Conspiranoia, crítica teatral
27 Ago 2024
‘Roger’ (Luis Merlo) un conocido periodista, conductor de un programa radiofónico muy seguido y popular, casado con ‘Clara’ (Natalia Millán), interiorista de gran éxito, recurre a dos amigos de ambos, ‘Sonia’ (Clara Sanchis) geóloga entregada totalmente a su trabajo para tratar de poner distancia en su no superada separación de ‘Julio‘, y ‘Álex’ (Juanan Lumbreras) profesor universitario con varios libros editados, muy orientados a la moda de la ‘autoficción’ y extremadamente activo en el terreno ‘sexo afectivo’, incluyendo en ello al colectivo de sus jóvenes alumnos.
“Tu mujer, Clara, nuestra amiga …¿es terraplanista?”
El motivo esgrimido por ‘Roger’ ante ’Sonia’ y ’Álex’ en esa petición de ayuda, tiene por finalidad realizar una intervención grupal ante ‘Clara’, que la pueda sacar del grave error que está viviendo.
El planteamiento argumental, más allá de la trama en concreto, tiene por objeto confrontar las personalidades, además de los secretos y contradicciones, de los cuatro amigos que se conocieron hace más de 40 años en el pueblo costero en el que disfrutaban de sus vacaciones.
#DudaDeTodo
Hasta aquí la propuesta ideada por reputados creadores de textos, como son Jordi Casanovas (Port Arthur, Filoctetes, Yo, Feuerbach/, Idiota) y Marc Angelet (Calma!) quien también dirige la pieza, siguiendo la norma de exitosos proyectos que han encontrado la complicidad de un público siempre proclive a verse reflejado en los personajes que se representan en la escena teatral, bien sea en la realidad, en su imaginación o solo en sus deseos.
“¡Mi mujer no me sintoniza!”
La parte más lograda del texto se produce al confrontar las zonas oscuras de cada personaje, en especial al hacerlo con ‘Álex’, que es el último de los cuatro en abordarlo. Realmente lo que hay es la ‘intervención’ personal a cada uno de los cuatro amigos por parte de los otros tres y de la evidencia de que todos ellos, en combinaciones por tríos, hablan del otro. La vida misma.
“¡Ni cojín, ni cojón!”
Lo curioso y paradigmático es que el asunto menos creíble, como motivo de ‘intervención‘, es el que da título a la obra a partir de la supuesta conspiración que siente ‘Clara’ y el colectivo del que forma parte, defendiendo su tesis de ‘terraplanistas’ frente a quienes consideran que el planeta Tierra, efectivamente, es una esfera de 12.742 kilómetros de diámetro, lo cual a estas alturas del siglo XXI, con satélites compartiendo imágenes del espacio a diario, es algo más que una obviedad. La parte inicial de la pieza, con la discusión de este argumento, la hace poco creíble y el título de ‘Conspiranoia’ no ayuda.
“Si la Tierra fuera plana …¿qué pasaría con el agua de los océanos?, ¿se derramaría por los bordes?”
Pero más allá de la anterior acotación, sobre una sencilla, pero eficaz, escenografía de José Novoa, que recrea la casa de la costa de la pareja formada por ‘Roger’ y ‘Clara’, bien iluminada por Sylvia Kuchinow, con adecuadas aportaciones de Ángel Puertas en el sonido y de Mario Pinilla en el vestuario; cuatro contrastados actores defienden sus personajes con solvencia y saber hacer. Desde Luis Merlo del que siempre guardamos en el recuerdo sus excelentes trabajos en ‘El águila y la niebla’ (2002), ‘El crédito‘ (2014) o ’Calígula’ (1995), y conocemos la capacidad actoral que le puede ser exigida, a la estupenda actriz que es Clara Sanchís (Miércoles que parecen jueves, Antígona, Naufragios de Álvar Núñez, Consentimiento) con creaciones recientes para no olvidar como ‘Una habitación propia’ o ‘La lengua en pedazos’, pasando por la solvencia de Natalia Millán (El mensaje, La mentira) y de Juanan Lumbreras (Fundamentalmente fantasías para la resistencia, La Ternura, Canícula, Edipo Rey, El loco de los balcones).
“Al menos los fósiles tienen tu edad”
Comedia amable, muy adecuada para momentos de final del estío, como los actuales; poniendo el foco en los círculos de amigos que quedan expuestos ante sus miserias y los grupos de whatsapp que terminan por ser nido de conflictos, donde la infelicidad prototípica de nuestros tiempos y el desgaste producido por el paso del tiempo, en cualesquiera relación, sirven para acoger algún giro inteligente en la trama, más allá de que, por momentos, sea demasiado obvia la búsqueda de gags con los que generar, y extender, las sonrisas por el patio de butacas.
“¿Tú, te has preguntado si eres feliz?”
Bien recibido es el argumento final que comparte el personaje de la terraplanista, como prueba empírica de que el planeta Tierra es una esfera; lo cual da paso al saludo de los cuatro contrastados actores ante el público, momento en el que mi pensamiento viaja en el recuerdo por la vasta dinastía de actores de la familia Merlo, Larrañaga, Ladrón de Guevara y otros ilustres apellidos de la escena, de lo cual también hago participe a la familia Sanchis Sinisterra y Mira, así como a todos sus compañeros sobre, y tras, el escenario; y es que ese saludo reverencial, y agradecido, ante los espectadores, tiene una larga solera a la que no somos ajenos.
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