El diablo cojuelo, crítica teatral
03 May 2022
Al llegar Lluís Homar a la Compañía Nacional de Teatro Clásico, como máximo responsable, estableció dos ejes sobre los que hacer girar su gestión, por un lado renovar el habitual repertorio ‘clásico’ y por otro lado abrir la CNTC a las visiones teatrales que, más allá de Madrid, se tienen desde las diferentes comunidades autónomas de España, y en los meses transcurridos, hasta ahora, hemos tenido diversas pruebas de ello en los espectáculos que han compuesto su programación.
“Novela de la otra vida, traducida a ésta”
“El diablo cojuelo”, con el subtítulo de “Novela de la otra vida, traducida a ésta”, interpretada por los integrantes de la compañía Rhum & Cia es otra nueva prueba de lo indicado en el párrafo anterior. Se trata de una obra de Luis Vélez de Guevara escrita en 1641, no muy representada sobre la escena. El reto de la CNTC, a través de su director, Lluís Homar, de encargar la representación de un ‘clásico‘ a una compañía especializada en espectáculos de “clowns”, se encomienda a la dramaturgia del reputado escritor y creador, Juan Mayorga, quien se ocupa de la versión del texto, a pesar de afirmar habitualmente que “No quiero hacer adaptaciones. Prefiero centrarme en mis propios errores”.
Ester Nadal dirige la propuesta. destacando, en el programa de mano, la paradoja construida por Mayorga a partir del texto de Vélez de Guevara, con la contradicción y confrontación entre dos maneras de mirar y afrontar el escenario …y el mundo en definitiva.
“No quiero hacer adaptaciones. Prefiero centrarme en mis propios errores” (Juan Mayorga)
El espectáculo comienza de la mejor manera posible, con gran metateatralidad, sorprendiendo; con los integrantes de Rhum & Cia, vestidos de época clásica, aún con las caras pintadas de payasos y haciendo uso de alguna nariz roja, dirigiéndose a quienes ocupan los asientos de la platea, preguntando “¿y éstos que están en las butacas, quienes son?” a lo que responde ‘Arqueti’ (payaso ’carablanca’) diciendo: “¡becarios! …no cobran, pero pagan”, a quienes harán participes del encargo que han recibido de Lluís Homar, imitándole y diciendo, sobre él, que “ahora está muy humilde”, en ‘gag’ que repetirán en varias ocasiones.
El propio Mayorga será también referencia empleada en la metateatralidad inicial, un académico de la RAE escribiendo un texto que ellos, que nunca quisieron estudiar, ahora tendrán que memorizar. Y asumen el reto, afirmando con excesiva frecuencia que será “por sus nietas, que se tienen que sentir orgullosas de ellos …cuando las tengan”.
“ni fu, ni fa … ni chicha, ni limoná”
Por el pasillo central de la platea aparece “Martinez” el ‘Augusto’ de ‘nariz roja’ que terminará por interpretar a ‘Cojuelo’, dedicándonos una demostración de sus habilidades como ‘clown’.
Un conseguido número musical representado a continuación, dará inicio a lo que es, en sí, la representación de lo que adapta Mayorga del original de Vélez de Guevara, con Don Cleofás, un estudiante, de 21 años (¡que mal casting!, dirán los Rhum’s en ese momento), de la Universidad de Alcalá, que es perseguido por una dama, de 35 años, al sentirse burlada por él, tropezándose con una botella dentro de la cual se encuentra cautivo “El diablo cojuelo”. Cleofás libera a Cojuelo y éste, en agradecimiento, ayuda en su huida a aquel, mientras recorren los cielos de Madrid en un vuelo mágico que les permite ver lo que ocurre bajo los tejados de las casas, en clave de crítica social de la época.
“¿Qué pasa cada noche en Madrid, la Babilonia española?”
A partir de ese momento el espectáculo decae, la trama queda diluida en exceso y el protagonismo se centra en los recursos de los integrantes de Rhum & Cia, quienes funcionan como un todo, a esas alturas el espectáculo tiene demasiado poco de teatro clásico y mucho más de fiesta payasesca, expresión dicha con todo respeto, el mismo que nos merece el oficio de payaso, algo a proteger y preservar.
Una estructura circular, que recuerda a la carpa de un circo, es el elemento central de la escenografía diseñada por “La Closca” que acoge una serie de peldaños construidos en forma de andamiaje que alcanzan una plataforma superior. Adecuadas prestaciones de Sylvia Kuchinow en la iluminación, Nidia Tusal en el vestuario y Marc Santa en el sonido.
“En el mundo todos somos locos, los unos de los otros”
Más allá del compacto desempeño interpretativo que alcanza el colectivo de Rhum & Cia, sobresalen Joan Arque ‘Arqueti’, como ‘Cleofás’ y Jordi Martínez, como ‘Cojuelo’. Piero Steiner consigue bastantes risas y sonrisas para su ininteligible vocalización que recuerda a Antonio Ozores y Xavi Lozano sorprende con su capacidad para extraer musicalidad de objetos tan inverosímiles como una escalera o un extintor. Junto a ellos completan el elenco Roger Julià y Mauro Paganini.
No conocemos como se fraguó esta propuesta, aunque en el encuentro con el público realizado al finalizar la función del pasado veintiocho de abril, Mayorga afirmó haber sido él quien fue a la búsqueda de Rhum & Cia, proponiéndoles realizar un proyecto en común, para lo cual, según su versión, les ofreció el texto de “El diablo cojuelo” y “El coloquio de los perros”, optando aquellos por ésta última, y que fuera el dramaturgo quien finalmente, eligiera la obra de Vélez de Guevara. Para a continuación plantear a Lluis Homar el espectáculo tal como ha llegado a ser programado por la CNTC. Aunque quizás podría haber sido exactamente al revés, es decir responder al planteamiento primegenio del actual director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, contando con Rhum & Cia para ello y que Juan Mayorga apareciera al final, para con su dramaturgia, empastar la propuesta y suponer un atractivo para ella.
“Mi abuelo empezó payaso …y terminó haciendo de payaso en el ‘Clásico”
Sea como fuere, el texto de Vélez de Guevara lleva casi cuatrocientos años escrito, Rhum & Cia han acreditado, sobradamente, su solvencia, solidez y capacidad artística y Juan Mayorga es una referencia del mundo teatral escrito en español y de la creación en general, pero el resultado final no ha logrado sumar los talentos de todos ellos, aunque es de valorar el intento de plantearse nuevos retos.