La colección, crítica teatral
23 Abr 2024
Tras trabajos como ‘María Luisa‘ y, especialmente, ‘Amistad’, Juan Mayorga, dramaturgo, director teatral, filósofo, matemático, Premio Píncipe de Asturias de las Letras 2022, académico de la Real Academia Española, donde ocupa el sillón “M”, y actual responsable artístico del Teatro de la Abadía, además de Premio Nacional de Teatro en 2007 y Premio Nacional de Literatura Dramática en 2013, vuelve a sus registros y señas habituales, presentando sobre la escena un texto de su propia autoría, el cual también dirige, cargado de filosofía, haciendo uso reiterativo, aunque siempre brillante, de las metáforas y las paradojas, para utilizar el símil de los coleccionistas de arte, en una compleja reflexión sobre el paso por la vida de cualquier ser humano, sus huellas y el concepto de legado.
“¡Bienvenidos al ring!”
‘Héctor‘ y ‘Berna‘ son una pareja de apasionados por el arte que han dedicado su vida a construir una antología, y compendio, de lo mejor que el ser humano ha sido capaz de crear a lo largo de los tiempos, a la cual llaman ‘La colección’, que aunque pocos son los que han llegado a disfrutarla y paladear, es famosa en el mundo entero, a través de la bien ganada fama de sus hacedores más allá de los autores artísticos de cada pieza, incluyendo el ripio de que obras aún no poseídas por ellos, sí tengan el pertinente lugar previsto para su recaudo, y composición, entre el resto de elementos.
Lo fundamental es la unidad de ‘La colección’. El todo es más importante que sus partes.
¿Qué sucederá con ‘La colección’, cuando sus promotores ya no estén?. El esfuerzo de toda una vida en un tan vasto cometido no puede quedar sometido al azar. ‘Héctor’ y ‘Berna’ no tienen hijos; no les dió tiempo, tenían su foco más allá; pero el hecho de haberlo tenido tampoco hubiera supuesto que la genética les hubiera ofrecido una solución para el buen cuidado de su legado.
“No buscamos un comprador. Buscamos un heredero.”
En sus quehaceres a través de las subastas de las piezas artísticas más demandadas, supieron de ‘Susana‘, tan apasionada como ellos por el arte y mucho más joven. La citan en la sede de ‘La colección’ para conocerla, pero hay algunas normas que tendrá que cumplir: solo accederá a ella y a su contenido al amanecer, tras haber pasado la noche allí. Se siente observada, más allá de eso, se siente examinada, su conversación y sus respuestas son calibradas para comprobar que se trata de la persona que ‘Héctor‘ y ‘Berna‘ creen, en otro caso nunca disfrutará del gran legado.
“Pelear (discutir) ayuda a pensar. ¿Ring o caverna?.”
En la casa donde ha sido citada ‘Susana’, también está ‘Carlos‘, empleado /persona de confianza / ¿también candidato al legado?, quien será puesto a disposición de aquella en lo que necesite, nada se sabe de él, ni cuanto tiempo lleva con ‘Héctor‘ y ‘Berna‘, ni exactamente quien es, y esas interrogantes sientan estupendamente a su rol, sumando en el enigma.
“Siempre es pronto para conocer el valor de nada”
Alessio Meloni crea para la ocasión una escenografía que deja ver; en cierto desorden, o quizás no tanto; un cúmulo de cajas que guardan en su interior las piezas que componen ‘La colección’ junto con las etiquetas de sus propias historias, desde donde fueron adquiridas, a quienes fueron sus anteriores propietarios. El trabajo del escenógrafo está vinculado en íntima armonía con la iluminación diseñada por Juan Gómez Cornejo, primando más las sombras que la luz, luciendo el recurso que suponen los grandes ventanales del origen del edificio que actualmente cobija el Teatro de la Abadía, los cuales aparecen con sus contraventanas totalmente abiertas cuando el público accede al espectáculo. Adecuadas aportaciones de Vanessa Actif en el vestuario, y Jaume Manresa en espacio sonoro.
“Ya a nadie le interesa la verdad”
Entre las interpretaciones es un gusto poder paladear, de nuevo, el gran oficio escénico de José Sacristán (Señora de rojo sobre fondo gris, Muñeca de porcelana, El loco de los balcones), quien, a sus 87 años, nos vuelve a regalar un trabajo excelente al recrear a ‘Héctor‘, quizás frágil en su presencia física pero con ese inequívoco registro que es esa particular y bella voz por la que parece no pasar el tiempo. Emocionante es la recreación que hace del registro de su personaje, en guiño de Mayorga, por el gusto por la colección de fotografías de boxeadores a punto de caer antes de su derrota, difícil encontrar una paradoja más eficaz entre fuerza y vulnerabilidad.
“No hemos tenido un hijo para no dejarle una herencia que, probablemente, no merecería”
Sacristán brilla en su trabajo, pero también a través de la experiencia en su oficio y sus ‘tablas’. Ya es tradición que siempre haya algún espectador, en cada función de teatro, que no apague su movil y suene impertinentemente alguna desagradable alarma o melodía. Majestuoso fue el silencio con el que este experto actor subrayó el momento, sin perder la concentración, con sus brillantes ojos en conexión con el patio de butacas, hasta elegir el momento adecuado en el que continuar el espectáculo. Simplemente, soberbio.
“La colección’ es un grito contra este tiempo”
Junto a él, Ana Marzoa brilla en el rol de ‘Berna‘, personaje vitalista sin el cual no existiría ‘Héctor‘, e igual a la inversa. ‘La colección’ es su proyecto de vida y eso les supera a ambos.
Zaira Montes (RUN [Jamás caer vivos], La casa de Bernarda Alba) e Ignacio Jiménez (Valor, agravio y mujer, Lo fingido verdadero, Madre coraje y sus hijos, La ola) completan el elenco, logrando un satisfactorio resultado actoral conjunto.
“Te miro …y recuerdo que soy vieja”
Espectáculo complejo que exige de los espectadores, concentración y atención, con una gran carga filosófica, que, en el fondo y en sus formas, nos devuelve al mejor Juan Mayorga, de lo cual nos felicitamos. Propuesta teatral para paladear sin dejarse llevar por lo obvio. En el centro de la trama nada menos que nuestro paso por la vida, el de cada cual, y el legado, aunque, quizás, lo esencial del legado suceda antes de concretarse éste.
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