El soberanismo condena a guillotina a Montesquieu

23 Ago 2018

El siglo XVIII en Francia estuvo marcado, entre otras cosas, por el pensamiento de Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu, reconocido universalmente con el nombre de su título, por mérito de su obra como filósofo y jurista, e inspirador del espíritu critico de la Ilustración Francesa, fue el padre del concepto de la separación de los poderes en el Estado, entre legislativo, ejecutivo y judicial; cuyo precepto ha sido armazón indispensable en las democracias avanzadas, hasta nuestros días.

«No hay libertad, si la potestad de juzgar no está separada de la potestad lesgislativa y de la ejecutiva.» (Montesquieu)

La articulación literal de su argumentación para tal concepto es la siguiente: Cuando en la misma persona o en el mismo cuerpo de magistratura, la potestad legislativa y la potestad ejecutiva están reunidas, no puede haber libertad; porque se puede temer que el mismo monarca o senado pueda hacer leyes tiránicas, para ejecutarlas tiránicamente”. De nuevo, no hay libertad, si la potestad de juzgar no está separada de la potestad legislativa y de la ejecutiva. Si estuviese unido a la potestad legislativa, el poder sobre la vida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario; debido a que el juez sería el legislador. Si se uniera a la potestad ejecutiva, el juez podría tener la fuerza de un opresor.

Más de doscientos cincuenta años después de su muerte, el pensamiento de Montesquieu y su concepción de la división de poderes, incluida la independencia judicial que va de suyo en ella, es puesto en duda, cuando no directamente pisoteado, por los partidos soberanistas catalanes al exigir, como condición para apoyar los presupuestos del Gobierno de España, la libertad de políticos presos en base a procesos judiciales en marcha, lo cual es tanto como entender, y asumir, que la autoridad judicial está sometida a decisiones del poder ejecutivo y que, por tanto el gobierno presidido por Pedro Sánchez pudiera decidir, por sí mismo, en el campo de la Justicia, no reconociendo la independencia de ésta respecto a aquel.

«Todo estaría perdido, cuando el mismo hombre, o el mismo cuerpo, ya sea de los nobles o del pueblo, ejerza esos tres poderes: el de hacer las leyes, el de ejecutar las resoluciones públicas, y el de juzgar los crímenes o las diferencias entre los particulares.» (Montesquieu)

Parece ser que el condicionante del apoyo del PDeCAT a los presupuestos presentados para el año 2019, se le ha deslizado a la vicepresidente en ejercicio, Carmen Calvo, dentro del marco de los contactos mantenidos en relación a la senda de deficit en el Congreso.

Da escalofríos pensar lo que con esa concepción del poder pudieran hacer tales partidos soberanistas controlando la justicia de su anhelado propio país, donde nombrarían sus jueces y controlarían sus decisiones no guiados por el provecho general de sus gentes y su ciudadanía, sino bajo el único punto de vista de sus propios intereses, sea cual sea el hecho, desde un fraude fiscal a la calificación de una determinada conducta como leve falta o grave delito, dependiendo de si lo comete la persona que a sus réditos mejor convenga.

«La libertad es el derecho a hacer lo que las leyes permiten. Si un ciudadano tuviera derecho a hacer lo que éstas prohíben, ya no sería libertad, pues cualquier otro tendría el mismo derecho.» (Montesquieu)

Montesquieu marcó una de las bases más reconocibles de los Estados modernos en el mundo con su principio sobre la división de poderes y la independencia de Justicia, abriendo paso a la Ilustración, pero el relato incubado durante tantos años por el soberanismo parece llevar inoculado dentro de sí el grito interesado y desgarrado de ¡Montesquieu ha muerto!, sometido a los propios intereses, quizás, porque más allá de todo, la razón principal de la idea vendida a la gran masa social bienintencionada de seguidores, resuma su clave en el concepto de la conocida cita de ¡Todo por el pueblo, pero sin el pueblo! y la esencia de lo que se quiere trascender como el reconocimiento a un derecho no sea más que despotismo y no ilustración.

Hurtar la independencia judicial a la división de poderes del Estado, supone llevar el pensamiento de Montesquieu y los cimientos de las democracias avanzadas a una peculiar guillotina, casi trescientos años después.

Artículo publicado en @elespanolcom el 22/08/2018: https://www.elespanol.com/blog_del_suscriptor/opinion/20180822/soberanismo-condena-guillotina-montesquieu/332286769_7.html

Artículo publicado en @elperiodico @EPentretodos el 29/08/2018: https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/soberanismo-condena-guillotina-montesquieu-183038

Share

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.