Calma!, crítica teatral
en Teatro
12 Dic 2022
Hay palabras y conceptos que están pegados a los tiempos que vivimos en esta tercera década del siglo XXI de nuestra contemporaneidad, y pocos tan editorializantes como el término ‘prisa’ y la sensación de las ‘prisas’ que invaden cualquier actividad humana, si algo se ha perdido en el agujero negro de los tiempos pasados ha sido la ‘Calma‘, y el payaso, actor, y director de teatro, Guillem Albà, ha tenido el acierto de poner el acento en ese deficit del pasado y evolución de los nuevos tiempos, para construir un espectáculo acertado y emotivo, que conecta rápidamente con el público que asiste a alguna de sus representaciones, titulándolo, ¿para qué de otra manera?, como ‘Calma!’, añadiendo a la palabra que mejor lo expresa, el signo de admiración, uniendo al término un cierto tono de énfasis, sumando, por tanto, emoción.
“Por favor, desconecta tu teléfono, será solo un rato…”
Guillem Albà fue reconocido, en la última ceremonia de los Premios Max entregados en Mahón (Menorca) en este año 2022, junto a Joan Arqué, como ganadores a la mejor dirección de escena por el espectáculo ‘Canto jo i la muntanya baila’, y ahora nos conmueve con un montaje en el que a base de saber hacer, es capaz de parar el tiempo, o al menos la sensación subjetiva sobre él, de quienes ocupan una butaca para presenciar ‘Calma!’, que ha sido presentado en Madrid a través de varias representaciones en el Teatro del Barrio.
“Basta de tantos ‘inputs’, de tanta información, de tanta prisa…”
Cuando a punto de comenzar el espectáculo son varias las personas que consultan nerviosas sus móviles iluminando al vecino de butaca con la intensidad lumínica de sus pantallas e, incluso, regalando algún sonido y varias vibraciones, oímos…”Por favor, desconecta tu teléfono, será solo por un rato. Hazlo por la gente de tu alrededor y por ti. Basta de tantos inputs, de tanta información y de tanda prisa. Todo lo que estés viendo, por malo que sea, déjalo atrás e intenta que la emoción vaya por delante de la razón. Deja a tu adulto atrás. Vamos a parar y a vivir el momento. Bajemos el ritmo, aunque durante este rato que vamos a compartir. Que somos mucho más efímeros de lo que creemos. Que ésto no sabemos cuánto dura, ni cuándo terminará. Aprovechemos que estamos vivos. Dejémonos de tonterías. Vamos a disfrutar. Compartamos momentos preciosos …y que empiece la ‘Calma!’.
“Vamos a parar y a vivir el momento…”
Con dramaturgia de Alicia Serrat y Marc Angelet, con movimiento diseñado por Ariadna Peña, Guillem Albà dirige e interpreta una propuesta que tiene la capacidad de espejar nuestra forma de vida y los ritmos frenéticos que le exigimos, aportándonos reflexión con la potente estrategia del humor, rompiendo permanente la cuarta pared, con insistencia, hasta conseguir que esos adustos seres que inicialmente ocuparon la platea, terminen por dejar ir los niños que una vez fueron, e interactúen y jueguen con el clown, quien no cesa en su empeño, convencido de que al final, conseguirá su reto.
“Tenemos cualquier cosa, menos calma…”
Las escenas y gags se suceden con gran efectismo, pero destacaremos dos por su potencia, la primera aquella en que el protagonista se ve superado por una sucesión de sonidos de llamadas de móviles, que proceden de un número abrumador de terminales teléfonicos esparcidos sobre la escena, no es uno, ni dos, ni tres ….ni veinte, ni cincuenta; conseguida paradoja de un mundo en el que nos exigimos estar pendientes de más canales de comunicación de los que somos capaces de atender y que solo nos lleva a la insatisfacción. El segundo momento que reseñamos es el juego de imágenes de sombras que es capaz de crear Albà y su equipo con los humildes medios de dos sábanas plegadas y algún punto de luz, que termina por aportar una bella imagen del atardecer frente al mar.
Adecuadas aportaciones de Ganecha Gil en la iluminación, de Pep Pascual en la música, Andreu Martínez en ‘gesto y títeres’ y de Irene Nené Fernández en el vestuario.
«Aprovechemos que estamos vivos. Dejémonos de tonterías. Vamos a disfrutar»
Al finalizar el espectáculo, Guillem Albà saluda personalmente a todos y cada uno de los espectadores de esta propuesta emotiva, divertida, mágica y honesta, cuyo mayor logro es sacar del espacio acomodaticio en el que comenzó cada persona entre el público, consiguiendo esbozar su sonrisa a pesar de haber presenciado una crítica a la sociedad de la que todos somos responsables de haber creado, aunque nos llevamos el recurso de pensar en la necesaria ‘Calma!’ en los momentos más estresantes, cada vez mas frecuentes en nuestro día a día.