Año electoral
15 Ene 2023
Ya metidos de hoz y coz en el año 2023, los primeros movimientos de nuestros políticos, en España, coinciden, desde todos los diversos colores del arco parlamentario, en poner el foco en las diversas contiendas electorales que se avecinan en los próximos meses y desde luego, es obvio, nada tiene que ver en ello el interés general, ilusión vendida como imagen utópica de parvulario democrático, sino los desvelos por, bien, perpetuarse en el poder o en sus actuales cargos o, bien, conseguir un estatus aún no alcanzado.
Cualquier político que sea interrogado sobre su motivación para iniciar una carrera en ese ámbito, siempre dirá que es el interés por cambiar el mundo, para bien, lo único que anida su ambición. Pero la realidad que nos rodea, terca, suma ejemplos de lo contrario de forma constante.
“La política es la conducción de los asuntos públicos para el provecho de los particulares” (Ambrose Bierce)
En este año 2023 se concentran elecciones municipales, autonómicas y nacionales, y todas ellas suponen los respectivos rubicones para la amplia, en número de integrantes, clase política española.
Las primeras agendadas en el calendario serán las municipales en el mes de mayo, que coincidirán con las autonómicas en las denominadas comunidades no históricas (sin extendernos en las razones por las que unos territorios sean llamados así y otros no) compuestas por Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Madrid, Murcia, Navarra y La Rioja, además de Ceuta y Melilla.
«Los intereses particulares hacen olvidar fácilmente los públicos” (Montesquieu)
El 10 de noviembre de 2019 se celebraron las últimas elecciones nacionales, con un Parlamento que quedó constituido el 3 de diciembre de ese año. Según la normativa vigente y siempre que el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, decida agotar la actual XIV legislatura, la ley electoral establece que el mandato de Las Cortes expira, de forma automática, al cumplirse los cuatro años de las anteriores elecciones (10 de noviembre de 2023) y que la disolución de las cámaras debe producirse veinticinco días antes, es decir, el dieciséis de octubre, abriéndose un nuevo plazo, desde esa fecha, de cincuenta y cuatro días entre el decreto de la convocatoria y la celebración de las elecciones, lo cual limita que, como muy tarde, la cita electoral de ámbito nacional sería el diez de diciembre de 2023.
Pero podría haber intereses, más privados que públicos, que motivaran un adelantamiento de esa cita. Por una parte el evidente hecho de que el Gobierno actual de España lo sea en forma de coalición, entre PSOE y Podemos, haga que la necesidad de tener perfil propio, por un partido político y otro, eleve el tono de las disensiones y que más allá de sumar algunas semanas más, o meses, a la vigencia de los cargos públicos de unos y otros, el momento electoral aconseje una definición de prioridades diferentes, aún más teórica que práctica.
“La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular” (Edmond Thiaudière)
Además hay dos acontecimientos ya marcados en la agenda de la cosa pública que condicionan la situación política, por un lado el hecho de que España desempeñe la presidencia rotatoria de la Unión Europea en el segundo semestre de éste año 2023, lo cual podría incubar que la decisión definitiva esté entre convocar elecciones antes de ese mandato o bien hacerlo apurando el plazo legal del indicado de 10 de diciembre. Con otro componente, quizás más formal que de fondo, como es el hecho de la princesa Leonor cumple 18 años el 31 de octubre próximo, debiendo jurar la Constitución ante Las Cortes, y si la convocatoria fuera para el escenario de diciembre, estarían disueltas, lo cual puede dar pistas respecto al primer semestre y si hay convocatoria de municipales y autonómicas, ¿como prescindir de sacar pecho y esgrimir un adelanto electoral de las generales, haciéndolas coincidir con las anteriores, en base al argumento del ahorro de costes en tiempos de crisis e inflación galopante?.
“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones” (Winston Churchill)
¿Elecciones generales en diciembre de 2023 o haciéndolas coincidir con las municipales y autonómicas (de comunidades no históricas) en el próximo mes de mayo?, lo que es cierto es que sea una cosa, sea la otra, lo que ya ha comenzado es una ‘larguísima’ campaña electoral que amenaza con ocupar todo este nuevo año, algo que tampoco nos debe sorprender a los sufridos ciudadanos, ya que vivimos instalados bajo una permanente.
Pero añadamos sabor a la disquisición. ¿Y si las elecciones genérales se mantuviesen en el calendario para diciembre y el líder de la opción derrotada en mayo, fuera amortizado cara a ellas, quien lideraría las candidaturas de los grandes partidos seis meses después?. Piensen, elucubren, profeticen; se trata de política, aunque mucho menos idealizada de la que se nos vende, a pesar de lo cual debemos evitar que suceda lo anunciado por Platón hace 27 siglos: «El precio de desentenderse de la política, es el ser gobernado por los peores hombres».