El desguace de las musas, crítica teatral
en Teatro
10 Jun 2019
La Zaranda, Teatro Inestable de Andalucía la Baja, es un compañía teatral creada en 1978, rebautizada con el sobrenombre de Teatro Inestable de Ninguna Parte, reconocida en el año 2010 con el Premio Nacional de Teatro, que acredita una producción de más de veinte obras realizadas, desde su inicial “Julio Mariscal, evocación poética” (1978), pasando por textos como “La puerta estrecha” (2000) o “Futuros difuntos” (2008), hasta llegar a “El desguace de las musas” (2019) ahora presentada en el Teatro Español, de Madrid, coproductor del espectáculo junto con el Teatro Romea, de Barcelona, y La Zaranda; queriendo hacer del esperpento una seña de identidad de sus trabajos.
“Un vacío tan grande …no se puede llenar ni con recuerdos”
Comenzamos esperando mas de dos minutos, ya con las luces apagadas en la sala de butacas y el escenario a la vista del público despejado, para que el primer actor/personaje salga a escena, acompañado de una fregona con su palo, con la cual impacta sobre el suelo, hasta tres veces, cuyo sonido triplicado, parecen salvas de aviso …quizás más exactamente de preaviso, unos segundos antes de comenzar los acordes musicales del tema “¡que tiempo tan feliz!” como fina alegoría, y ya definitiva, de lo que se avecina, porque de la felicidad no queda ni rastro durante los 90’ de drama, llenos de muecas doloridas, que se presentan en escena.
“¡Tenemos lo que tenemos …eso es lo que tenemos!”
Una escenografía más simple que sencilla, y más adecuada de una producción “off”, que de la mítica sede de lo que un día fue el Teatro del Principe y Corral de Comedias desde 1565, recrea lo que pudo ser una de las salas de cabaret que tanto abundaban en Madrid o Barcelona, hace unos años, no demasiados, pero también en otras ciudades de nuestra geografía (Zaragoza, Valencia, Sevilla, etc ) entre cuyos muros solo quedan los personajes de unos interpretes ya prisioneros del tiempo y de sus recuerdos, ayunos de público, a pesar de ensayar permanentemente el ‘gran saludo final’.
“¡No quiero vivir …y no puedo morir!”
Se intuye un cierto aire que recuerda, más allá del propio nombre de esta compañía actualmente, a “El viaje a ninguna parte” escrito y dirigido por Fernando Fernán Gómez, dónde, cómo aquí, aparecía Gabino Diego, allí en el rol de un joven inexperto que comenzaba su carrera y aquí reconvertido en “Melvin Kentuki” un showman, hortera de manual, al que la compañía se “aferra” como su última esperanza para atraer algún espectador, pero sus chistes solo consiguen las chanzas de sus “compañeros/enemigos” de elenco. En cualquier caso la distancia entre aquella aproximación al mundo teatral, sus dificultades y sus miserias, y ésta, es más que sideral, al menos en su realización, su texto, planteamientro y desarrollo, por más que la idea conceptual inicial pueda ser válida, pero parece más un boceto que un trabajo realmente acabado.
“Aquí se trata de cambiar el repertorio: …¡o lo antiguo, o lo de siempre!”
No hay un ritmo narrativo y todo parece quedar reducido a una sucesión de ‘gags’ impregnados de tristeza y devastación, que solo consiguen alguna ‘risotada’ entre el público, en su parte inicial más que en la final, porque el espectáculo, junto los propios diálogos, se vuelve excesivamente redundante, con muchas zonas sombrías y un resultado final chirriante, donde nada parece fluir. En esta ocasión, La Zaranda, con sus máximos responsables al frente, Eusebio Calonge (dramaturgia) y Francisco Sánchez (dirección), se queda muy lejos de los ejemplos que persigue a través de Beckett, Ionesco o Valle-Inclán
Una cosa sí queda demostrada en este espectáculo y es que en él, las ‘musas’ brillan por su ausencia, y ya que, como las “brujas”, existir, existen, solo nos queda por sugerir un título más adecuado para él, que podría ser “La desbandada de las musas”, porque eso sí que hay, desbandada absoluta de cualquier musa.
“¡Solo sombras sois capaces de ver!”
Madrid tiene una pujante y viva oferta teatral, complementada con cientos de pequeñas y humildes salas de teatro “off” en las que es posible descubrir verdaderas perlas teatrales, realizadas a través de mucho esfuerzo, trabajo, compromiso y buen hacer de quienes las protagonizan, dirigen o gestionan, poniendo su vida y su talento para sacarlas adelante, que en excesivas ocasiones no consiguen romper el techo de cristal que supone el acceso al primer circuito de las grandes escenas, y de todos aquellos nos acordamos cuando contemplamos un espectáculo tan irregular como “El desguace de las musas”, programado durante quince días en el emblemático Teatro Español, de Madrid, bajo gestión pública, lo que demuestra que en la programación de los grandes teatros también hay, como en la vida y en nuestra sociedad, asimetría y desigualdad. Y es que la vida se parece demasiado al teatro, y el teatro, al fin, trata de representar la vida, también con sus miserias.
La obra está muy bien en realidad,
Viva el buen teatro.
Muchas gracias, Bruna, por realizar su comentario sobre la obra de teatro «El desguace de las musas» participando en https://www.traslamascara.com a través de la critica teatral que hemos publicado sobre este espectáculo, cumpliendo unas de las premisas para las que fue creado, dando espacio para que cualquier aficionado a la escena teatral pueda expresar sus opiniones, como usted ha hecho. Lo escrito por nuestra parte, sobre esta obra, está escrito, publicado y aún no coincidiendo con su percepción respetamos su consideración al respecto, como no podía ser de otra manera. Muchas gracias, saludos …y cómo usted dice viva el buen teatro.
Muy de acuerdo con esta crítica. No hay ritmo narrativo, excesivamente redundante, resultado chirriante. Me gustó la anterior obra de la Zaranda que ví también en el Español, pero esta me ha decepcionado. Gracias por la página.
Muchas gracias, Ramón, por participar con su comentario sobre la obra de teatro «El desguace de las musas» participando en https://www.traslamascara.com a través de la crítica teatral que hemos publicado sobre este espectáculo, cumpliendo una de las premisas para las que fue creado, dando espacio para que cualquier aficionado a la escena teatral pueda expresar sus opiniones, como usted a hecho. Coincidimos con sus sensaciones sobre esta propuesta de «La Zaranda» que no ha cumplido las expectativas y nos ha decepcionado, tal como queda reseñado, y escrito, en nuestra crítica teatral sobre ello. Muchas gracias y saludos.
Muy de acuerdo con esta crítica. No hay ritmo narrativo, espectáculo redundante y resultado final chirriante. Me ha decepcionado, no así el anterior espectáculo de la Zaranda que presencié en este mismo teatro. Gracias por la página.