Censura
27 Feb 2018
La historia de España recoge como uno de sus más insignes escritores, y creadores en el mundo de las letras, Camilo José Cela, reconocido con el Premio Nobel de Literatura en 1989, además de Premio Principe de Asturias en 1987 y Premio Cervantes en 1995, fue miembro de la censura franquista, ocupando un puesto en el Cuerpo Policial de Investigación y Vigilancia del ministerio de Gobernación, al menos entre 1943 y 1948, época en la que publicó sus obras “Pabellón de reposo” (1943) y “Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes” (1944), al tiempo que preparaba su texto de “La Colmena”, finalmente editado en 1951.
La doble militancia de Camilo José Cela, en la propia censura y en el bando de los creadores para superar los límites de aquella, es un magnífico ejemplo de la dualidad de la sociedad española.
Su doble militancia, en la propia censura y en el bando de los creadores para superar los límites de aquella, es un magnífico ejemplo de la dualidad de la sociedad española, siempre marcada por los límites de los extremos, entre el blanco y el negro, como muy bien supo ver otro de nuestros insignes creadores, Francisco de Goya, a través de sus aguafuertes, a quien, quizás, en esta época que vivimos le hubieran podido retirar de una exposición su famosa pintura “Saturno devorando a su hijo”, a fin de evitar molestias a cualesquiera sensibilidades.
Hoy en España, oficialmente no hay censura, o al menos no existe un ente creado al efecto, pero la realidad es que nunca ha habido más límites a la libre expresión, se trate de tuiteros, creadores artísticos, titireteros, periodistas, entrevistadores o simples blogueros.
Continuando con el propio personaje de Cela, pensemos si sería posible en nuestra actualidad, en cualquier canal de televisión, público o privado, un programa en el que el antiguo censor comentase con la mayor de las naturalidades su capacidad para absorber analmente un litro de agua tibia depositado en una palangana, retando a su entrevistador del momento, Javier Gurruchaga (1988, en “Viaje con nosotros” de TVE1), a que le facilitase los medios para hacerlo.
Hoy, en España, oficialmente no hay censura, pero la realidad es que nunca ha habido más límites a la libre expresión.
Por no hablar de la naturalidad con que se abordaban en la televisión pública de los años 80’s del siglo pasado cualquier tema, en programas como “La clave”, sin referencia, ni comparación posible hoy en las programaciones, pues el alineamiento político y el puro espectáculo parecen los únicos criterios imperantes.
El último ejemplo nos lo ha brindado, de forma brillante, Santiago Sierra Martín, unido familiarmente por su segundo apellido a quien esto escribe, que hábilmente supo elegir el tema de su obra para exponer en la edición de Arco de este año, sabiendo vislumbrar que su propuesta recibiera el más alto galardón posible: ser la primera censurada en los treinta y siete años de su historia, entendiendo que su simple título, “Presos políticos”, tras lo vivido estos últimos meses, sería algo excesivamente sensible para los responsables de un IFEMA muy identificado con las autoridades populares vinculadas a la Comunidad de Madrid.
La censura es un valor en alza en esta España, tan alto que incluso sirve para hacer negocio.
Y …¡eureka!, el muro desnudo sobre el que colgaron durante unas horas las fotos pixeladas elegidas por Sierra es el elemento más visitado de la edición de la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid éste año, mientras el artista ha vendido, en tiempo récord, su obra por 96.000 euros al socio de Jaume Roures en Mediapro, Tatxo Benet, para ser expuesta en el Museo de Lleida donde hasta hace pocos días estaba el tesoro de Sijena, y la referencia de Santiago Sierra vuelve a circular por todo el mundo tras haber conseguido una performance a la altura de las que ya protagonizó en la Bienale de Venecia, en el acto de inauguración de la 2001 al teñir el pelo de rubio a 133 inmigrantes, pagando a cada uno 60 euros, o en 2003, representado a España en su pabellón oficial, en época del Gobierno de Aznar, con las controvertidas propuestas tituladas “Palabra tapada”, “Muro cerrando un espacio” y “Mujer con capirote sentada de cara a la pared”, así como al renunciar al Premio Nacional de Artes Plásticas, en 2010, al considerarse un artista demasiado “serio” como para aceptarlo.
Y es que hoy, en España, la censura es un valor en alza, tan alto que incluso sirve para hacer negocio.
Artículo publicado en @elperiodico @EPentretodos el 28/02/2018: https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/feria-arco-censura-los-limites-libre-expresion-165465
sin duda que hoy la censura existe y de una forma más terrible quizás. Ya le he escrito por privado, pero tengo documentación que lo probaría. Incluso en organizaciones que se las dan de defensoras de las libertades. Yo he sido una víctima de esa censura. Cuando acabe el libro se sabrá todo.
Gracias, Antonio, por su comentario y la participación en esta web, https://www.traslamascara.com, en concreto en el post titulado «Censura». Me interesa mucho lo que plantea y esboza en sus líneas. Quedo pendiente de nuevas noticias sobre ello, mientras tanto le animo a que se de de alta en nuestra newsletter, a fin de recibir las nuevas publicaciones que vayamos realizando. Gracias y saludos.