Esta noche se improvisa la comedia, critica teatral
29 Jun 2022
Realidad versus ficción, personajes versus actores, espectadores versus intérpretes, autor versus director, guión versus improvisación, etc… son ejes sobre los que Luigi Pirandello (Premio Nobel de Literatura en 1934) pivotó algunas de sus obras en una clara reflexión sobre el teatro y el hecho teatral. 
“Este es el quid de la cuestión: Que la función de teatro sea creíble …que sea real”
“Esta noche se improvisa la comedia” (1930), tras piezas como “Seis personajes en busca de autor” (1920) o “Cada cual a su manera” (1924), pone el foco en la disquisición de si realmente puede existir la improvisación en un espectáculo teatral, deslizando el mensaje de que cualquier juego ‘metateatral’ se sustenta sobre un trabajado planteamiento, previamente escrito, guionado y ensayado. Ratificando la idea de que no hay nada más elaborado que la aparente improvisación.
Pirandello escribió esta obra en una época en la que la creación teatral vivía la gran explosión, y aparición, del director de escena, y aquí el eje autor versus director, se amplía al eje director versus actores, y ambas coordenadas de conflicto son hábilmente utilizadas por Ernesto Caballero, quien versiona y dirige esta propuesta, para recrear sobre la escena las diferentes formas, escuelas y modos de hacer teatro, todo ello con mucho sentido del humor y con sencillez, sin necesidad de recurrir a concienzudos planteamientos.
“A estas alturas del teatro la obra del escritor no existe, solo la obra escénica”
Para empezar, metateatro. Siete sillas vacías son ocupadas por el Doctor Hinkfuss (Joaquín Notario), quien acompañado de los actores Jorge Basanta (Verri), Natalia Hernández (Doña Ignacia), Paco Ochoa (Don Palmiro), Ana Ruiz (Totina y La cantante de cabaré), Felipe Ansola (Pomarici) y Ainhoa Santamaría (Mommina), nos presenta al elenco, y nos anuncia que vamos a presenciar el ensayo de la obra “Leonora, Adiós” (también de Pirandello) con aires de la ópera de Verdi ‘El trovador’, anunciando el reto que se plantean alcanzar, que no es otro “que la función de teatro sea creíble …que sea real” y para ello apela a que los interpretes fluyan desde la improvisación.
Esta fase de la propuesta aporta gran frescura, apuntando ya el gran desempeño que alcanza el grupo de actores, divertídisimo Paco Ochoa (Shock I, Shock 2), solventes Jorge Basanta (Un bar bajo la arena, El coronel no tiene quien le escriba, Naufragios de Alvar Nuñez) y Natalia Hernández (Edipo Rey, La Ternura, Shock I, Shock 2), y eficaces Ainhoa Santamaría (Galdós, sombra y realidad), Felipe Ansola (La función que sale mal, Hanna Arendt en tiempos de oscuridad) y Ana Ruiz quien brilla a gran altura en su recreación de la copla “La bien paga”, en una escena estupendamente encajada con la declamación del texto que realiza, al tiempo, Joaquín Notario (Enrique VIII y la cisma de Inglaterra, El alcalde de Zalamea, La dama duende, El enfermo imaginario, Los últimos Gondra; memorias vascas), siempre sobrio y seguro.
“Necesitamos frases a las que agarrarnos”
Las escenas se van sucediendo y los actores, que no se encuentran cómodos, van perdiendo la paciencia, hasta pedir a su director: “necesitamos frases a las que agarrarnos”.
Lo que se presencia es un ensayo de una obra teatral, pero el drama se revela entre sus protagonistas y los actores terminan por prescindir de su propio director, quien afirma: “¿Me estáis echando de mi teatro? …¡soy vuestro director!”.
“¿Me estáis echando de mi teatro? …¡soy vuestro director!”
En las escenas siguientes brota el caos sin director, pero los actores insisten en su reivindicación: “¡Aquí falta un autor!”.
Ernesto Caballero encuentra el momento oportuno, en esta versión de la obra de Pirandello, para incluir una referencia a lo afirmado por Javier Marías, académico de la RAE, al hilo de la tensión conflictiva entre autor y director: “Si hace años que no voy al teatro, es porque no deseo exponerme a sobresaltos. No me refiero ya a esas obras ‘modernas’… Pero tampoco está uno a salvo de riesgos en la representación de un clásico. El teatro ha caído rendido a casi todas las tontunas contemporáneas”. 
“¡Aquí falta un autor!”
Una sencilla escenografía de Mónica Boromello cobija la propuesta, con acertadas aportaciones de Paco Ariza en la iluminación y Beatriz Robledo en el vestuario.
¿Qué es verdad y qué es mentira?, ¿el teatro es como la vida o la vida es como el teatro?, ¿qué es ficción y qué realidad?.
Inteligente artefacto teatral, construido con un finísimo sentido del humor, mucha ironía y unas gotas de cinismo, que proporcionan una gratificante experiencia, divertida e inteligente. En el Teatro Español hasta el 17 de julio de 2022. Más que recomendable.