El «powerpoint», la financiación ilegal y el PP
17 Oct 2016
En estos días pasados, al tiempo que se celebran los juicios sobre la primera etapa de la trama Gürtel con 37 imputados, muchos de ellos miembros del PP, y sobre las “TarjetasBlack”, con otros ilustres miembros populares en el banquillo (Rato, Blesa, Rodriguez Ponga, Fernández Norniella, etc…); el diario “El Mundo” desvelaba la existencia de instrucciones precisas, emanadas desde el propio Partido Popular, en soporte de “powerpoint”, dirigidas a sus alcaldes, indicándoles la forma de como proceder con las donaciones, aún sobrepasando los límites legales previstos, a fin de evitar, en lo posible, ser imputados por delito de “financiación irregular”.
Con detalles tan precisos como que el PP instaba a sus alcaldes a que desviaran, por sistema, las donaciones realizadas al partido desde la cuenta específica de ayudas a la de gastos ordinarios; que aunque la Ley impide pagar “elecciones” desde ella, se llenaba de ayudas y se usaba para colar gastos camuflados. La segunda gran instrucción consistía en dejar claro que, desde la cuenta de “gastos generales” debían pagar cualesquiera gastos, incluso, y especialmente, los electorales (lo cual es ilegal) pero aclarando que debían modificarse los conceptos y evitar la palabra “elecciones”. Por último, se alertaba a los ediles del PP que antes de unas elecciones no se podían pagar gastos de la campaña, por lo que se les instruía para que encargaran “facturas falsas”, a posteriori, para atender esos gastos, y que en ningún caso, en ellas, a apareciesen las palabras “para la campaña” o “de campaña electorales”. El simple hecho de que existieran esas instrucciones, explica las practicas en si y la generalidad de las mismas en toda su estructura orgánica.
Todo lo conocido, muy ilustrativo, califica por si mismo al partido político que lleva, meses y semanas, apelando al sentido de Estado del principal partido de la oposición para que le permita gobernar, mientras ellos mismos están afectados por una información tan sensible y delicada. Permitiendo que destacados portavoces de su formación salgan ante los medios de prensa, como su vicesecretario de comunicación, Pablo Casado, indicando, irónicamente, que no puede decir nada al respecto porque cuando, presuntamente, se pudieron dar esas instrucciones era en 1999 y él, en “esa época”, estaba en COU; al tiempo que la secretaria general del PP comentaba que ella, tampoco, ya que en “esa época”, no ocupaba ningún despacho con responsabilidades en el Partido Popular. Todo ello luciendo sendas sonrisas, llenas de imprudencia y con algo más que un exceso de impunidad.
Sin entrar en el argumento de quien estaba en COU en 1999 y quien no ocupaba despachos en el PP en esa época, las preguntas que tendrían que responder los portavoces populares es sobre lo que tiene que decir al respecto quien sí era secretario general de esa formación en 1999, Javier Arenas, aún hoy ocupando cargo de vicesecretario de Autonomías y Ayuntamientos del PP. y, más aún, que tiene que decir, al respecto, su actual presidente, Mariano Rajoy Brey, entonces ya miembro de la dirección popular, además de ministro de Educación, y luego secretario general del Partido Popular entre septiembre de 2003 y octubre de 2004, sucediendo en el cargo a Javier Arenas y siendo antecesor de Ángel Acebes y María Dolores de Cospedal, en esa misma responsabilidad.
La curiosa paradoja instalada en torno a la gobernalidad de este país es que debe ser el PSOE quien, tragando sapos y culebras, tenga que permitir gobernar al PP, a quien nadie discute sus triunfos electorales el 20D y 26J, debido a la fragmentación del voto de cambio y de izquierdas; pero el verdadero paradigma es que ello no tiene porque incluir que el presidente de Gobierno sea Mariano Rajoy, persona, lo quiera él o no, marcada para siempre por una etapa significada por la corrupción y una forma de hacer que no ha sabido atacarla, ni extirparla; a la que sobrevive porque, aún, no ha salido a la luz ningún recibí firmado por el presidente en funciones, con un sobresueldo en “B” … pero sobre el que no hay garantías que no termine publicado en un periódico, quizás demasiado tarde para la urgencia de la verdadera transformación que precisa España, de la cual Rajoy no forma parte.
Artículo publicado en @elespanolcom el 21/10/2016: http://www.elespanol.com/blog_del_suscriptor/opinion/20161018/164053594_7.html