Don Gil de las calzas verdes, crítica teatral

03 Abr 2025

Los enredos son la apuesta máxima de quien fue, y es, conocido bajo el seudónimo de Tirso de Molina, nacido bajo el nombre de Gabriel Téllez, a la vez religioso y dramaturgo, en su obra ‘Don Gil de las calzas verdes’, donde nada es lo que parece, exigiendo a los espectadores el máximo de su concentración para no perderse ningún detalle, ni ripio, alrededor de los equívocos que se plantean en su trama.

“Más si amo, ¿qué no seré?”

Don Gil de las calzas verdes, crítica teatral

Nos situamos a principios del siglo XVII, en pleno período del ‘Barroco‘, ‘Doña Juana’, doncella de Valladolid, viaja hasta Madrid, sede de la Villa y corte, tras los pasos de ‘Don Martín’ quien no cumplió sus promesas de amor respecto a ella y ahora corteja a ‘Doña Inés’, bajo el seudónimo de ‘Don Gil’; con ‘Don Pedro’, padre de aquella, encantado ante esos posibles esponsales, pero la confusión estalla pues su hija (’Doña Inés’) cae seducida por los encantos de un ‘Don Gil’ bajo cuyas vestimentas y gráciles modales, se oculta, o traviste, ‘Doña Juana’. Conviene no perderse.

“No ama, quien no da”Don Gil de las calzas verdes, crítica teatral

Se repiten experiencias como la vivida hace dos temporadas, por la CNTC, poniendo bajo la dirección de Declan Donnellan ‘La vida es sueño, contando ahora con Sarah Kane, también responsable de la versión junto a Brenda Escobedo, para realizar esta nueva aproximación a ‘Don Gil de las calzas verdes’, quien, por si los enredijos de la trama original no fueran suficientes, además de desdoblar el personaje de ‘Doña Juana/Don Gil’ en dos actrices (Ania Hernández y Cristina Marín-Miró, respectivamente), lo triplica con ‘Doña Elvira’ (Cristina García), a la que se ubica como vecina, pared con pared, de ‘Doña Inés’. Es decir una sola persona (Doña Juana) y tres perfiles (Doña Juana, Don Gil y Doña Elvira), encarnados en tres mujeres con rasgos físicos claramente diversos entre si.Don Gil de las calzas verdes, crítica teatral

“Donde no hay amor, pedir celos es locura”

La escenografía diseñada por Elisa Sanz es ligera y veLas tres doñas Juanasrsátil, sobre la que se desplazan con acierto los interpretes bajo el movimiento escénico y coreografía de Sol Garre. Elemento destacado es el bello, y colorista, vestuario diseñado por Pier Paolo y Roger Portal, todo ello bien iluminado por Paloma Parra.

El fresco y vitalista elenco de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico pone lo mejor de si para culminar la propuesta de acuerdo a las lineas que les son marcadas a los integrantes de esta actual promoción de talento escénico, a quienes ya hemos disfrutado en El monstruo de los jardines y en La discreta enamorada, compuesta por Ania Hernández, Cristina Marín-Miró, Cristina García, Miriam Queba, Íñigo Arricibita, Antonio Hernández Fimia, Felipe Múñoz, Pascual Laborda, María Rasco, Marc Servera y Xavi Caudevilla que, en esta ocasión, interpreta a un divertido ‘Caramanchel’ con los guiños tradicionales del pícaro en la literatura española.

“A pares vienen los Giles”

El enredo se abalanza hacia su desenlace, entre desdoblamientos de personajes, engaños, un pelín de confusión con acento inglés, la habilidad burlesca de Tirso y el absoluto entusiasmo de esta nueva remesa de jóvenes actores de la CNTC.

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