Amo y criado ¡Donde hay agravios no hay celos!; crítica teatral
14 Jul 2022
Francisco de Rojas Zorrilla, coetáneo de Calderón de la Barca, pero seguidor de éste a través de sus trabajos, especialmente concentrados en la tercera década del siglo XVII, en una carrera truncada por su prematura muerte con tan solo 41 años de edad, cultivó, especialmente, las comedias costumbristas, de la que es buen ejemplo ‘Donde hay agravios no hay celos‘ (1635), retitulada, y conocida por el acervo popular, como ‘Amo y criado‘
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“Mi libertad es mía”
Desde el otro lado del oceáno Atlantico llega una iniciativa para recrear una versión de esta comedia de capa y espada, con el impulso del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo (dirigido por el ex-ministro colombiano Ramiro Osorio) y del Teatro Libre de Bogotá, dentro de los actos de celebración del cincuenta aniversario de su creación, en coproducción con el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid. Clásicos Alcalá; siendo estrenado dentro de su programación de este año 2022, dando inicio a un amplio recorrido por escenarios de España, que ha incluido su presencia en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.
“Don Juan tiene dos ofendas, una de sangre y otra de honor”
‘Don Juan’ llega hasta Madrid en busca de su prometida, ‘Doña Inés de Rojas’ a quien solo conoce por un retrato, igual que ella a él, desencadenando, a consecuencia de esa práctica, el enredo principal, por el cual su criado ‘Sancho’ se hará pasar por él. Los celos afloraran, los agravios también y los duelos a espada se sucederán.
Yolanda Pallín (Hedda Gabler, El vergonzoso en palacio) versiona el texto original y Eduardo Vasco, máximo responsable de la Compañía Nacional de Teatro Clásico entre 2004 y 2011, dirige una propuesta en la que brillan los medios técnicos, con un estupendo vestuario realizado por Lorenzo Caprile, lleno de riqueza, en el que no falta ningún detalle, al que no desmerece una conseguida escenografía diseñada por Carolina González, protagonizada por una gran puerta doble que se revela eficaz para protagonizar, a su través, todos los movimientos de escena necesarios. Adecuada aportación de Miguel Ángel Camacho en la iluminación y notable resultado del trabajo del ‘maestro de armas’ José Luis Massó con los interpretes convertidos en desenvueltos ‘espadachines’.
“Este huevo quiere sal”
El verso en el que está escrita toda la obra, es declamado, en general, de forma algo más acelerada de lo que se debiera, no llegando las palabras con total nitidez hasta el patio de butacas.
El mestizaje imperante en esta propuesta, entre Colombia y España, entre la vieja Europa y la dinámica América, es reivindicado de forma expresa con la inclusión de música y canciones a ritmo de cumbia, compuestas por el director del espectáculo, Eduardo Vasco (Hedda Gabler, La vida es sueño), entre cuyas notas se sienten cómodos todos los integrantes del elenco, aflorando las sonrisas en ellos.
“Bien parece que no saben los vivos lo que es ser muerto”
Entre los intérpretes afloran dos que capitalizan la dinámica del espectáculo, condicionándolo para su particular lucimiento, ello sucede en los casos de Alejandra Guarín dando vida a Beatriz, la criada, y de Diego Barragán, que recrea a Sancho; la excesiva comicidad por la que ambos optan, condiciona el desempeño de sus compañeros y opaca el realce de algunos personajes. En todo caso es de resaltar que una mayoría de público celebró esas exageraciones, buscadas para obtener la complicidad de los espectadores que ocupaban la platea, aún afectando al ritmo narrativo de la propuesta.
Fabián Velandia interpretando a Don Juan, María José Delgado dando piel a Doña Inés de Rojas, Carlos Martínez, como Don Fernando de Rojas, Fabián Alejandro Martínez, como Bernardo, Juan Sebastián Rincón recreando a Don Lope de Rojas y Katheryn Martínez como Doña Ana, completan el elenco.
“…y si nadie lo remedia, que tenga fin la comedia con un baile gallardo”
Evocador proyecto éste que une las sensibilidades teatrales de lugares geográficos alejados, pero siempre vinculados por una cultura común, que encuentra en esta ocasión el nexo de unión en una obra compuesta en el “Siglo de Oro” español, en un proyecto que siempre será recordado por los integrantes del Teatro Libre de Bogotá para celebrar esos 50 años de propuestas teatrales realizadas sobre una escena. Efemérides y reconocimiento más que merecidos.