De aquellos polvos, estos lodos

19 Sep 2020

Al rebufo de los efectos del estallido de la crisis financiera y económica de 2008, en España se aplicaron unos recortes que se cebaron especialmente en la Sanidad y las consecuencias de la hecatombe sanitaria que estamos sufriendo en este año 2020, hasta hacer estallar las costuras del sistema de salud español, del que siempre habíamos presumido, como de los mejores del mundo.

«La primera riqueza es la Salud» (Ralph W. Emerson)

En el ejercicio de éste 2020 el presupuesto de España para gasto sanitario público se cifró en el 5,9% del PIB, cuando en el año 2009 suponía el 6,77%, y ese descenso del 0,87% representa, sobre los datos cerrados de la contabilidad nacional del 2019, un recorte de más de 10.827 millones de euros. Pero los datos de determinadas comunidades autónomas son todavía más extremos, especialmente en el caso de Cataluña (4,7%) o Madrid (3,6%) cuando la media europea se sitúa en el 7,5%, casi al doble que estas dos regiones española,  y un 44% por debajo, a nivel nacional, de nuestros socios europeos.

Durante los días más duros de la crisis del Coronavirus, todas las tardes, a las 20 horas, los profesionales sanitarios recibían el homenaje de la ciudadania desde los balcones de sus casas a través de cientos de miles de aplausos, pero lo verdaderamente oportuno sería tener unos adecuados medios al sector de la Sanidad, tanto en recursos humanos, como en recursos materiales y financiación.

La diferencia entre el porcentaje de gasto sanitario ‘per capita’ de la media europea en relación a España, supone una merma de 13.500 millones de euros al año en el caso español.

El PIB ‘per capita’ de España ya supone el 94% del mismo baremo promedio de la UE-15 (Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Austria, Finlandia y Suecia), mientras que nuestro gasto sanitario ‘per capita’, es solo del 79,5%, lo que supone, de facto, una merma aproximada, de unos 13.500 millones de euros sobre lo que sí hacen el promedio de los países de nuestro entorno.

Cuatro son los ejes sobre los que han pilotado los recortes aplicados, tanto a nivel de la administración central, como en las autonómicas, desde el 2008, por un lado las reducciones salariales y la caída del numero de personal sanitario (especialmente en la categorías profesionales inferiores), así como en los recortes en el precio de los medicamentos y en la práctica eliminación de nuevas inversiones.

«Un hombre sabio debería darse cuenta de que la Salud es su posesión más valiosa» (Hipócrates)

La Comisión Europea ha publicado dos datos que enmarcan los recortes aplicados en el sector sanitario español, por un lado señalando que los pagos directos por medicamentos, lo que conocemos por ‘copago’, se han incrementado hasta suponer el 24% del gasto sanitario total, lo cual supera claramente la media europea que se sitúa en el 16%; y por otra parte indicando que la ratio de profesionales de enfermería en España se sitúa en 5,7 por cada mil habitantes, mientras la media en Europa es del 8,5, lo cual equivale a decir que para acercarnos al dato promedio europeo se tendría que incrementar el numero de estos profesionales, en nuestro país, en un 50% sobre la situación actual. Todo ello agravado por la precarización y la temporalidad que afectan a sus contratos laborales.

El gasto sanitario en España fué creciendo hasta tocar techo en el año 2009, con la cifra de 71.145,2 millones de euros, momento en el que las políticas de recortes se impusieron desde gobiernos como los presididos, por entonces, por Esperanza Aguirre y Artur Mas, contraargumentados desde las filas políticas de sus propias formaciones con la exhibición de la construcción de nuevos hospitales privados, hasta siete en Madrid, con la cruel paradoja que, aún con ello, el resultado fue la disminución del número de camas disponibles.

En Madrid se construyeron siete hospitales de concesión privada, pero en total disminuyó el número de camas» (Miguel Ángel Sánchez Chillón, Presidente del Colegio de Médicos de Madrid).

En cualquier caso los recortes en Sanidad no entienden de colores políticos y así, entre 2009 y 2017, mientras un gobierno nacionalista en Cataluña los aplicó en 5.135 millones de euros, una administración socialista hizo lo propio en Andalucía por 7.801,8 millones de euros y en Madrid el PP recortó por 2.150,5 millones de euros.

La crisis sanitaria provocada por el Coronavirus Covid-19 ha revelado la verdadera situación de nuestro sistema de Sanidad, insuficientemente financiado, precarizado en sus condiciones laborales, no suficientemente dotado en sus recursos, especialmente en la atención primaria, financiada, en España, con el 13,38% del gasto sanitario, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el mínimo presupuesto para la primaria, la más cercana al ciudadano y cortafuegos del resto del sistema, sea, al menos, del 20%.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que el mínimo presupuesto para la atención primaria sea del 20% del gasto sanitario total, mientras que en España ese porcentaje es del 13,38%.

La llegada de cualquier pandemia es imprevisible, con sus efectos devastadores aquí y en cualquier otro lugar del mundo, pero lo que es evidente es que los recortes efectuados en el Sistema de Sanidad de España, aplicados tras el estallido de la crisis de 2008, han agravado sus consecuencias, con lo que podemos decir, y nunca de forma más apropiada que «de aquellos polvos, estos lodos«, mientras algunos de los responsables políticos de aquellas medidas no se sienten concernidos, mientras juegan al golf o navegan desde sus dorados retiros.

 

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