Antígona

25 Jul 2015

Una tormenta amenaza Mérida a pocos minutos de comenzar la primera representación de Antígona en la 61ª edición del Festival de Teatro Clásico, caen unas pocas gotas, pero los rayos y truenos que la anuncian no son sino el aviso de la explosión de verdadero arte, que se nos va a brindar, toda una verdadera “delicatessen” hecha pieza teatral sobre las piedras milenarias de la platea emeritense.

Dos bandos se han enfrentado en Tebas, liderados por dos hermanos, Eteocles defendía la ciudad, mientras Polinices lideraba su asedio, ambos mueren, doble dolor para sus hermanas Ismene y Antígona, hijas, como aquellos, de Edipo.

Creonte, magníficamente recreado por una espectacular Carmen Machi, se hace presente en escena, como nuevo Rey, desgranando un discurso sobre el gobernante y el poder, totalmente actualizado, vibrante …habla de justicia, de equidad, de paridad, etc… el Creonte de Machi adopta el perfil del gobernante justo que todos anhelamos hasta que, de repente, decreta que Polinices sea insepulto y su cuerpo sea “presa expuesta al azar de las aves y los perros, como miserable despojo”, dictando al tiempo que quien incumpla la Ley, …su ley, quedará condenado a la misma pena.

Antígona, sobrina de Creonte, hermana de Polinices y prometida de Hemón, hijo de Creonte, se debate entre el amor a su hermano y la justicia de velar por su descanso eterno, frente a la obediencia a la Ley de Creonte, mientras éste duda, y teme la pérdida de autoridad ante su pueblo que la excepción a la norma por él dictada, le pueda acarrear.

La presentación del montaje realizado por Miguel del Arco del texto clásico de Sófocles es extraordinaria, funcionando desde el minuto uno hasta la excelente escena final. La adaptación del texto lo actualiza de forma eficaz, la dirección de escena es fantástica, consiguiendo que el movimiento de los personajes por el escenario rememore a un cuadro de ballet, todo medido, pero todo natural, con la rara sencillez de las cosas que encajan cada una en su sitio. Mención especial para la iluminación, de Juanjo Llorens. Gran trabajo de dirección de Miguel del Arco, al que acierta en hacer de su ayudante de dirección Israel Elejalde, excelente escuela.

Carmen Machi, como Creonte, raya la excepcionalidad interpretativa, magnífica, espectacular, totalmente segura de sí misma, impasible, por momentos tirana …pero capaz de manejar todas las claves humanas, a través de las emociones, para llegar a componer una escena final desgarradora, dolorosa, pero muy brillante, derrumbada sobre el escenario, emitiendo un grito mudo …pero ensordecedor, en el que deja ver todo el dolor de una madre, recogiendo en sus brazos el cadáver de su hijo, Hemón, muerto por su propia incapacidad como gobernante, se equivocó como Rey y llora como madre.

Antígona, que es una obra coral desde el punto de vista interpretativo, es casi canibalizada por el protagonismo del magnífico Creonte que realiza Carmen Machi, pero es de destacar el buen trabajo realizado por Manuela Paso, Ángela Cremonte, Cristobal Suárez, Raúl Prieto y el resto del elenco.

Miguel del Arco con este espectáculo, da la vuelta al mito de Antígona y le dota de perfiles hasta ahora no explorados, consiguiendo un resultado magnífico, toda una experiencia que cualquier aficionado al teatro no debería dejar pasar la oportunidad de ver.

La reacción que tuvimos los 3.000 espectadores que asistimos al estreno de esta Antígona en el “abarrotado” Teatro Romano de Mérida, poniéndonos inmediatamente de pie, tras la sobrecogedora escena final, para ovacionar al elenco, durante varios minutos, fue la justa recompensa a un espectáculo que nos devuelve al milagro del Teatro en mayúsculas y al que fue todo un lujo asistir.

Esta versión de “Antígona” de Miguel del Arco, será recordada por mucho tiempo.