Breve historia del ferrocarril español, crítica teatral
08 May 2024
El relato del vínculo entre el desarrollo y expansión de las vías férreas a lo largo y ancho de toda España, a partir de mitad del siglo XIX (1844), en la salsa de la corrupción y el capitalismo de amiguetes, tan arraigado en la oligarquía dominante española, vuelve a la ‘Sala de la Princesa’ del Teatro María Guerrero, de Madrid, con producción del CDN, hasta el 26 de mayo de 2024, con todas sus localidades disponibles agotadas, de la mano de las dos eficientes maestras de ceremonias que son Esther Isla (Los pazos de Ulloa, Una vida americana) y Paloma Córdoba (Yellow moon, Porvenir), divertidas y brillantes, a partir de la dramaturgia creada por Joan Yago, dirigida de forma eficiente por Beatriz Jaén, quien acierta en el ritmo, presentando una propuesta que deviene en un conseguido sainete, ameno, guasón e, incluso, cachondo, con el contrapunto dramático de que habla de hechos reales (tanto por plasmar la realidad, como porque gran parte de sus protagonistas son miembros de la ‘realeza’ española), cuyos paganinis fueron, y son, los españoles, los de antes y los de ahora.
“Aquí todos sois ‘Reyes de España’, menos yo”
El título del espectáculo no puede ser más descriptivo y neutro: ‘Breve historia del ferrocarril español’. En 1844, mientras en Europa había más de 15.000 kms. de vías férreas, España aún no se había estrenado. En 1855 eran 400 los kilómetros españoles de red de caminos de hierro construidos y …¡milagro!, en 1865 ya se superaban los 10.000 kms, aunque los trenes que viajaban por ellos carecían, casi completamente, de viajeros y mercancías. En 1866 explotó la primera gran crisis del capitalismo.
“Si María Cristina no puede ser la ‘reina absolutista’ que querría, va a ser la empresaria de éxito que el país necesita”
El viaje a los datos históricos al que se nos aboca, parte de la primera obra pública de infraestructuras ferroviarias adjudicada, que fue el tren entre Madrid y Aranjuez, y nos lleva hasta las peripecias del AVE a La Meca, ’borboneos’ mediante, se trate de María Cristina, Reina Regente, su hija, Isabel II o su descendiente Juan Carlos I, todo ello enmarcado por acontecimientos como la abolición de la Ley sálica (Lex Sálica) por parte de Fernando VII, para que su hija Isabel II pudiera alcanzar el trono, las guerras carlistas derivadas de ello, el periodo de ‘Regencia’, el Estatuto Real de 1834, el Motín de La Granja de 1836, la Constitución de 1837, la Década moderada, la Constitución de 1845, etc… con una sucesión de personajes que van desde el soldado de corps, miembro de Guardia Real, Fernando Muñoz y Sánchez quien de sargento de su unidad en Palacio, alcanzó el rango de Grande de España tras su boda con la ‘Regente‘, primero en secreto para luego acompañar a María Cristina en su tránsito a empresaria; en una lista de la que también forman parte el Marqués de Salamanca; Francisco de Asís de Borbón primo y marido de Isabel II; de conocida homosexualidad, Baldomero Espartero; Francisco Serrano ‘El general bonito’, favorito de la Reina; los hermanos Bécquer (Gustavo Adolfo y Valeriano) con su álbum de laminas gráficas satíricas ‘Los Borbones en pelota‘, el general Prim; Emilio Castelar; Sor Patrocinio y otros muchos, en una culminación que llega hasta Juan Carlos de Borbón y Borbón y su ‘amistad entrañable‘ con Corinna Larsen, de momento…
“Te casarás con Francisco de Asís … ¡con ‘Paquita’, no!
A destacar la conseguida escenografía de Pablo Menor Palomo que a partir de la recreación del interior de un vagón ferroviario, crea los espacios necesarios para acoger los detalles del relato que se comparte, contando con la acertada iluminación de Enrique Chueca. Versatil vestuario de Leonora Lax. Adecuadas aportaciones de Elvira Ruiz Zurita en la videoescena, Pepe Alacid en espacio sonoro y Natalia Fernandes en movimiento.
“¿De quién es el Patrimonio Real?” (Emilio Castelar)
Divertimento en estado puro en el que las relatoras Paloma Córdoba y Esther Isla, estupendas ambas, interpretan, respectivamente, a Isabel II y a su madre María Cristina, con el paréntesis del conocido testimonio que Corinna realizó a Villarejo, el cual recrea Esther. No es una conferencia, no es una clase magistral, no es una ponencia, es un sainete, que funciona perfectamente, cuyo mayor drama es que lo que se narra podría (puede) estar ocurriendo en estos mismos momentos…
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