Invencible, crítica teatral

24 Nov 2016

Invencible plantea el dilema de las parejas ante la crisis, situación que está siendo tratado por varias obras en la actual cartelera teatral, bajo todos los perfiles: infidelidades, desesperación en la rutina, descubrimientos de incompatibilidades y también la dificultad de la gestión del bienestar, en estos momentos más bien del malestar, al menos para la mayoría.

Cualquier persona tiene la capacidad de adaptarse a vivir en una vivienda de 500 m2, desde un apartamento de 50m2; pero hacerlo en sentido contrario conllevará alguna complejidad más allá de la del espacio disponible.

El autor de Invencible, Torben Betts, vendió su apartamento londinense en 2003 para trasladarse a una localidad limítrofe entre Escocia e Inglaterra aprovechar unos precios más soportables para su bolsillo, pero no fué esa la única transformación a la que se tuvo que enfrentar.

Sobre las peculiaridades de su experiencia escribió este texto: cambió su vivienda, sus gastos, su renta disponible, pero también su estilo de vida, el tipo de gente que componían sus vecinos e, incluso, sus prioridades y su día a día.

En la adaptación española, realizada por Jordi Galcerán, Emilia (Maribel Verdú) y Julio (Jorge Bosch), forman una pareja en la que él está recién acogido a un ERE, mientras ella, pintora contemporánea semiprofesional, muy sensibilizada con los movimientos sociales, el activismo de izquierdas, y vegetariana, marca el ritmo de su hogar, mientras suenan discos de ópera, ante el “laissez faire” de él.

Ambos abandonan su casa en una zona residencial exclusiva, para instalarse en un barrio del extrarradio de Madrid. y conocer “la vida y la gente real”. Su decisión no es voluntaria, pero les gusta pensar que sí lo es.

Daniel Veronese dirige de forma pulcra la puesta en escena de esta adaptación, si bien la escenografía que representa la vivienda de la pareja compuesta por Emilia y Julio, es tan amplia y lujosamente minimalista que, al inicio, le cuesta al espectador mínimamente informado de la trama, saber si se trata de la vivienda que abandonan, como causa de la crisis, o a la que llegan como consecuencia de ella.

Los ingredientes de este Invencible suenan bien individualmente, pero la melodía no llega a enamorar.

Los cuatro actores protagonistas son contrastados profesionales que realizan un trabajo correcto, desde Maribel Verdú a Jorge Calvo (en la piel de Pablo), Jorge Bosch y Pilar Castro (como Laura), si bien esta última destaca por encima del conjunto con la notable evolución de su personaje, desde una divertida “choni” inicial a la herida mujer que nos sabe mostrar al final.

Los ingredientes de este Invencible suenan bien individualmente, pero la melodía no llega a enamorar, quizás una de las cosas más conseguidas sea el título …¡ah! y desde luego el equivoco con el que se juega sobre los hechos sucedidos bajo un manzano, además de la escena de la borrachera de los dos convencidos abstemios.

Quizás gran parte del sentido del humor británico del autor de esta obra se pueda haber quedado en los detalles de la adaptación española: exceso de guiños al campeonato del mundo de futbol de España en Sudáfrica 2010, los tics algo repetitivos de “Chiquito de la Calzada” que sonaban muy lejanos y un personaje no visible en las fuerzas militares españolas en zonas de conflicto en el extranjero.

En todo caso la comedia que se brinda ante nuestros ojos termina por dejarse ver y ser amable, con momentos divertidos que plantea de forma acertada algún matiz de la situación social que se vive en nuestras calles hoy, pero que en su resolución recurre a la fortuna, para conseguir un final feliz, como si de un cuento de Andersen se tratase, al menos para Emilia y Julio, más allá de lo que los propios personajes protagonistas pudieran hacen por si mismos.