El ministro y el imputado

10 Ago 2015

En esta España nuestra de los prodigios, no cesan de producirse situaciones asombrosas, más propias de guiones de ficción que de la realidad cotidiana, pero que nos son servidas con la mayor de las naturalidades. El último capítulo lo ha protagonizado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, recibiendo en su despacho oficial a un triple imputado en varias causas judiciales, por varios presuntos delitos, entre ellos blanqueo de capitales y fraude fiscal, pocos días después de que el ex_vicepresidente del gobierno con el PP, ex_gerente del FMI y expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, se negara a declarar ante el juez en relación a los delitos que se le imputan. El “no declarar” puede entenderse como una estrategia de su defensa y es admisible, pero que el ministro del Interior, en sede oficial, se preste, a demanda del imputado, a escucharle durante dos horas es algo que, como mínimo, llama la atención.Rato y Fernandez Díaz

Ante la empatía demostrada por el ministro del Interior con atender a este imputado, habría que preguntar al Sr. Fernández Díaz si también estaría dispuesto a escuchar a los miles de afectados por los hechos sobre los que se imputa al Sr. Rato, por ejemplo a los accionistas o preferentistas de Bankia que vieron desaparecer su dinero bajo su gestión o a los empleados que han visto perder su puesto de trabajo por sus decisiones, sin entrar a valorar lo que de mensaje perverso tiene para el sistema democrático español que quien fue ministro de Economía y Hacienda, y como tal persiguió el fraude fiscal de otros, se haya revelado, presuntamente, como uno más de aquellos.

¿Hubiera recibido el ministro en su despacho a Luis Bárcenas, también ex_compañero popular?, ¿y a Francisco Granados?, ¿cuál es la diferencia?, desde el punto de vista cuantitativo el agujero creado a la sociedad española por el Sr. Rato, hasta donde se sabe, es incluso superior a aquellos. ¿Dónde está el origen de ese trato con tanta deferencia?, ¿por qué a éste sí y a aquellos no?.

¿Qué necesitaba decir Rodrigo Rato a Jorge Fernández Díaz?, ¿o quizás su necesidad era la de escuchar algo de los labios del ministro del Interior?, porque una conversación sobre temas personales parecería más apropiada dentro de la discreción de la casa de alguno de los dos o, simplemente, por ‘whatsapp’ o ‘sms’, claro que este medio está muy denostado entre los populares, desde que alguno de ellos se convirtiera en portada en la prensa, y las llamadas telefónicas siempre corren el riesgo de ser grabadas.

Rodrigo Rato, detenidoPensar que la visita del Sr. Rato tuviera algo que ver con el tratamiento que él estaba recibiendo en relación a sus imputaciones pudiera pecar de equivocado o tendencioso en el léxico «piadoso» del ministro,  y quizás, simplemente, el tema a tratar fuese una queja formal por la famosa “mano del policía” que se posó en su nuca en su detención, convertida en espectáculo televisivo retransmitido en directo.

Oficialmente la reunión queda enmarcada en un encuentro cordial entre amigos personales, entre Rodrigo y Jorge, pero que el ministro del Interior de un país democrático, reciba en su despacho oficial a un imputado en tres causas judiciales distintas, en las que las investigaciones se siguen desarrollando, más allá de amistades, escenifica hasta qué punto se han perdido las formas. Sí, ya sé que esto es España, pero incluso siendo España, asombra.

 

Artículo publicado en «El País» el 14/08/2015: http://elpais.com/elpais/2015/08/13/opinion/1439478375_140613.html

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Comentarios

  1. Esperanza dice: agosto 10, 2015 at 1:00 pm

    Enhorabuena, excelente artículo, es increible la falta de etica, moral y, ya incluso, de las formas de este gobierno, los ciudadanos sentimos que nos tratan como si fueramos «tontos», que no nos enteramos de nada, pues no señores, estamos indignados, por lo menos guarden ustedes las formas. La mujer del Cesar no sólo tiene que ser honrada, sino que también tiene que parecerlo.

    • Gracias por el comentario y la opinión. Quizás lo más grueso se nos escapa en los pequeños detalles, ¿cual fue el mensaje que se cruzaron y quien era el emisor real de ese mensaje?, quizás alguien diferente a los dos protagonistas.

  2. Esperanza dice: agosto 10, 2015 at 8:20 pm

    Nunca lo sabremos, y está claro que sólo conocemos la punta de este iceberg, ojalá algún día seamos capaces, cómo ciudadanos, de presionar para que se conozca la verdad de todas las tramas de corrupción, se devuelva lo robado y pagen por los delitos cometidos.

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