El sueño de la razón, crítica teatral
en Teatro
08 Jul 2023
Antonio Buero Vallejo (1916-2000), Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes, Premio Lope de Vega de Teatro en 1948, Premio Nacional de Teatro en 1980, Premio Miguel de Cervantes en 1986 y Premio Nacional de las Letras Españolas en 1996, es un dramaturgo español que, a pesar de las distinciones obtenidas no lo tuvo fácil, viéndose abocado a exprimir su talento para eludir la acción de la censura que le persiguió en el régimen franquista, e incluso más allá, como consecuencia de su acerada crítica social y política, todo lo cual le hizo ser represaliado, recorriendo su particular ‘vía crucis’, pasando por diversas prisiones en aquellos tiempos, a caballo entre las décadas de los años 30’ y 40’s del siglo XX, desde las madrileñas de ‘Conde de Toreno’ (en pleno barrio de Malasaña), ‘Santa Rita’ o ‘Yeserías’, a las de ‘Ocaña’ y ‘El Dueso‘, llegando también a vivir la experiencia de pasar por el campo de concentración de Soneja (Castellón), ser condenado a muerte (1939) y desterrado de Madrid (1946).
“Son insectos que se creen personas. Hormigas en torno a la reina gorda, que es este frailuco barrigón…” / “El déspota piensa en mí…”
Pocos autores tiene nuestra literatura que hayan aportado tanto a la visión crítica frente al poder, el librepensador que fue Buero mantuvo siempre su foco dirigido contra la tiranía del pensamiento único y el linchamiento público, algo que desde luego vivió en su época y que con gran sutileza sabe hacer viajar hasta finales del siglo XIX, para a través de la peripecia vital experimentada por Goya, frente al ‘poder absoluto’ de Fernando VII, representar la tiranía y la negación del que piensa diferente, por más excelente creador que sea la víctima. La gran aportación de los argumentos deslizados por Buero en la obra ‘El sueño de la razón‘, estrenada en 1970, sirviéndose de personajes de la historia de España en el siglo XIX, es igual de eficaz y solvente para encontrar esa tiranía despótica en nuestra contemporaneidad de este siglo XXI, radicando en ello gran parte del acierto del excelente dramaturgo que es Antonio Buero Vallejo.
“¡Soy Goya! ¡Y me respetarán!”
El cuadro de Goya del que esta obra toma el título, ‘El sueño de la razón produce monstruos‘ muestra esos fantasmas que atormentan el día a día del disidente de cualquier momento, también de éste, desde luego. El autoritarismo hoy se expresa de forma más sutil, pero igual de cruel, entre mentiras, frivolidad, falta de espíritu crítico y de reflexión. A veces el paso del tiempo no lleva aparejada evolución, sino involución.
“Cacareos y rebuznos se alternan. Ganan los rebuznos.»
En la propuesta de Producciones Faraute y el Teatro Español, José Carlos Plaza, desde la dirección, acierta al escenificar el enfrentamiento entre el tirano, revestido de Fernando VII, y Francisco de Goya, víctima del abuso de poder, y refugiado en su casa de la ‘Quinta del Sordo’, a las afueras de Madrid, de quien a falta de argumentos solo tiene su fuerza, revestida de violencia. Magnífica es la recreación que se realiza en escena del rey despótico, elevado en su trono, dejando ver su intolerancia mientras borda, hilo y aguja mediante: ‘Vuestra Majestad borda primorosamente. Lo practiqué mucho en ‘Valençay’, para calmar las impaciencias del destierro. No vendrá más que todos los españoles aprendiesen a bordar. ¿Su Majestad se digna bordar una flor?‘.
“Se guarda demasiado silencio en España…»
La eficaz escenografía empleada es diseño de Javier Ruiz de Alegría, también responsable de la iluminación, contando con el buen trabajo de Álvaro Luna quien hace aparecer por las paredes de la casa taller de Goya las catorce obras que componen sus ‘Pinturas negras’ en una aportación más que interesante para el desarrollo de la propuesta. Adecuadas aportaciones de Gabriela Salaverri en el vestuario y Arsenio Fernández en el sonido.
“Yo sí me atrevo a pensar mal…”
Fernando Sansegundo (Antonio y Cleopatra) recrea con absoluta credibilidad los últimos días de Francisco de Goya en Madrid, antes de abandonarlo camino de Burdeos, siendo muy eficaz a la hora de enfrentarse a la máxima dificultad que esta obra tiene para sus intérpretes, cual es la sordera del protagonista y las interacciones de los diferentes personajes con él. Ana Fernández (La casa de Bernarda Alba), como ‘Leocadia‘, le da una estupenda réplica, vitalista y entregada. Junto a ellos completan el elenco Carlos Martinez-Abarca (Antonio y Cleopatra) como ‘Arrieta‘, Chema León (‘El Rey‘, ‘Sargento‘), María Heredia (‘Emiliana‘, ‘Gata‘), Jorge Torres (‘Duaso‘), Montse Peidro (La casa de Bernarda Alba) como ‘Gumersinda‘, Álvaro Pérez (‘Andrés‘, ‘Cerdo‘, ‘Voluntario‘), Marco Pernas (‘Voz‘, ‘Cornudo‘, ‘Voluntario‘) y Steve Lance (‘Blasito‘, ‘Cerdo‘, ‘Voluntario‘).
“Queda por saber si hay causas justas”
Una nueva representación de la desigual disputa entre la sinrazón del poder y el libre pensamiento de quien actúa desde el argumento y la reflexión. Antonio Buero Vallejo se enfrentó en su vida a la experiencia de ese desequilibrio y aquí utiliza los personajes de Fernando VII y Francisco de Goya, cuyos rostros podemos intercambiar con algunos de nuestra más rabiosa actualidad, componiendo un espectáculo muy interesante que invita a la reflexión para exorcizar cualesquiera monstruos, sean quienes sean.
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