Los gigantes de la montaña
en Teatro
17 Feb 2025
En septiembre del año 2023 el Teatro Fernán Gómez acogió una propuesta de Adolfo Simón, que inspirada en los tiempos de la pandemia del coronavirus Covid-19, recuperaba trabajos breves de diferentes dramaturgos, presentada a lo largo y ancho de diferentes zonas de ese espacio teatral, desde el palco, a dependencias interiores o pasillos. Todo ello presentado bajo el título de ‘Tras los balcones’ en metáfora sobre la importancia de esas ventanas abiertas al mundo en tiempos de confinamiento.
“Siga nuestras costumbres: Prescindir de todo y no necesitar nada”
La experiencia inmersiva y la metateatralidad, son recursos de nuevo empleados en la recuperación de la obra inacabada del premio Nobel de Literatura Luigi Pirandello, ‘Los gigantes de la montaña’, cuya última representación en Madrid databa de 1977, dirigida por Miguel Narros en el Teatro María Guerrero con un extenso elenco formado por cuarenta interpretes. En esta ocasión es César Barló quien lleva la obra inconclusa de Pirandello, completada en su dramaturgia por su hijo Esteban, planteando un juego en el que el espectador debe desvelar, en cada momento de la representación, si lo que sucede ante él es ficción o realidad, diversión o reflexión, alucinación o verdad, sueño o materialidad.
“¿Usted inventa la verdad?”
Pirandello vuelve en esta obra a exprimir al máximo la metateatralidad y el juego entre lo que sucede en la escena y la platea, igual que en ‘Seis personajes en busca de autor‘, y la propuesta de Barló es utilizada para descubrir un nuevo espacio teatral en el Fernán Gómez, ubicando toda la primera escena en el hall de entrada de este espacio, algo que nos atrevemos a decir que será recurrente, en ocasiones, en el próximo tiempo.
“Aquí los verdaderos no somos nosotros”
Esta primera escena está llena de frescura y los espectadores se sienten interpelados por los personajes, quienes deambulan alrededor de la estructura en forma de seta que ocupa el centro de ese novedoso espacio. El juego está planteado y los estrambóticos ropajes que usan todos ellos parecen querer entrar en contacto con nuestro subconsciente infantil, las imágenes distorsionadas que devuelven los espejos que rodean la estructura, evocan el lenguaje lúdico que se busca priorizar. El movimiento de los personajes es continuo y entre ellos, dos capitalizan nuestra atención, por una lado ‘la condesa Ilse‘ (Teresa Alonso) capitanea un grupo de cómicos que llega hasta ‘La Scalogna’, una villa en un isla, al pie de una montaña, donde vive ‘Crotone, el mago‘ (José Gonçalo Pais) quien en un alarde de seducción, brillante labia y verborrea, convence al grupo de cómicos, liderados por la condesa, para que se queden allí y representen su pieza ‘El hijo cambiado’, pero los gigantes que habitan esa montaña no serán el público esperado por la compañía de cómicos, aunque eso siempre sucede, en la ficción y en la realidad.
“¿Necesitas que te crean los demás, para creer tú?”
Para presenciar la representación de ‘El hijo cambiado‘ el público deberá abandonar su primigenia ubicación en el hall del Teatro Fernán Gómez, siguiendo a los cómicos y ‘la condesa Ilse‘, como si estos tuvieran los mágicos efectos del flautista de Hamelin, hasta franquear los límites de la sala Jardiel Poncela. En esta segunda escena el surrealismo se apodera de la trama, aunque la representación teatral se vuelve más académica y convencional, en sentido estricto, cobrando protagonismo los personajes de ‘Diamante’ (Paula Susavila) y ‘Cromo’ (David Ortega). Culminada esa escena, tras asumir los espectadores el rol de los gigantes y ya como público usual, se retorna al hall para culminar la pieza con la parte final que Esteban, el hijo de Pirandello completó de acuerdo a las instrucciones, y sensaciones, recibidas de su padre, lo cual resuelve Barló situando al elenco de espaldas al público, huyendo de la platea circular del principio, mientras recuperan sus ropajes propios y contemporáneos, en un nuevo guiño metateatral, aunque ya sin la fuerza alcanzada en la primera escena, realmente muy conseguida.
“Los sueños, sin que lo sepamos, viven fuera de nosotros”
Junto a los reseñados Pais, Alonso, Susavila y Ortega, completan el elenco Juan Carlos Arráez, Samuel Blanco, Moisés Chic, Javi Ródenas y Natalia Rodríguez.
Juan Sebastián Domínguez diseña el espacio escénico y el vestuario, con el propio director, César Barló, al frente de la iluminación. Adecuada aportación de Sergio Bascuñana en el espacio sonoro.
«El verdadero milagro no será nunca la representación. Será siempre la imaginación del poeta en el cual estos personajes han nacido, vivos, tan vivos que podéis verlos incluso sin existir ellos corporalmente. Traducirlos en realidad ficticia, en la escena, es lo que habitualmente se hace en los teatros»
Interesante aproximación a Pirandello y su obra en una pieza muy poco representada, inconclusa por parte del Premio Nobel, pero muy sugerente en los intentos de creatividad escénica que contiene.
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