta revestir el drama de comedia, en clave de farsa grotesca.

“La crueldad solo es un punto de vista”

Una mujer de buena situación económica, adentrada en lo que se llama la madurez e interesada en abandonar la soltería que profesa, que atiende al nombre de ‘Florita’ y sobreprotegida por su hermano, ‘Don Gonzalo‘, con el que vive en la espléndida casa familiar que tienen por hacienda, es el objeto de la sórdida broma diseñada porTito Guiloya’, encabezando un grupo de jóvenes autodenominado como el ‘Guasa Club’, agrupados en torno a la actividad del casino de la capital de provincias donde transcurre la trama, cuya presencia escénica rememora, de forma ostensible, a la pandilla de ‘La naranja mecánica’, tanto en el propio aspecto de su líder, como en el uso de bastones y bombines, en la coreografía que utilizan para sus apariciones. El ardid consiste en hacer llegar a la objeto de burla, una carta presuntamente escrita por ‘Numeriano Galán‘, a la sazón pretendiente, junto a ‘Guiloya‘, de ‘Solita’, la joven y guapa ayuda de cámara de ‘Flora’, su señora; declarándole su amor, para disparar las expectativas de ésta. Con lo que la jugada, diseñada por ‘Guiloya’, incluye la cruel broma haciaFlorita’ y, al tiempo, se quita un rival en su pretensión haciaSolita’, además de otras importantes congojas paraGalán‘.

“¡Que tendré yo que no puedo ser dichosa!”

La versión realizada por Ignacio García May funciona perfectamente, aún eliminando a algún personaje, como sucede con ‘Picavea‘, actualizando, en cierta medida, el costumbrismo clásico del teatro de Arniches, poniendo más el foco en el afán regeneracionista que el propio autor marcaba como objetivo de su dramaturgia.

“Yo negueme; pero ella insistiome y complacila…»La señorita de Trevélez, crítica teatral

A destacar el cuidadoso mimo con el que Pérez de la Fuente se aproxima a esta obra de Arniches, con gran sensibilidad y unas altas dosis de imaginación, exprimiendo el espacio escénico del Teatro Fernán Gómez como, quizás, no lo habíamos disfrutado anteriormente, con la estupenda prestación de Ana Garay en la escenografía. Mención especial para el convincente diseño de vestuario de Almudena Rodríguez Huertas. Adecuadas aportaciones de Juan Manuel Guerra en iluminación, Ignacio García en espacio sonoro, Elvira García en maquillaje, Guillermo Weickert en movimiento escénico y Jesús Esperanza como maestro de esgrima.

“Cuando hay que ocultar algo, nada mejor que la prensa”

Un sólido elenco, encabezado por Silvia de Pé (Luces de bohemia, Tea Rooms, ‘El caballero incierto‘, RUN [Jamás caer vivos], Desengaños amorosos, ‘Perdona si te mato, amor), muy creíble en su personaje de ‘Florita’, estupenda en su aparente inocencia, haciendo frente a las habladurías de la gente desde la racionalidad y el equilibrio. Sabe pero no muestra. Observa y entiende mucho más de lo que las apariencias dejan entrever. Junto a ella, Daniel Albaladejo (El alcalde de Zalamea, Amistad, La lengua en pedazos, Reikiavik) dota a su personaje, ’Don Gonzalo’, de muy diferentes matices, a veces brusco y hasta violento, otras, y siempre en relación a ‘Flora’, sensible y cariñoso, para finalmente poner un clarividente alegato final, cuando la realidad se ha hecho espacio a la vista de todos, siempre de forma exitosa. Además de Críspulo Cabezas como ‘Tito Guiloya’ y Daniel Diges como ‘Numeriano Galán’, ambos con una destacada actuación, completan el elenco Marta Arteta, como ‘Conchita’, Óscar Hernández como ‘Peña’,  (Mañanas de abril y mayo, Lo fingido verdadero) como ‘Don Marcelino’, Edgar López como ‘Lacasa, Julia Piera (Los gatos mueren como las personas, Valor, agravio y mujer, Numancia) como ‘Maruja’, Rodrigo Sáenz de Heredia como ‘Señor Menéndez’, Natán Segado como ‘Manchón’ y Juan de Vera como ‘Torrija’, logrando un notable desempeño coral conjunto.La señorita de Trevélez, crítica teatral

“Tapamos una mentira con otra, como si fuéramos el gobierno de la nación”

Loable decisión de Juan Carlos Pérez de la Fuente la de programar, después de excesivos años de ausencia de la escena teatral madrileña, a Carlos Arniches, a través de su obra ‘La señorita de Trevélez‘, tratada con un exquisito cuidado y sutileza, que hace que el conjunto que se presente ante el público se convierta en una oportunidad para paladear por parte de cualquier aficionado a las artes escénicas y el teatro.

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