Esto podría durar y durar y durar y durar y durar; crítica teatral
17 May 2024
La pieza premiada como Mejor Obra Literaria de 2023 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile, además de Texto Ganador en el Categoría Trayectoria XX Muestra Nacional de Dramaturgia Chilena, ‘Esto podría durar y durar y durar y durar y durar’ del escritor y creador Nicolás Lange, se ha abierto espacio en la escena madrileña, en la Sala Mirador, con producción de ‘Malala‘, abordando la circunstancia de la intimidad amorosa homosexual, enmarcada en toda la diversidad del colectivo LGBTIQ+, frente a la intolerancia del discurso de odio por homofobia.
“La belleza de los prólogos está en su indefinición”
Lange presenta el relato de tres historias basadas en hechos reales, desde un hombre gay que opta por el suicidio en una cárcel de Puerto Montt, a una pareja que muere quemada en su casa de Texas, pasando por una bruja colaboradora de la dictadura de Pinochet para localizar a un grupo de opositores homosexuales escondidos en la Isla de Chiloé.
“El corazón es una herida”
La evocación poética se mantiene durante todo el relato, si bien la continuidad narrativa se resiente en determinados momentos, imponiéndose la sucesión de tres historias distintas y diferentes, como si fueran partes deslavazadas entre sí.
“No quiero ser un héroe”
El espectáculo comienza con un sugerente monólogo, a forma de introducción, que realiza María Ordoñez (El misántropo de Menandro, Anfitrión), sólida y llena de energía, haciendo uso de instrumentos musicales, lo cual irá repitiendo en algunos otros momentos de la propuesta.
David Soto Giganto (El burlador de Sevilla y Raúl Pulido (Yellow moon, Praga, 1941, Para acabar con Eddy Bellegueule, El curioso incidente del perro a medianoche, LO(r)CA) ponen piel a los protagonistas de las tres historias reales que se nos comparten, con una gran intensidad y entrega. El trabajo actoral, de los tres intérpretes, es de lo más destacado del espectáculo.
“Es difícil romper un corazón, parece fácil pero no lo es”
Desde los aspectos técnicos se utilizan muchos recursos, algunos más conseguidos que otros, siendo algo reiterativo el uso de una cámara de video con la que los protagonistas captan diferentes aproximaciones entre sí, que son compartidas a través de videoproyección con el público. La escenografía y el vestuario son diseñados por Igone Teso, con iluminación de Elena Alejandre y espacio sonoro de Alejandro Matrán. Tomás Cabané dirige la propuesta sin conseguir la continuidad narrativa a la que nos referíamos anteriormente.
“No hay una ecuación de palabras suficientes nunca…”
Sugerente propuesta, además de necesaria por lo que tiene de poner en foco la intolerancia, intensamente interpretada por el elenco, aunque algo irregular en su resultado sobre la escena, que en todo caso propicia la reflexión y de eso trata siempre el teatro.
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