Ilusiones, de Esteban Ciudad; crítica teatral
15 Jun 2021
Arriesgarse, no conformarse, romper límites, explorar lo desconocido, levantar la vista de nuestro entorno habitual para ver más allá de lo que oculta la linea del horizonte… son algunas de las recetas que anidan tras las “Ilusiones” de las que nos habla Esteban Ciudad en su última obra teatral, actualmente programada en Sala Nueve Norte.
¿Hasta qué punto el lugar dónde nacemos o vivimos marca nuestro desarrollo y las posibilidades de futuro?. Hace pocas semanas pudimos disfrutar de la propuesta “El grito del cardo”, protagonizada por Inma González, sobre texto de Sandra Jiménez, que habla, exactamente, de lo condicionada de cualquier vida en función del origen donde su protagonista viene al mundo. En esta ocasión Esteban Ciudad nos sitúa en un barrio periférico de una gran ciudad, donde dos amigas, en la treintena de edad, pasan sus días entre el bloque de las viviendas de sus padres y el banco del parque en el que apuran sus tardes, entre porros y birras, vestidas, según la moda imperante, a base de chandal, en definición de Martirio “arreglá, pero informal”, pudiéndoseles calificar como agrupadas dentro de lo que se conoce como «chonis«.
“¡No hay plaza, …no eres inmigrante!”
La ‘Rebe’ (Rebeca) y Susi son amigas del barrio desde niñas, y forman parte de la dura estadística que sitúa en el 16% la tasa de abandono educativo en España. Ahora, en la treintena, comparten su día a día, las dificultades económicas, lo injusto de la vida, las vivencias con sus parejas, los hijos de Susi, los padres de “Rebe”, las pandillas, la hermana de Susi (Rocio) que se fué, etc… Hasta llegar, incluso, a expresar lo que sería su vida sin problemas …¿te imaginas lo que podrías hacer con dinero, por ejemplo con 1.000 euros?.
Un acontecimiento cambiará la percepción de la rutina diaria. La “Rebe” aparece en un programa televisivo y ese fenómeno irrumpe en la realidad de todo el barrio, las redes sociales multiplican el efecto y es invitada a un programa en formato de “reality”. Susi intenta alertar a Rebeca de los peligros, pero la nueva “star system” solo atiende a lo que considera sus nuevas prioridades, entre las que está la contratación de una asistente personal: “Susi, yo cambiaré tu vida”.
El drama de la realidad.
La aparición televisiva no resulta como “Rebe” esperaba, pero la enseñanza le hace abrirse a nuevas realidades más allá del barrio, mientras Susi, con el retorno de Rocio y la separación respecto del padre de sus hijos, también mira al futuro.
El desarrollo de la trama transcurre sobre una sencilla escenografía cuyo único elemento es el banco del parque, que también sirve como asiento del plató de TV. Ese minimalismo escénico es bien gestionado por Esteban Ciudad a través del ritmo con el que desarrolla la obra.
“¿No te harás vegana ahora? …¡que eso es muy caro!”
Laura Mayo y Laura Marvo interpretan, respectivamente, a “Rebe” y Susi, destacando la aportación de la primera, divertida y desenvuelta en su rol, protagonizando los momentos de mayor divertimento de la propuesta, a pesar del drama en el que se sustenta. Lidia Galiana es la tercera actriz sobre la escena, quien encarna a varios personajes, lo cual sirve par dar continuidad a la trama: periodista, limpiadora, secretaria, asistente personal, etc, sabiendo dotar cada rol de su propia identidad, en un desempeño más que adecuado.
La obviedad de entender que hay otra vida más allá de las calles donde se nace, que hay otra gente distinta de los propios vecinos, que hay otros canales de televisión diferentes a los que acumulan audiencias; experimentar con lo desconocido, descubrir el conocimiento, abrirse a otras formas de hacer, etc… esa es la gran metáfora de esta propuesta.
“La única diferencia entre el pasado y el futuro, es que del futuro no te acuerdas”
Una historia que bulle desde la cotidianeidad de muchos de los barrios de nuestras ciudades en la sociedad actual, donde demasiadas personas quedan excesivamente apegadas a los límites de unas cuantas calles y a unas formas sociales tribales, esperando que se encienda dentro de ellas el afán de las “Ilusiones” por alcanzar un mundo mejor, que impida que los detalles de su propia vida puedan llegar a ser utilizados para alimentar un ecosistema demasiado estrecho para la vida a la que todos tenemos derecho. Se puede cambiar, se puede evolucionar, el primer paso es el propósito para ello.