El perro del hortelano, crítica teatral
12 Jul 2021
Dos técnicos atraviesan la escena del Corral de Comedias de Almagro cuando los últimos rayos del sol aún juguetean entre las balconadas y el patio de los mosqueteros. Se dirigen al publico, a todos nosotros, y se disculpan, anunciando que la compañía que tenía que representar la función programada ha tenido un imponderable y solo podrá llegar, quizás, para el tercer acto. Pero nos tranquilizan, diciendo que la función va a comenzar, ya que ellos se ocuparán, recordándonos que “un técnico se sabe toda la función de memoria …mejor que los actores”, además dos actrices (aficionadas) completarán el elenco disponible.
“Un técnico se sabe toda la función de memoria …mejor que los actores”
Se cambian en escena, cubriendo sus uniformes de tramoyistas con los ropajes apropiados a la época de la representación y se dirigen a quién ocupa el control de luces y música, por su nombre de Alejandro, solicitando que comience de acuerdo a lo previsto… ¿o era Arturo?, ¿o Anselmo?, ¿o Alberto?.
Con esta naturalidad comienza esta versión de “El perro del hortelano” dirigida por Paco Mir (miembro de Tricicle), quien también firma una mínima, pero acertada, escenografía que sabe utilizar unos escuetos elementos para sugerir a la imaginación de los espectadores, recreando a través de ella las ricas estancias por donde transcurre la trama creada por Lope de Vega en el siglo XVII.
“Ya que confiesas lo más, para que niegas lo menos”
El espectáculo producido por Sofía Aguilar y Vania Production, impulsado por la creatividad y fina agudeza de Paco Mir, es una pieza de teatro dentro del teatro, componiendo una experiencia metateatral en la que se funden las peripecias de los técnicos por sacar adelante un montaje sin apenas medios, al tiempo que se recrea lo esencial de la trama creada por el Fenix de los Ingenios, todo ello en 85 minutos que pasan en un suspiro, gracias al ingenio, humor y saber hacer que se acredita.
Los contenidos recursos técnicos, funcionan perfectamente, tanto la iluminación de Manuel Madueño, como el espacio sonoro de Juan Padilla y el sonido de José Pipió, con una acertada aportación de Mai Canto en el vestuario.
“Esto que entiendo solamente ofrezco;
que lo que no merezco no lo entiendo,
por no dar a entender que lo merezco”
Pero sin duda son las interpretaciones, además de en la creación del texto, donde este espectáculo destaca especialmente, con Manuel Monteaguado divertidísimo y muy celebrado en sus recreaciones de Tristán, Fabio y Anarda, con muy buen nivel también en Moncho Sánchez-Diezma al encarnar a Teodoro, Paqui Montoya polifacética para interpretar a Marcela, Ricardo o Federico, y Amparo Marín quien compone una creíble Diana, como condesa de Belflor.
Propuesta estrenada dentro de la 44ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, nunca antes representada, para la que aseguramos larga vida sobre los escenarios, pues es de aquellos espectáculos cuyo funcionamiento supera las expectativas, desde un pequeño formato pero repleto de calidad. Comedia de enredo a partir de uno de los clásicos esenciales de nuestro teatro del Siglo Oro afrontada con una libertad creadora que le sienta estupendamente al conocido texto de Lope, quien sospechamos hubiera esbozado una sonrisa al ver esta recreación del siglo XXI sobre su conocido espacio, en el siglo XVII, del Corral de Comedias de Almagro.
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