Malditos tacones, crítica teatral

11 Sep 2024

Principio de temporada teatral en el Teatro Bellas Artes, y la programación diseñada por Pentación Espectáculos para los próximos meses comienza con ‘Malditos tacones’, repitiendo una estrategia similar a la seguida hace doce meses, que en aquella ocasión comenzó con ‘La profesora‘.

“La puntualidad es cortesía de reyes”

La pieza elegida es obra de la dramaturgia del sólido y contrastado escritor que es Ignacio Amestoy, quien enfrenta en ella a dos mujeres poderosas que se sienten cabalgando sobre los lomos del éxito, una, ‘Victoria Burton‘, como representante de un linaje elegido que administra el legado económico de una familia vinculada al empresariado español a lo largo de los años, cuya expansión ha liderado hasta más allá de las fronteras del país de origen, otra, ‘María García‘, reputada abogada que ha sabido hacer prosperar el propio bufete que fundó contraviniendo jugosas ofertas de grandes del sector para incorporarla a sus filas. Se conocen con ocasión de los hechos en los que comienza la trama y partir de ahí nada será como hasta entonces.

“La verdad, a veces, no puede dar la cara”

Ignacio Amestoy plantea de forma adecuada una trama intensa y vigorosa, que encierra en su seno sorpresas y giros argumentales que son bienvenidos y celebramos, pero que no llegan a ser expuestos con la necesaria carga dramática y ayunos de la emoción precisa.

Magüi Mira, actriz más que notable (Magüi Mira Molly Bloom) y contrastada directora teatral (Salomé, Adictos, Los mojigatos, Naufragios de Álvar Núñez, La fuerza del cariño, Consentimiento), dirige esta propuesta con un ritmo más acelerado del necesario, en el que ninguna de las dos actrices protagonistas, más allá de sentirse cómodas o no, llegan a brillar.

“A mi lo que me enorgullece es la ‘cuenta de resultados’ con beneficios”

Los acreditados oficios técnicos de José Manuel Guerra en iluminación, Gabriela Salaverri en vestuario, complementan el trabajo de escenografía diseñado por Curt Alllen y Leticia Gañán a través de una plataforma giratoria sobre la que se desenvuelven los personajes interpretados por Luisa Martín (‘Victoria Burton‘) y Olivia Molina (‘María García‘) quienes a su impulso parecen, aún más si cabe, acelerarse en cada uno de los giros que ocurren de cuando en tanto.

Ni el preámbulo a la trama, ni la eclosión del momento de mayor énfasis en el argumento, ni las consecuencias de su estallido, resultan creíbles, a pesar del buen planteamiento de la dramaturgia, si no más bien condicionados por una cierta artificialidad a la que no es ajena una excesiva aceleración, que identificamos más en la interpretación de Olivia Molina, en el papel de ‘María García‘, que en Luisa Martín (Salomé), y su recreación de ‘Victoria Burton‘, aunque ésta tampoco es capaz que el conjunto formado por ambos roles resulte empastado.

“Malditos tacones. Mujeres absurdas.”

Opto por no revelar nada de la trama en estas líneas, y evitar el ‘spoiler‘, convencido de que su argumento es lo mejor de esta propuesta, que por unas cosas, o por otras, no llega hasta donde debería, quizás como consecuencia de una sucesión de pequeños imponderables que se van sumando en todo espectáculo teatral y que pueden haber comenzado, simplemente, en un giro en el sentido inapropiado de una plataforma creada para sumar en la forma del conjunto estético, pero que termina por afectar al fondo.

Hasta el 20 de octubre de 2024 permanecerá programado este espectáculo en el Teatro Bellas Artes, de Madrid.

Si alguna de las imágenes utilizadas en este blog, está protegida por copyright, ruego me lo hagan saber para ser retirada de forma inmediata