Policías y ladrones, crítica teatral
03 Dic 2022
El Teatro de la Zarzuela fue inaugurado en 1856 con el cometido de ser centro de difusión del género lírico español y como tal ha conocido ya tres diferentes siglos en los que las interpretaciones de zarzuelas han encontrado su espacio propio en él, pero más allá de acoger representaciones de las piezas clásicas del repertorio, el fomento de nuevas creaciones es tarea destacada para sus responsables, lo cual es adecuado y pertinente. Se trata de cuidar el legado, pero también de aportar nuevas producciones impregnadas de los aires de cada momento vital, incluyendo, por supuesto, los de la contemporaneidad.
“¡Black, black!”
En la clave anterior, el antecesor de Daniel Bianco, como director del Teatro de la Zarzuela, Paolo Pinamonti, encargó, hace varios años, al reconocido compositor español, Tomás Marco, una nueva pieza lírica que ha conseguido ser estrenada en este año 2022, al tercer intento, tras no poder realizarse en 2018, debido a una huelga, y en 2020 a causa de los efectos de la pandemia del Coronavirus Covid-19. Su título ‘Policias y ladrones‘ no puede tener un tema más contemporáneo que la corrupción política, describiendo unos hechos que se escenifican como ‘trama Fruntel‘ que, desde luego, no suenan desconocidos para nadie que llegue hasta la platea para disfrutar de este estreno.
“Por hacer la pelota al ‘Mandamás’, te dieron por delante y por detrás”
Álvaro del Amo es el responsable del libreto y utiliza los pasajes más conocidos de situaciones reales de no hace demasiados años, para construir una crítica social y política, relatando una historia que está bien desarrollada, en la que el personaje de ‘El presunto implicado‘ es detenido por sus hechos, al mismo tiempo que es abandonado por quienes eran ‘los suyos’, hasta ser ingresado en la cárcel donde, curiosa, y metafóricamente, le acompañará el policía que le investigó hasta lograr detenerle, tambien abandonado por sus propios, quienes desarrollarán una cierta empatía al tiempo que, ambos, se preguntan ¿quienes mueven los hilos?. Ambos quedan unidos por su pasado …y también por su futuro, pues el hijo de ‘El presunto implicado‘ y la hija de ‘el policía‘, acabarán siendo pareja y haciendo abuelos a los dos compañeros de prisión. Completa el cuadro de protagonistas ‘La mujer del presunto implicado‘ que “nada sabía” y “solo firmaba” pero que rápidamente pone pies en polvorosa buscando la protección, primero de un rico oligarca ruso, y luego de un magnate chino al que no entiende, pero que es dueño de un yate imponente.
“Hacerse la tonta. Firmar y firmar. A mí no me pillan, yo vivo en la inopia. Y que no me líen, mi fortuna es propia”
Tomás Marco es una referencia en la música española, especialmente en la contemporánea y la de vanguardia, siendo un valor seguro para esta obra, aún con la dificultad de un nuevo espectáculo musical, ¿qué es si no la zarzuela?, en el que se puede echar en falta una melodía capaz de ser recordada por el espectador más allá del virtuosismo técnico de la partitura.
“El hombre es un animal político”
La recreación escénica que realiza Carme Portaceli está muy conseguida, a través de elementos que se mantienen permanentemente en escena, como una estructura cilíndrica y una gran escalera circular dotada de movimiento, pero que se revelan muy versátiles y capaces de recrear con absoluta verosimilitud tanto un aeropuerto, como una cárcel o un edificio de oficinas. Adecuadas aportaciones de Montse Amenós en la escenografía, Pedro Yagüe en la iluminación, Antonio Belart en el vestuario y Ferran Carvajal en la coreografía.
“Ton zoón politikón. Ton zoón politikón. Ton zoón politikón. Ton zoón politikón. Chist, chist, chist.”
José Ramón Encinar al frente de la dirección musical exprime de forma convincente la partitura compuesta por Marco, con un desempeño notable tanto de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, como del Coro Titular del Teatro de la Zarzuela siempre bien dirigido por Antonio Fauró, exigido en sus voces pero también resuelto para conseguidas coreografías como la de la escena 6, con la plana mayor del partido político reunida, mientras cantan ‘Ton zoón politikón‘, expresión y concepto creado por Aristóteles, en griego antiguo, cuyo significado es “animal político”.
“Somos su partido, pero nos han hundido. Le han pillado, nos pillaron”
Los papeles protagonistas sobre los que descansa la trama son interpretados con desenvoltura por el barítono César San Martín (‘El presunto implicado’) y el bajo Miguel Ángel Arias (‘El policía’), acompañados de la soprano Alba Moreno Chantar (‘La hija’) y del tenor César Arrieta (‘El hijo’), destacando la prestación de la mezzosoprano María Hinojosa (‘La mujer del presunto implicado’) quien aprovecha cada una de sus interpretaciones de forma convincente.
“¡Qué feo es!. ¡Qué bruto es!. ¡Qué rico debe de ser!. No es envidia cochina, pero tragamos quina al verte tan boyante con un nuevo tunante.”
El elenco interpretativo se completa con David Fernández ‘Fabu’, Ana Vélez, Luis Pérez Sierra, Juan Matute, Hugo Huerta, Carlos Cañas y Armen Boricó.
Todo un privilegio y un placer asistir al estreno de una nueva zarzuela en el templo lírico de la calle Jovellanos de Madrid, en el que se echó en falta la presencia de compositor y libretista en el saludo final, en una nueva aportación al repertorio de esta obra que pone la corrupción en el centro de la historia de nuestra contemporaneidad, cuyos pasos hacia el futuro, a través de nuevas representaciones, dependerán del interés de las generaciones futuras por recrear nuestros momentos del hoy, activos en cuanto nuevas propuestas pues ya se anuncia otro nuevo estreno a la vuelta de unos pocos meses a lomos de ‘Trato de favor‘, en todo un síntoma de salud creativa.