Desaprender antes de aprender
16 Feb 2018
Hace unos días observé a un grupo de personas, todos eran hombres, y me llamó la atención lo homogéneo de su atuendo, lucían barbas similares, el pelo arreglado de la misma manera, ropa semejante y hasta sus movimientos parecían, si no coordinados, bastante afines.
«Jamás aceptaría pertenecer a un club que admitiera como miembro a alguien como yo». (Groucho Max)
¿Qué hay detrás de una moda o de una tendencia?. Groucho Marx expresó, con fina ironía, la cita de: “…jamás aceptaría pertenecer a un club que admitiera como miembro a alguien como yo”, poniendo el foco y deslizando, hábilmente, el concepto de exclusividad, dando continuidad a la afirmación realizada por Mark Twain años antes: “…cuando te veas del lado de la mayoría, párate a reflexionar. En las multitudes, lo que se acumula no es el sentido común, sino la estupidez”.
Podemos afirmar que el éxito es sinónimo de diferenciación, y si haces lo que todo el mundo, si repites los comportamientos de los demás, si ves solo lo que ve el resto, si ofreces lo mismo que otros ¿por qué alguien habría de buscarte?, ¿cual es tu ventaja competitiva para ello?.
En el camino hacia la diferenciación, la innovación será la herramienta imprescindible, e innovar es hacer cosas nuevas, de manera diferente y mejor que los demás.
«Desaprender la mayor parte de las cosas que nos han enseñados más importante que aprender». (Eduard Punset)
La innovación es cambio, y el cambio es un proceso de aprendizajes y desaprendizajes, en el que hay que ser consciente de su orden inverso, primero desaprender, para bien aprender.
Cómo metáfora de lo anterior podemos utilizar el concepto del terreno dedicado a una huerta, que para prepararla para una buena siembra y mejor cosecha, lo primero que habrá que hacer es desbrozar, quitar la maleza y las malas hierbas, limpiar los restos de otras campañas, orear su tierra, mullirla, allanarla, removerla y abonarla.
E igual, en nuestro nuevo aprendizaje, será esencial desprendernos de lo que nos han enseñado a hacer, tal como enuncia Eduard Punset: “…desaprender la mayor parte de las cosas que nos han enseñado es más importante que aprender”, puesto que, con mucha frecuencia, el mayor límite en nuestra acción no es lo que desconocemos, sino lo que creemos que sabemos, sin que ello sea así.
Todo lo anterior tiene que ver con nuestras “Creencias”, que permanentemente debemos revisar, ya que como sabiamente decía José Ortega y Gasset “…las ideas se tienen, en las creencias se está”, pero sin que sean estación de término, si no de paso.
Una misma creencia puede ser compartida por determinados colectivos, pequeños o grandes, y a los comportamientos derivados de ello se refería Bertrand Russell al afirmar: “…que una opinión sea compartida por mucha gente no quiere decir que no sea errónea”.
La vida es cambio y el cambio es aprendizaje, ergo la vida es aprendizaje …y desaprendizaje.
Naturalmente lo que piensa la mayoría no tiene porque ser equivocado, pero frecuentemente quienes marcan la diferencia, quienes se alejan de la norma común, quienes anticipan escenarios futuros, son quienes ven oportunidades y generan el “nicho de mercado” para sus ideas, a través de su originalidad, alejándose de la copia.
La vida es cambio y el cambio es aprendizaje, ergo la vida es aprendizaje. Cada dificultad a la que nos enfrentamos en nuestro día a día produce una ruptura con la forma en la que habíamos actuado hasta ese mismo instante, y por lo tanto nos exige un nuevo aprendizaje, pero también, y fundamentalmente, un desaprendizaje.
“…los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”. (Alvin Tofler).
Artículo publicado en @elespanolcom el 16/02/2018: https://www.elespanol.com/blog_del_suscriptor/opinion/20180216/desaprender-aprender/285541444_7.html