Humanidad, critica teatral
30 May 2023
El ‘Price‘, hoy rebautizado como ‘Teatro Circo Price‘, cumple con dicha denominación y hace ya varias temporadas que fusiona en sus espectáculos esas dos expresiones, y manifestaciones culturales, que forman parte de las artes escénicas: el teatro y el circo.
“Dicen que, tras una batalla, el campo brota amapolas, como un cuento: la tierra bebe una pócima de sangre y después duerme un sueño de guerra; hechizo, princesa de tierra dormida, diez mil amapolas en el manto”
La propuesta titulada ‘Humanidad‘ pone el foco en la verdadera constante que en todas las épocas de nuestro mundo se ha repetido con reiteración: la guerra, expresión bélica de diferentes conflictos, siempre bañada en sangre y horror, con un reguero infinito de víctimas que cumplen con lo sentenciado por Paul Valéry al afirmar que ‘La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran‘.
«En ‘Los Desastres de la Guerra’, Goya no trae amapolas. Él mira bajo tierra. Es como si se interesara por la raíz, y no por los pétalos.”
María Folguera, directora del Teatro Circo Price, firma la dramaturgia de este espectáculo que discurre a través del relato que nos comparten, al mismo tiempo aunque desde siglos diferentes, Susan Sontag (1933-2004) y Francisco de Goya (1746-1828), en el cual se encajan cuatro piezas escénicas diversas creadas por otros tantos jóvenes artistas de circo españoles e internacionales, en colaboración con La Grainerie – Fabrique des arts du cirque et de l’itinérance, el FRAC de Fuenlabrada, el Espacio Puntocero de Madrid, el Ayuntamiento de Fuenlabrada y el Institut Français.
«Hitler era vegano”
El punto de partida de la reflexión que supone esta propuesta es la colección de grabados ‘Los desastres de la guerra‘ de Goya, en la cual el genial aragonés supo expresar la barbarie, la brutalidad, el miedo y la sinrazón vivida en aquella España en lucha frente a las fuerzas napoleónicas; pero antes y después de ello hubo conflictos bélicos, y los hay en nuestro hoy, hasta el extremo de que podemos decir que la historia de la humanidad es una secuencia inacabada no de una guerra tras otra, si no de un encadenamiento en serie de varias guerras a la vez, cobrando actualidad máxima las palabras del propio Goya que editorializan este espectáculo. ‘Mísera humanidad. La culpa es tuya‘.
“Yo busco una imagen que acabe con la guerra. Pero no existe.”
Fernanda Orazi pone su voz y talento interpretativo para recrear a ‘Susan Sontag’ de forma muy creíble. Marcos Pereira, actor sordo de nacimiento, resulta convincente como ‘Francisco de Goya’, completando el elenco actoral Julia Monje interpretando en lenguaje de signos lo que se dice y acontece en el montaje.
La fuerza visual del espectáculo es notable, siendo característica esencial de las cuatro piezas que lo componen, creadas por Stefano Fabris (El espantapájaros lo miró con lástima), Zenaida Alcalde (Extraña devoción), Herminio Campillo (Casi solo) e Ilaria Senter (Maravillas o caprichos enfáticos), quienes cuentan con la destacada aportación, desde los oficios técnicos, de Mónica Teijeiro en escenografía y vestuario, María Cabeza de Vaca en coreografía con Javier Almena y Eduardo Ruiz ‘Chini’ en espacio sonoro.
“¿Cómo contestar a una bomba? ¿cómo contestar a un ataque? Hay muchas respuestas filosóficas a este respecto. Una bomba es lanzada. Aceptar la injusticia y no contestar, ¿sería paz?.”
Como artistas de circo participan Pía Bautista, (trapecio), Eyal Bor (malabares), Sofía Cancino (suspensión capilar), Zuska Drobna (malabares), Sirio Fernández (malabares) y Riccardo Pedri (cuerda lisa), aportando también, todos ellos, como intérpretes.
“Mísera humanidad. La culpa es tuya.” (Francisco de Goya)
Espectáculo sugerente que aporta una oportuna reflexión, cargada de critica, sobre los conflictos armados y las eternas guerras que, siempre, en la historia de la humanidad se han sucedido unas a otras, utilizando el recurso de las potentes personalidades de Sontag y Goya, sin ser baladí el hecho de que la primera, en su obra ‘Ante el dolor de los demás‘, reivindicase a éste como uno de los primeros artistas, pintor en este caso, en aportar su mirada, cargada de intención, ante los conflictos bélicos. Sirva todo ello como sortilegio y conjuro contras las guerras y sus consecuencias, aunque siga suspendida en el aire, y resonando, la pregunta que hace un personaje en esta propuesta: ‘¿Cómo contestar a una bomba? ¿cómo contestar a un ataque? Hay muchas respuestas filosóficas a este respecto. Una bomba es lanzada. Aceptar la injusticia y no contestar, ¿sería paz?‘.
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