El viaje a ninguna parte, crítica teatral
en Teatro
28 Sep 2021
El pasado 28 de agosto se cumplieron cien años del nacimiento de Fernando Fernán Gómez, uno de los grandes actores de la escena española del siglo XX, con una extensa obra interpretativa en todos los medios, quien además acreditó su notable capacidad como dramaturgo, novelista y guionista, así como director de cine, teatro y producciones televisivas, hasta ser elegido miembro de la Real Academia Española, ocupando el sillón B mayúscula desde el 30 de enero del año 2000, siendo reconocido con el Premio Principe de Asturias de las Artes en el año 1995.
“¡Mira padre, éste es tu nieto …mi hijo!”
Dentro del merecido homenaje que esa efemérides y el protagonista merecen, el espacio teatral que lleva su nombre, ha previsto una serie de actividades que se extenderán hasta el 31 de diciembre, de las cuales forma parte la programación de “El viaje a ninguna parte” en adaptación teatral de Ignacio del Moral, dirigida por Ramón Barea, en coproducción del Teatro Arriaga, de Bilbao, junto con el Teatro Fernán Gómez del Centro Cultural de la Villa de Madrid.
En esta propuesta el propio Barea, que llegó a participar con Fernán Gómez en la obra “Vivir loco, morir cuerdo”, se reserva el papel de Don Arturo Galván pero cediendo el protagonismo en la historia narrada a Don Carlos Galván, hijo del anterior, interpretado por Patxo Tellería, siendo muy fiel al planteamiento original del autor homenajeado, aún trufando el desarrollo de los hechos con momentos en el presente de Don Carlos, en un hospital, o asilo, donde sus recuerdos empiezan a flaquear.
“Los cómicos no somos de ningún sitio …somos del camino”
La escenografía diseñada por Jose Ibarrola es sencilla y de una gran versatilidad, siendo igual de eficaz para acoger la representación de las obras de repertorio que la compañía Iniesta-Galván encarna por los pueblos de la España a la que permanece anclada, que para recrear el centro sanitario donde Don Carlos pasa sus últimos días …o los caminos de tierra que recorren los cómicos en su viaje a ninguna parte.
Adecuadas prestaciones de Betitxe Saitua en el vestuario, David Alkorta en la iluminación, María Casanueva en el Atrezzo y Adrián García de los Ojos en la música en directo, además de interpretar a distintos personajes en el desarrollo de la trama.
“La compañía Iniesta-Galván programará mañana la función ‘Flores para Margarita’, sin Margarita …y si la cosa se pone mal, sin flores”
En las interpretaciones destaca la recreación que de “Carlitos”, hijo de Don Carlos y nieto de Don Arturo, hace Mikel Losada, especialmente en la fase inicial de la propuesta, junto al buen desempeño de Patxo Tellería (Don Carlos), además del propio Ramón Barea. Junto a ellos Itziar Lazkano (Doña Julia), Irene Bau (Juanita Plaza), Aiora Sedano (Rosita), Diego Pérez y Adrián García de los Ojos, participan de un adecuado desempeño actoral conjunto.
La emocionada loa construida para recrear la sempiterna crisis del teatro, ha terminado por convertirse en un recuerdo eterno para su autor, quien en el propio texto desliza una afirmación emocionada “yo sé que el teatro no morirá nunca…”
“El teatro sobrevivirá siempre …esto es una mala racha”
La socarronería de Fernán Gómez queda preservada en esta propuesta y ello, además del respeto con el que está tratada, es una de las señas de identidad, que con gran acierto, se incluyen dentro de este merecido homenaje al cómico, de quien Marisa Paredes, al entregar la Medalla de Oro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, describió con estas palabras: “Por anarquista, por poeta, por cómico, por articulista, por académico, por novelista, por dramaturgo, por único y por consecuente”.
La vida y el paso del tiempo hacen que este agasajo se celebre en el teatro que lleva el nombre de Fernando Fernán Gómez, a menos de quinientos metros del que lleva el nombre de su abuela, María Guerrero, con certeza todo un guiño del destino, mas allá de las cuitas temporales y terrenales.