A mi nieta
12 Feb 2020
Doce de febrero, del primer año de la tercera década del siglo XXI. Esta mañana me levanté pronto, tenía tarea y planes para una tarde relajada, y ahora voy abalanzado sobre Madrid, a más de doscientos kilómetros por hora, a lomos de un tren AVE (que ya sabrás lo que es), tras unas horas solo dedicadas a llegar lo antes posible para observar tu primera mirada, ver como abres la boca para alguno de tus incipientes bostezos, oír tu primer llanto e intuir una sonrisa en el movimiento de una mueca de tus labios.
Solo a punto de nacer y ya nos has hecho presente tu primer rasgo: la capacidad de movernos a todos a tu alrededor. Éstos quienes te rodean hoy, venidos desde la orilla andaluza del Mediterráneo, desde las montañas nevadas del Valle de Arán, desde un castizo rincón chamberilero o desde el mismo portillo de la Arganzuela, no sabían, hace una simples horas, que ahora estarían donde están …y lo están por tí.
Bienvenida, querida nieta, a este mundo maravilloso; imprevisible la mayoría de las veces, pero, justo por ello, apasionante; imperfecto por humano, sublime por naturaleza; que te dará el marco perfecto para perseguir todo aquello que sueñes, para conseguir lo que puedas imaginar, para conocer, para descubrir, para amar… En el que hoy empiezas tu personal, particular y exclusiva aventura en él.
Bienvenida, querida nieta, a este mundo maravilloso; imprevisible la mayoría de las veces, pero, justo por ello, apasionante; imperfecto por humano, sublime por naturaleza; que te dará el marco perfecto para perseguir todo aquello que sueñes.
Ya te he visto y guardo para mí, en mi interior, el recuerdo de esa primera mirada cruzada. He jugueteado con tus pequeños dedos de las manos …hasta dejarme asir uno de los míos entre los tuyos, en una pequeña ceremonia que ya hice con tu hermano, igual que con tu padre.
Has llegado bajo el influjo de la primera “super luna” de éste año 2020, y te has convertido en nuestra particular “gran luna”, brillando durante la noche y dándonos luz.
Hoy somos más felices que ayer … y lo somos por tí.