Romeo & Juliet, crítica teatral
13 Jun 2019
Quizás no haya dos palabras que encajen mejor, la una en la otra, que sencillez y perfección, porque nada es más perfecto que lo sencillo, y ese óptimo ensamblaje es lo que caracteriza esta versión de «Romeo y Julieta» que la compañía teatral “Ultramarinos de Lucas” incluye en su programación especial, en la sala Cuarta Pared, de Madrid, para celebrar el aniversario de sus veinticinco años sobre las escenas.
Perfecto por sencillo, pero no sencillo porque no sea elaborado, sino todo lo contrario, tal como decía un veterano entre las bambalinas teatrales, cuando afirmaba que “nada más elaborado que lo que se oculta tras la aparente improvisación«.
“Mi único amor es familia de mi único odio”
“Ultramarinos de Lucas” recibió el Premio Nacional de Teatro para la Infancia y La Juventud en el año 2015 y sus integrantes se definen a si mismos como una compañía de repertorio, con tres de cuyas obras, “Romeo & Juliet”, “La sombra de Lear” y “Nada” comparecen durante el mes de junio de 2019 en la sala en la que debutaron en 1994.
Un único actor, Jorge Padín, representa todos los personajes de la conocida obra del “Cisne de Avon”, ganando nuestra atención desde el minuto uno del espectáculo, incluso antes de afirmar “No leáis a Shakespeare” …él era un actor “id a verlo a los teatros”, en un prólogo en el que nos pone en situación sobre lo que era Londres en 1595, una ciudad peligrosa en la que poca gente superaba los 40 años, con la mayoría de su población rondando los 20 años edad, asolada por las enfermedades y las plagas, con la peste apareciendo un año sí y otro también, y dónde las disputas a espada eran la norma en sus calles. Ese era el marco en el que se iniciaron los teatros, prohibido entonces para las mujeres, donde los hombres jóvenes hacian los papeles femeninos.
“El amor de los jóvenes no habita en los corazones, sino en los ojos”
Padín explica que en esta versión, tanto su título, como algunas frases del texto, se mantienen en su idioma original, porque Romeo, en inglés, rima con woe, que significa pena, y Juliet, rima con Capulet, su apellido, como ejemplo de la musicalidad del texto de Shakespeare, que escribía en pentasílabo: papam, papam, papam, papam…papam.
Una impecable escenografía y un perfecto vestuario, éste en negro dominado por un chaleco abotonado hasta el cuello, y aquella compuesta por una mesa enmarcada en la escena con dos celosías, tras las cuales se ocultan los pequeños elementos de atrezzo, además de sables, con los que se identifica a los distintos personajes, a través de manguitos y bocamangas, son los casos de Juliet, Romeo, los padres de Juliet, la nodriza, Theobald, Mercucio, el Conde de Paris y el Principe de Verona, personificando a Fray Lorenzo con la capucha de su saya. Todo ello perfectamente iluminado y con la música adecuada en los momentos precisos, bajo la pulcra dirección de Juan Berzal.
“Se ríe de las cicatrices quien nunca sintió una herida”
Gran trabajo de Jorge Padín, transitando de un personaje a otro con absoluta credibilidad, de hombre a mujer y a la inversa, de joven, casi adolescente, a maduro; de señor a criado, de amante a fraile, de capuleto a montesco, y además relator de la trama, compartiéndola con el público como si fuera un docente, con unos movimientos en la escena que parecen formar parte de un perfecto ballet, estudiado y calculado al milímetro.
Y en esta perfecta sinfonía que es “Romeo & Juliet” hay que reseñar el protagonismo dado a las manos, capaces de expresar sentimientos, como en el momento cúlmen de la escena de la pareja de enamorados, en la habitación de Juliet, recién casados, de la que Padín nos advierte que no fue descrita por Shakespeare, pero que es recreada, mediante imaginación, con una sensibilidad y un acierto que solo cabe decir que es bella …bellísima, ni más, ni menos.
“Si el perdón absuelve a los que matan, participa del crimen”
Shakespeare supo incluir en su texto los ingredientes necesarios, aunque la historia original no fuera propia: peleas, duelos a sable, amor, pasión, baile, poesía, muerte, y el equipo de “Ultramarinos de Lucas” ha sabido añadir a esta versión, su particular mirada, un cuidado trabajo, talento, sensibilidad, humor, delicadeza, inteligencia, energía y originalidad, para conectar con las emociones de los sorprendidos integrantes del público que reaccionan, al unísono, en una sonora y merecida ovación; y es que el buen teatro siempre nos reconcilia.
Todos los sábados de junio, en la Sala Cuarta Pared, “Ultramarinos de Lucas” continuará celebrando su vigésimo quinto aniversario con un programa doble sobre Shakespeare que incluye “Romeo y Juliet” a las 19 horas y “La sombra de Lear” a las 21 horas, una oportunidad más que recomendable para los aficionados a la escena que no se debe dejar pasar.