Cielos, crítica teatral

26 Jun 2023

La dramaturgia de Wajdi Mouawad retorna al Teatro de la Abadía, con su obra ‘Cielos‘ que cierra su tetralogía ‘La sangre de las promesas tras ‘Litoral’, ‘Bosques’ e ‘Incendios’ cuya recreación en este mismo espacio teatral, en 2017, en propuesta de la que formó parte una extraordinaria Núria Espert, sigue habitando entre nuestros mejores recuerdos.

“Nos vigiláis, pero no veis nada. Nos escucháis, pero no entendéis nada”.

En esta ocasión Mouawad no sugiere, sino que construye una arenga, a modo de sermón, con el conflicto generacional como caldo de cultivo, revestido de aventura de ciencia ficción que no llega a ser un ‘thriller‘ por más que se recurra a una complicada trama, más que elaborada, en la que parece justificar un desenlace en clave de distopía para nuestro mundo, que sería finiquitado por una serie de atentados donde los más jóvenes, en rol de hijos, se tomarían venganza sobre la generación de sus padres: ‘Llevamos meses tratando de identificar a una organización terrorista … no es una banda de locos, están demasiado bien coordinados… En un momento pensé que podría tratarse de una secta… parece más bien una red de individuos, muy jóvenes… Estarían ligados por una mentalidad, un mismo sentir …por su juventud… Lo que parece seguro es que hay entre ellos un malestar que se asemeja a la pena, a un dolor infinito… Una tristeza que se traduce en poesía…

“Mirad la sangre: ¿quién ordena que sea vertida? / ¡Los padres! (¡podredumbre!) ¡Los padres! / ¿Y quién la vierte? ¡Los hijos, los hijos!…”

Sergio Peris-Mencheta traductor y director en esta propuesta, con producción de ‘Barco Pirata‘, recoge ‘el guante’ lanzando por Mouawad y en el propio programa de mano sitúa en la clave sugerida por el dramaturgo canadiense acontecimientos como los actos vandálicos sufridos en algunos museos del mundo por grandes obras artísticas de todos los tiempos, como ‘Los girasoles‘ de Vincent Van Gogh, o ‘La Gioconda‘ de Leonardo da Vinci, justificando los mismos en la necesidad de expresar por parte de la juventud, de los hijos frente a los padres, su profundo malestar ante el mundo que se les lega, trufado de guerras, de desigualdad, de falta de oportunidades y de una crisis climática irresoluble. La hora de la venganza ha llegado.

Cielos, crítica teatral

Fotografia de @marcosGpunto, según indicación del Teatro de la Abadía

“La juventud ha cavado para vosotros tumbas profundas. ¡Temblad, gritad, llorad!”

La AnunciaciónCielos’ transcurre en un complejo de alta inteligencia que funciona como sede secreta de un organismo gubernamental encargado de la seguridad global de la Tierra. El equipo técnico destinado en él se dedica a investigar una serie de mensajes encriptados de los que deducen que unos grandes atentados están próximos en el tiempo, el cuándo y el dónde se convierten  en esenciales preguntas que deben ser respondidas, pero también quién, o quienes, están detrás de ello es una clave primordial. Dos pistas se abren camino en las hipótesis del equipo investigador, la oficial es la amenaza islamista, defendida por la mayor parte de los servicios secretos, y la variante anarquista, bautizada como clave ‘Tintoretto, argumentadla por los investigadores del equipo que protagoniza esta trama, de acuerdo a las escuchas realizadas y a partir del célebre cuadro de ‘La Anunciación del pintor italiano, trabajado y elaborado con el recurso geométrico de la figura de un triángulo y su hipotenusa sobre el lienzo original.

“Cuanto más irresoluble es el problema, más conocemos la respuesta”

El espectáculo se debate entre dos claves que no terminan de conciliar adecuadamente la una con la otra, por un lado el planteamiento filosófico en el que se basa y por otro la construcción de la trama de suspense. En la primera parte, en la cual predomina más lo primero, el ritmo, tras un intenso inicio, decae hasta que se imponen la sucesión de pistas que terminarán por identificar el detalle del donde y del cuándo de los atentados que se ciernen sobre el mundo en su globalidad, lo cual sucede cuando ya se ha superado la mitad del espectáculo.

“Hay un demonio y no es quien creemos. Sacarlo a la luz, salvará la luz. Y nadie debe impedírnoslo. Nadie.”

escenografía

Fotografia de @marcosGpunto, según indicación del Teatro de la Abadía

La escenografía donde transcurren los hechos, diseñada por Alessio Meloni, representa la base de operaciones donde los investigadores y científicos efectúan su desempeño, recreando un cubo en tres niveles verticales, en el que el intermedio es el más logrado, replicando con gran gran eficacia el espacio de trabajo común, donde el efecto de las videoproyecciones de Ezequiel Romero, creando una realidad virtual muy creíble, es de lo más conseguido de la propuesta. En el nivel superior aparece una terraza en la que los protagonistas se evaden en sus tiempos de descanso, disfrutando del jardín cercano, entre unas grandes esculturas que evocan personajes de estos cielos o de otros infiernos, pero celestiales al fin y al cabo. El nivel inferior representa los espacios particulares de los habitantes de la base, demasiado pequeños y comprimidos, pareciendo pertenecer a una nave espacial, más que a habitaciones en una construcción convencional.

videoproyecciones

Fotografia de @marcosGpunto, según indicación del Teatro de la Abadía

El equipo técnico se completa con David Picazo en la iluminación, Elda Noriega en el vestuario, Enrique Mingo en el diseño de sonido y Joan Miquel Pérez en la composición musical.

“¡El ángel no está solo!. Repito: ¡El ángel no está solo!. ¡Sopla el viento y los poetas no caminan bajo un paraguas!”

Cielos, crítica teatral

Fotografia de @marcosGpunto, según indicación del Teatro de la Abadía

Los distintos personajes tienen su propia historia pero quedan subsumidos en la trama general a pesar del buen trabajo actoral conjunto, en el que destaca con su habitual sobriedad Jorge Kent (Macbeth, Madre coraje y sus hijos, El idiota, Luces de bohemia), en el rol de ‘Blaise Center, sorprendiéndonos gratamente Álvaro Monje (‘Vincent Chef Chef’) quien resulta muy creíble en su alegato final en el que justifica su decisión operativa antes de los atentados. Junto a ellos completan el elenco Marta Belmonte (La Celestina) como ‘Dolorosa Haché’, Pedro Rubio (‘Clément Szymanowski’), Javier Tolosa (‘Charlie Eliot Johns’), Sergio Lanza (‘Valéry Masson’) y Rodrigo Simón (‘Victor Eliot Johns’).

“Os forzaremos a mirar una obra de arte a la altura del siglo que os recordará que cada época merece una belleza a la altura de la fealdad engendrada por ella”. Eran las palabras dejadas por los kamikazes, de una media de edad de treinta años.

Cielos, crítica teatral

Fotografia de @marcosGpunto, según indicación del Teatro de la Abadía

Cielos’ no tiene el brillo luminoso de ‘Incendios’ pero tampoco se puede pedir la excelencia en toda la creación de ningún dramaturgo o artista. Sergio Peris-Mencheta dice no haber tenido ninguna duda cuando Juan Mayorga, director artístico del Teatro de la Abadía, le propuso estrenarse en este espacio con el espectáculo que él mismo considerase adecuado, eligiendo esta propuesta que confiesa haber descubierto en 2014 y que le cautivó. Su trabajo como director responde a sus señas de identidad habituales, entre las cuales destaca el sentido que tiene de ‘espectáculo total tanto en sus mejores trabajos, como en los no tan brillantes, lo cual alcanza también en éste, aún lastrado de una complejidad evidente que más allá de la curiosidad despertada para lograr un lugar en el patio de butacas, termina por generar una respetuosa reflexión para la idea central que se desliza en ella, que parece abocar el mundo, en su globalidad a tiempos oscuros y distópicos.

Si alguna de las imágenes utilizadas en este blog, está protegida por copyright, ruego me lo hagan saber para ser retirada de forma inmediata

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Comentarios

  1. Somos del Teatro de La Abadía. Nos gustaría comentar que las fotos de escena llevan el Copyright de marcosgpunto, gracias.

    • Muchas gracias, Ana, por el comentario y aportación que realizas, en nombre del Teatro de la Abadía, respecto a la autoría de las imágenes utilizadas. Hemos incluido el extremo que nos pides. Saludos.

  2. Insoportable. Por alguna razón absurda un criptógrafo de un grupo antiterrorista no les transmite a sus compañeros una información vital sino que les pone trabas infinitas para descifrar lo que ha deducido en sus investigaciones, y después se suicida. Es un artificio del autor para crear interés y tensión, pero es profundamente ridículo. Por alguna razón absurda una mujer que ha asesinado a sus tres hijas está también en el grupo antiterrorista, precisamente se llama «Dolorosa». Casualmente el hijo de uno de los estudiosos muere en uno de los atentados que no consiguen frenar fundamentalmente porque han perdido el tiempo descifrando el mensaje del criptógrafo… Al final resulta que a su vez el hijo del criptógrafo es un líder terrorista… y por lo visto le pidió a su padre que se suicidara antes de que él se inmolara… Un guion ridículo hasta la exasperación, unos monólogos larguísimos basados en subjetividades sin interés, unos supuestos indicios cogidos con alfileres y profundamente artificiales… Es la peor obra de teatro que he tenido que soportar en mi vida, dejándome con un pésimo cabreo por haber tenido que soportar semejante bodrio.

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