La Regenta, crítica teatral
09 Mar 2024
Se cumplen 140 años de la publicación de ’La Regenta‘ (1884), texto escrito por Leopoldo Alas, ‘Clarín‘, que es considerada como la mejor novela en lengua castellana del siglo XIX y obra cumbre del realismo en la literatura española, ello justifica y hace pertinente, la iniciativa de llevar esta pieza hasta la escena teatral, aún con la complejidad que supone representar sobre un escenario las vicisitudes de su trama, en las más de mil páginas de su texto y los más de cien personajes que aparecen en ella.
“La heroica ciudad dormía la siesta. ‘Vetusta’, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía la digestión del cocido y de la olla podrida, y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana de coro, que retumbaba allá en lo alto de la esbelta torre en la Santa Basílica”
Eduardo Galán realiza la adaptación del texto, comprimiéndolo hasta la esencia, para que, en noventa minutos, el público, tanto quienes han leído el texto de ‘Clarín’’, como los que sólo conocen referencias o resumenes, e incluso aquellos cuyos únicos recuerdos lo son en relación la serie televisiva difundida en los años 90’s del siglo XX, descubran la capacidad literaria de Leopoldo Alas para construir una demoledora crítica social a la sociedad de la época (siglo XIX) especialmente en provincias, pero no solo, de aquella España, donde la clase alta dominante y la burguesía imponían su ociosidad para que nada cambie y todo continúe igual, indolencia mediante, escenario en el que el clero juega un papel preponderante imponiendo una moral estricta y asfixiante, además de hipócrita. Con la actividad política dominada por dos partidos acomodados, en el que ni uno, ni otro, son alternativa de nada, con la única aspiración de que quienes tienen privilegios los mantengan.
“Yo soy el cacique honorario y tú el cacique en funciones”
Helena Pimenta vuelve al reto de realizar propuestas teatrales de grandes textos, como hizo en el propio Teatro Fernán Gómez, con ‘Los pazos de Ulloa‘ y de su acreditada experiencia como directora de la CNTC, entre 2011 y 2019, siendo capaz de llegar al gran público con la puesta en escena del más famoso texto de Alas.
“Hoy diversión, mañana confesión”
Quizás la parte menos conseguida de esta propuesta esté en la escenografía, excesivamente minimalista, diseño de José Tomé y Marcos Carazo, quienes optan por un impersonal panel, en el fondo de la escena, que más que sugerir lugares, sirve para recibir sobre él proyecciones, sin que el resultado sea el adecuado, por contra, el vestuario diseñado por Yaiza Pinillos juega, justo, con lo contrario, siendo realista al máximo sobre la época en la que la trama discurre. Adecuadas aportaciones de Iñigo Lacasa en el espacio sonoro, Nuria Castejón en coreografía y Nicolás Fischtel en la iluminación, gestionando, con oficio, la dificultad, por la escasa altura, de este espacio escénico.
“El número de mis enemigos es infinito, como las estrellas”
Ana Ruiz (Ortega, Esta noche se improvisa la comedia, Eduardo II, Ojos-de-niebla) está convincente en su recreación del personaje de ‘Ana Ozores‘, pero sin lograr alcanzar el fulgor que Pepa Pedroche (Los últimos Gondra (memorias vascas), Hipatia de Alejandria, Enrique VIII y la cisma de Inglaterra) consigue al interpretar a ‘Doña Paula’, la ‘sui géneris‘ madre de ‘Don Fermín’ (el magistral Fermín de Pas), quien no tiene reparo en afirmar, y señalar, que lo alcanzado por su hijo (estatus, relevancia, social, poder, etc…), es, exclusivamente, por su obra, gracia … y desvelos. Segundo destacado papel consecutivo que, en poco tiempo, la disfrutamos, tras encarnar a ‘Régula’ en la recreación teatral de ‘Los santos inocentes‘. Junto a ellas, Alex Gadea (Ortega, El médico de su honra), nos hace ver, con acierto, al mortal que tras cualquier casulla habita; con Joaquín Notario (Esta noche se improvisa la comedia, Enrique VIII y la cisma de Inglaterra, El alcalde de Zalamea, La dama duende, Los últimos Gondra (memorias vascas), El enfermo imaginario) interpretando con la sencillez de lo siempre eficaz a ‘Víctor Quintanar‘ (el ex-regente de ‘Vetusta’, que con ese ex-cargo brinda el título a la obra) el longevo marido que le da todo a su esposa, Ana, menos, justamente, lo que ella más precisa y necesita; y Jacobo Dicenta (Los santos inocentes, Hedda Gabler), creíble, en el papel del seductor de ‘Vetusta’, dedicado por oficio a ellas, por más que el caciquismo oficial le tenga otorgado, ’in illo tempore, un escaño en el Congreso de los Diputados de Madrid, unas veces como parte de la mayoría política y otras dentro de la oposición. Junto a ellos, Francesc Galcerán (Los pazos de Ulloa), Alejandro Arestegui (El bar prodigioso, El zoo de cristal) y Lucía Serrano completan el elenco.
“Mejor seducida que fanatizada”
Loable intento de acercar al gran público la extensa y formidable novela de Leopoldo Alas, ‘Clarín‘ con esta propuesta teatral, que más allá de las cuestiones que, por síntesis, se quedan en el tintero, nos parece un acierto, aunque en esta aproximación el papel del narrador, que el lector vivirá en primera persona al adentrarse entre sus lineas, sea aquí prorrateado entre varios personajes que, cuando lo hacen, acuden a escena usando unas gafas de sol, en guiño a los espectadores no tan evidente en las escenas iniciales.
“La odio por hipócrita …y guapa”
Iniciativas como ésta, especialmente sobre obras esenciales de la literatura española, deben formar parte, siempre, de las programaciones y actividades de un teatro público como, en este caso, es el Teatro Fernán Gómez, dependiente del Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid.
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