Yerma 2019, crítica teatral
18 Nov 2019
En el año 2003 abrió el Espacio Guindalera, dando comienzo a un teatro de repertorio con el peculiar y particular sello del proyecto liderado por Juan Pastor (actor, director y profesor de la RESAD) y de Teresa Valentín-Gamazo (fundadora y directora del Centro de Estudios Escénicos de Andalucía), de entonces para acá, ha conseguido dejar una huella de calidad y de compromiso con la escena, a través de una selecta programación en la que han trufado, con gran acierto, a Juan Mayorga y Harold Pinter, con Henrik Ibsen, Chéjov o Shakespeare entre otros, pero ha sido, porque prefiero seguir hablando en presente, Federico García Lorca quien ha marcado gran parte de su esencia.
“Verte desnuda es recordar la tierra…”
Lorca estuvo en el origen de sus espectáculos, a través de “Bodas de Sangre”, y lo estará ahora, con este “Yerma 2019”, desde el 29 de noviembre al 22 de diciembre, poniendo punto y seguido a un proyecto que busca de nuevos socios y nuevo impulso, en un proceso de reflexión hacia el futuro.
Pocos hombres se han aproximado a los roles femeninos, a la mujer en su esencia, como lo ha hecho García Lorca, quizás en nuestro mundo contemporáneo solo exista un perfil capaz de esa empatía hacia la mujer, más allá del genero, cual es el caso de Pedro Almodóvar. Las mujeres descritas por Lorca son reconocibles en sus perfiles, igual que las del premiado cineasta lo son entre sí y hacia fuera.
“¿Cuándo, mi niño, vas a venir?”
“Yerma”, “Bodas de Sangre” y “La casa de Bernarda Alba”, componen lo que se conoce como la “trilogía lorquiana”, representando, en gran parte, la esencia del dramaturgo, y por encima de todo poeta, nacido en Fuente Vaqueros (Granada), componiendo a través de ellas las representaciones de la vida de aquellos momentos, trágicas pero contadas con una sencillez y una naturalidad difícilmente mejorables, en su perfección, capaces de mantenerse vigentes y vivas cuando hacia ellas volvemos nuestros ojos desde este segundo decenio del siglo XXI.
Juan Pastor y todo el equipo del Espacio Guindalera han desarrollado todo un proyecto de aproximación al drama de Yerma, primero desde su propio laboratorio de experimentación teatral y luego a través de cinco funciones dirigidas a sus socios, entre el 24 y 29 de octubre, culminadas todas ellas en un intercambio de opiniones con el público, con cuyo enriquecimiento se ha terminado de pulir este espectáculo “Yerma 2019” que ahora se estrena.
“Cada vez tengo más deseos …y menos esperanzas”
Se presenta una trama que se deslocaliza de la Andalucía utilizada por Lorca, pues lo que se vive podría suceder en cualesquiera zona geográfica de España, cuestionándose, desde su planteamiento, si la maraña de convencionalismos sociales que sufre Yerma en su original, siguen sucediendo a la mujer de hoy; ¿cuanto del deseo deseo maternal de la protagonista tiene que ver con la expectativa social del rol que se le asigna?, ¿por qué su aparente felicidad solo pasa por la maternidad?, ¿existe la elección personal o únicamente alcanzar lo que la cultura social marca como estereotipo de una mujer, esposa y madre?.
Una escenografía muy sencilla, pero que funciona perfectamente, diseñada por Teresa Valentín-Gamazo, también responsable de un bello vestuario que recuerda a las túnicas de los coros helénicos, en tonos pastel, acoge un elaborado trabajo de coreografía y movimientos sobre la escena de Arnold Taraborrelli y Carmen Vélez. Con destacadas aportaciones de Pedro Ojesto en la selección musical, absolutamente original para la ocasión, y de Miguel Tubía como asesor de canto.
“Cuando los hombres se quedan enjutos se ponen fuertes, como el acero”
María Pastor da piel y carne al personaje de Yerma, entregada con frenesí a la causa de la maternidad, quizás con un punto más de rabia que de dolor, en una composición en la que prevalecen más los perfiles de ansiedad sobre la maternidad descritos por Lorca, que el rol de una mujer de nuestro momento actual, haciéndose ver en ella la evolución que su propia presencia escénica ha tenido desde montajes anteriores como del que la disfrutamos en «Tres años» en esta misma sala. Junto ella un elenco compuesto por Alicia González, Raquel Palacios, Marina Andina, José Carrasco y Antonio Lafuente consigue un sólido desempeño actoral conjunto, en el que éste último, en el personaje de Víctor, sugiere mucho más de lo que sucede sobre la escena, en todo un contrapunto de perfiles frente al tosco Juan representado por Carrasco, con mención especial para el fuerte pragmatismo que aporta a la trama el desempeño de Andina, ya de vuelta de los viajes de ida de la vida.
“Marchita. Marchita, pero segura. Ahora sí que lo sé de cierto. Y sola”
Más allá de los anuncios hechos en relación a este espectáculo y el devenir del Espacio Guindalera, lo que deseamos es que la cartelera teatral madrileña siga contando con una aportación tan sugerente y evocadora como es, porque lo sigue siendo, el proyecto liderado por Jesús Pastor y Teresa Valentín-Gamazo, en el que su hija y primera actriz en esta “Yerma 2019”, María Pastor, sea el eslabón que lo una al futuro. Hacemos votos por ello y el padrinazgo de Federico García Lorca nos parece el mejor posible, para mantener esta apuesta por el teatro de calidad e independencia.
Fotografias © Susana Martín