El síndrome del copiloto, crítica teatral
18 Abr 2022
Marina, personaje que forma parte de la obra literaria “Mujeres que compran flores”, escrita por Vanessa Montfort (Barcelona, 1975) y editada por ‘Plaza y Janés‘ en 2016, protagoniza la propuesta teatral que dirige la propia dramaturga, con producción de Avanti Teatro, actualmente programada en la ‘Sala Verde’ de los Teatros del Canal de Madrid.
“La mar nunca se detiene, está siempre en movimiento”
La protagonista ha sufrido la pérdida reciente de su pareja, Óscar, y como parte del duelo, se enfrenta a una travesía, de ochos días, en soledad, en el velero del que siempre fue ‘copiloto’, para llegar a las costas de Tánger y volcar las cenizas de su compañero al mar.
“Un barco que está mucho tiempo en puerto, se pudre”
Durante esas jornadas irá descubriendo su propia capacidad para navegar por sí misma, por el mar, pero también por la vida, y el viento, la sal, el sol y las inclemencias meteorológicas actuarán como metáforas de los accidentes vitales a los que cualquier persona queda expuesta por el simple hecho de vivir, de sufrir engaños, quizás también de engañar, de sentirse defraudado por las expectativas generadas por los demás, pero también por uno mismo. Los recuerdos de Óscar se irán haciendo presentes, hasta el extremo que Marína le oirá a su lado …y también le verá. Recordará todo lo bueno que vivieron juntos, incluso aquello que no quiso ver y que, hoy, por fin, entiende, aún sin aceptar.
“Quédate con lo que tienes y no con lo que pierdes”
Mención destacada merece la escenografía diseñada por Curt Allen Wilmer y Leticia Gañán, que podríamos calificar como ‘operística’ y de gran belleza, recreando el velero “Peter Pan” que tantas veces pilotó Óscar, para ahora ser patroneado por Marina en un viaje que se convierte en iniciatico de su nueva vida. Fantástica iluminación de Valentín Álvarez que complementa perfectamente el trabajo escénico, recreando el mar y el cielo que acunan al velero en los días bonancibles y lo zarandean en los días tormentosos. Más que correctas aportaciones de Fernando Velázquez con la música, Javier Almela con el espacio sonoro e Isabel Vázquez en el movimiento escénico.
“Hay recuerdos que ni siquiera la sal puede borrar”
Se acusa una cierta falta de carga dramática en el texto, al margen de una correción excesiva en las conversaciones entre el espíritu de Óscar y Marina, condicionada por una insistente reiteración de frases “filosóficas” que parecen entresacadas de un libro de autoayuda.
“¿Crees que la felicidad te la puede dar alguien que no seas tú mismo/a?”
Cuca Escribano y Miguel Ángel Múñoz se imbuyen en los personajes de Marina y Óscar, de forma entregada, pero las limitaciones del texto le restan la emoción que el cara a cara de la pareja, se intuye necesaria.
“Navegaré solo hacia donde me empuje el viento”
Bella puesta en escena de un texto que encontrará la aceptación de una gran parte de los lectores de Vanessa Montfort y que encuentra una historia reconocible en la complejidad de las relaciones de pareja y en la necesidad de, a pesar de todo, no olvidar que cada persona tiene que ser capaz de navegar con su propio rumbo y ser el piloto de su propia nave y de su vida.