Cortázar en juego, crítica teatral
01 Nov 2024
La combinación del apellido Cortázar y la palabra juego podrían evocar diferentes significados, ¿entra en juego Cortázar?, ¿quién, o quienes, se juegan algo?, ¿el conocido escritor o nosotros como espectadores?, ¿quizás el equipo responsable de la propuesta?. Pero la realidad es que la palabra juego en el título de esta pieza teatral tiene que ver con su perfil más lúdico que, según la RAE es ‘acción y efecto de jugar por entretenimiento’, entendiendo jugar como ‘hacer algo con alegría con el fin de entretenerse, divertirse o desarrollar determinadas capacidades’. Sí, se trata de un juego y todo parece dirigido a ese concepto, con un cierto aire naíf, desde la escenografía diseñada por Mónica Boromello a base de cartón ondulado y la recreación de un pequeño avión, como de juguete; al vestuario creado por Laura Ferrón, completados los elementos técnicos con la iluminación de Pilar Valdelvira y la sutil música del espacio sonoro que le dota Mariano Marín.
“Tengamos el valor de admitir que queremos despertar”
La dramaturgia firmada a cuatro manos por José Sanchis Sinisterra y Clara Sanchis, padre e hija, es una yuxtaposición de diferentes textos de Julio Cortázar, entrelazando historias, presentándolas, como indican los autores en el dossier de la obra, surgiendo una de otra, como si muñecas matrioskas rusas fueran.
“El mundo está lleno de maravillas, pero nada es tan maravilloso como el propio hombre” (Sófocles)
El planteamiento de la obra parte desde una emisora de radio, en los años 70’s del siglo XX, que será el punto de inicio de un viaje en el que nos servirán de guías los personajes de ‘Robinson Crusoe’ y ‘Viernes’ que, a su vez, se desdoblarán en otros. Aunque nada nos hace viajar mejor, y con mayor credibilidad, hasta ese estudio radiofónico, que la perfecta voz en off de José Sanchis Sinisterra, magistral en las formas con las que nos comparte historias con ese modesto, pero gran, recurso.
“Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca»
En la sucesión de historias, unas nos atrapan más que otras, en todo caso es de resaltar el esfuerzo interpretativo de ambos actores, Pablo Rivero (La importancia de llamarse Ernesto, El sirviente) y Clara Sanchis (Conspiranoia, Miércoles que parecen jueves, Antígona, Naufragios de Álvar Núñez, Consentimiento, Una habitación propia, La lengua en pedazos) con mención especial para ésta que, sin duda, atraviesa un momento profesional magnífico.
“Se puede vivir sin pensar”
Con todo, la propuesta, de indudable valor literario, se enfrenta a evidentes dificultades para ser recreada en la escena, más allá del solvente trabajo de dirección de Natalia Menéndez. Los relatos de Cortázar cogen el vuelo necesario en el momento de la lectura, más intima, con mayor reflexión y con el componente del valor añadido que la imaginación de cada lector dan al texto sugerido.
“Hay muchas maneras de ser caníbal”
Interesante aproximación a Julio Cortázar guiados por José Sanchis Sinisterra, Clara Sanchis y un solvente equipo, de la mano de Entrecajas Producciones Teatrales, que permanecerá en el Teatro de la Abadía hasta el próximo 7 de noviembre.
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